Diálogo y voluntad política. Esas eran las dos palabras clave en el breve, pero meditado, análisis que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hacía de la decisión del Comité Federal del PSOE de abstenerse en la segunda votación de la investidura para facilitar un Gobierno en minoría del Partido Popular.
Y diálogo y voluntad política es lo que propondrá el jefe del Gobierno al PSOE, fundamentalmente, pero también a Ciudadanos, en el discurso de investidura que lleva ya varios días preparando en el que dirigentes del PP apuntan que ofrecerá la derogación de la controvertida Lomce, para plantear un gran pacto por la educación; además de cambios puntuales en las reformas fiscal y laboral.
"Maquillajes", apuntan en Génova y Moncloa, pero suficientes para dar un "triunfo" al PSOE. En el caso de la fiscalidad, el presidente estaría abierto a introducir cambios en el Impuesto de Sociedades, especialmente para equiparar el tipo nominal de las grandes empresas al tipo real, muy inferior, al que están ahora tributando. También podría anunciar una reducción del IVA cultural.
En cuanto a la reforma laboral, el cambio más sustancial estaría en la línea de trasladar a la legislación española la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE para equiparar la indemnización de los trabajadores temporales e interinos a los fijos.
El presidente en funciones ofrecerá también un pacto de Estado para afrontar la deriva secesionista en Cataluña, un gran acuerdo para cambiar el actual sistema de financiación autonómica y otro para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones en el que entrarían la compatibilización del cien por cien de la pensión con el trabajo para los jubilados y la separación de fuentes para financiar las pensiones no contributivas.
"Ayer se tomó una decisión importante, no voy a entrar en los detalles, no me parece oportuno hacerlo en el día de hoy y lo haré en el Parlamento", afirmaba el propio Rajoy en la presentación de la conferencia del líder del PPC y senador, Xavier García-Albiol, en el Foro Nueva Economía, para añadir, en referencia a la decisión del Comité Federal del PSOE que "fue una decisión, en mi opinión, muy razonable. Me pongo en el lugar del otro, he leído la resolución, hay cosas que son buenas sobre las que se puede dialogar en el futuro, y si hay voluntad política podemos tener en España un gran futuro por delante".
Un mensaje que repitió posteriormente en el Comité de Dirección de su partido, al que volvió a pedir "prudencia" y exigió respeto y apoyo a la Comisión Gestora del PSOE tanto para asegurar la gobernabilidad en una legislatura difícil como para consolidar a la opción socialdemócrata como la alternativa de Gobierno que España necesita.
Para ello se buscará potenciar la labor del PSOE como primer partido de la oposición, además del compromiso interno del PP para no interferir en los plazos que los socialistas necesitan para restañar heridas y celebrar su congreso.