
El Fondo Monetario Internacional ha presentado hoy en Washington la actualización sobre sus previsiones económicas para Las Américas, un trabajo que realiza el Departamento del Hemisferio Occidental que lidera Alejandro Werner. En el documento, la institución incide de nuevo en la crítica situación que vive Venezuela, donde se espera que la economía se contraiga un 10% este año y 4,5% el que viene.
"Venezuela ya se encuentra sumida de lleno en una crisis económica y, de continuar las actuales políticas, el país enfrentará riesgos graves, incluido un colapso aun mayor de la actividad económica acompañado de hiperinflación", avisan desde el Fondo. Según las previsiones publicadas, la inflación en el país tocará el para seguir subiendo hasta el 2.200% en 2017. De reyes de Venezuela a vender su uniforme para comprar comida.
En este sentido se advierte que la ya aguda escasez de bienes básicos, en especial alimentos y medicinas, podría empeorar aún más, y desembocar en "una crisis humanitaria que, a su vez, podría desencadenar una ola de migración a países vecinos".
El FMI estima que la situación económica en el país se ha recrudecido ante el declive de la producción de petróleo, la falta de bienes intermedios, los controles de precios y otras regulaciones y controles administrativos generalizados además de la violación de los derechos de propiedad que deteriora el clima de negocios.
Al mismo tiempo, la inflación se ha acelerado, impulsada por la creciente escasez y la monetización de grandes déficits fiscales, lo que hace que la hiperinflación sea un escenario realista. Debido a la falta de divisas, el diferencial entre el tipo de cambio oficial y el tipo vigente en los mercados informales se ha ampliado por un factor de 100, señalan desde la entidad.
El equipo liderado por Werner estima que el país necesita con urgencia un programa económico bien planificado "para estabilizar la situación macroeconómica". Éste debe incluir un ajuste fiscal para reducir la financiación monetaria, eliminar las distorsiones, como los controles de precios y la desalineación del tipo de cambio, y reformar los marcos regulatorios en todos los niveles a fin de mejorar el clima de negocios. "Deberá ponerse especial empeño para crear una sólida red de protección social", aconsejaron los expertos de la institución.