Más allá de las iras que ha provocado la decisión del Gobierno mexicano de incrementar el precio de los combustibles, el presidente, Enrique Peña Nieto, afirmaba ayer que la subida de los precios se debe a motivos externos y que "no es por motivo de la Reforma Energética" que ha impulsado su Ejecutivo, ni responde a una subida de impuestos.
Además, el presidente explicó que en 2016 "el precio del petróleo aumentó un 60%", recordando además la dependencia energética de un país que "importa más de la mitad de los combustibles que consume". Por ello, defendió que es hora de "tomar decisiones difíciles para evitar mayores afecciones en el futuro".
No en vano, nuevas protestas tuvieron lugar el pasado fin de semana en la capital de México con motivo del llamado gasolinazo y no parece que la situación vaya a mejorar en el corto plazo tras los bloqueos de carreteras y gasolineras, además de los saqueos que se han producido en los comercios a lo largo del país y que se han saldado con la muerte de un policía.
El pasado domingo, cientos de personas volvieron a salir a las calles de Ciudad de México, la capital del país, para protestar por el incremento del precio de la gasolina que ha efectuado el Gobierno desde el pasado 1 de enero y que ha provocado alzas de entre un 14% y un 20% como parte un proceso de liberalización escalonado de la valorización del combustible.
En las concentraciones convocadas participaron numerosos estudiantes procedentes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que protestaron frente al Palacio Nacional -sede legislativa en México- y que lideraron estas reivindicaciones.
