Economía

La escasez de mano de obra en Europa del Este es tal que McDonald's regala el alojamiento

  • Las empresas no logran cubrir sus vacantes de empleo en toda la región
  • Envejecimiento, éxodo y restricciones a la inmigración limitan el mecado
Reuters

McDonald's es más conocido en todo el mundo por sus bajos sueldos que por la generosidad de sus incentivos para empleados. Sin embargo, la falta de mano de obra en Hungría es tal que está ofreciendo alojamiento gratis para tratar de cubrir puestos de trabajo en sus establecimientos en las afuertas de las ciudades.

Pero este tipo de problemas para cubrir empleos no se limita a Hungría y McDonald's, sino que abarca desde cajeras en Praga a desarrolladores de software en Bucarest.

Porque Europa del Este, en su día era tierra de mano de obra abundante y barata, se ha convertido en un dolor de cabeza para las empresas. El envejecimiento de la población, las restricciones a la inmigración y el éxodo de las generaciones más jóvenes a otros países europeos ha dejado miles de vacantes de empleo y ha disparado los salarios.  Un incremento de costes que amenaza las inversiones en una serie de países que se han desarrollado mucho desde su entrada en la Unión Europea. 

Sin trabajadores para la empresa

"Esta falta de mano de obra quita el sueño a los ejecutivos de toda Europa del Este", explica Robert Bencze, director de la división de RRHH de PricewaterhouseCoopers en Budapest. "La primera cuestión que se hacen antes de venir aquí es si voy a encontrar suficientes empleados para que mi negocio funcione". 

Esta 'sequía' de empleados está empeorando a un ritmo alarmante. Por ejemplo, en la Repúbica Checa el número de vacantes se ha disparado un 166% en dos años, hasta un 110.000 empleos que no encuentran trabajadores. En Letonia esta cifra se ha multiplicado por tres en un año y en Polonia se ha duplicado desde diciembre.

De ahí las ofertas de empleo como la de McDonald's, dando a los empleados alojamiento gratis y que ellos solo se encargaran de los gastos; o las medidas que ha tomado Lidl, que tuvo que subir los salarios un 25% en la República Checa y un 20% en Hungría. En Rumania se están popularizando ayudas como bonos para ir al gimnasio o al spa. 

Otro caso es el de Eslovaquia, el país del mundo que más coches produce por persona. Empresas como KIA reconocen que tienen problemas para cubrir incluso los puestos menos cualificados, y desde la patronal se sugiere a las empresas que ofrezcan ventajas como formación o ayudas a la vivienda para atraer a empleados. 

La consecuencia es la esperado: suben los costes laborales y los gastos para las empresas. En junio, por ejemplo, los salarios brutos subieron un 14% en Rumania y en Lituania se espera un aumento del 6,5% anual hasta 2019, el doble del crecimiento esperado de la productividad. 

Con todo, los salarios siguen siendo mucho más bajos que en Europa Occidental, y las empresas siguen invirtiendo. Jaguar Land Rover busca 2.800 empleados para su nueva planta en Eslovaquia, y Mercedes va a ampliar su capacidad en Hungría. 

Además, los gobiernos de estos países están llevando a cabo reformas educativas para intentar preparar mejor a las nuevas generaciones y que estas sean capaces de incorporarse en mejores condiciones al mercado laboral. Mientras tanto, las compañías como McDonald's se tienen que volver creativas para cubrir sus puestos.

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