Economía

La inflación, un 'monstruo' dormido que engorda y puede despertar de forma fulminante

  • Los bancos tienen cientos de miles de millones de euros congelados
  • Si ese dinero comienza a moverse con velocidad los precios subirán
  • Cuando la confianza y el crédito se recuperen la situación se revertirá

Los precios llevan dormidos en la Eurozona desde 2014 a pesar del BCE, sus programas de estímulos y los tipos de interés históricamente bajos. Podría parecer que la relación entre oferta monetaria e inflación ya no se cumple. Quizá lo que está ocurriendo sea simplemente que la inflación está 'dormida', primero porque el dinero no se está moviendo y segundo, aunque algo menos relevante por el tiempo transcurrido ya, porque los precios a corto plazo son rígidos.

Como decía Milton Friedman, "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario en el sentido de que solo es y puede ser producida por un incremento más rápido de la cantidad de dinero que de la producción". Simplificando mucho, si una economía sólo produce dos sillas (exactamente iguales) y sólo circulan dos euros, el precio de cada silla será de un euro. ¿Qué pasa si en lugar de dos euros hay cuatro? ¿Son más ricos los agentes de esa economía? No, simplemente que cada silla costará dos euros en lugar de uno, pero las sillas siguen siendo las mismas y el nivel de vida es igual al de la situación anterior. La creación de dinero no genera riqueza a largo plazo, simplemente genera inflación. 

Parece evidente que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo están incrementando la oferta monetaria a un ritmo muy superior al que crece la producción de esas dos regiones. Sin embargo, los esfuerzos de los bancos centrales aún no se pueden contemplar en la economía real y en los precios. Como explica Adriá Morron, del departamento de Macroeconomía en CaixaBank Research, "es natural que los cambios en la oferta monetaria tarden en manifestarse en la inflación".

Este economista explica que cuando se incrementa la oferta monetaria "parecería razonable que los primeros billetes nos hicieran más ricos", porque los precios son rígidos a corto plazo, los empresarios no cambian los precios ni los salarios de sus empleados de forma inmediata, tardan un tiempo en analizar el comportamiento de la demanda. Los precios son rígidos, pero los salarios lo pueden ser incluso más, sobre todo para los trabajadores de menores ingresos.

"Sin embargo, con el paso de las semanas, los tenderos acabarán subiendo los precios: la inflación es un fenómeno monetario a largo plazo porque a corto plazo los precios son rígidos. O, al menos, este era el consenso entre monetaristas y keynesianos". Aún así ya hace varios años que los bancos centrales pusieron en marcha sus políticas expansivas, por lo que parece extraño que los precios aún no hayan reaccionado.

¿Qué está ocurriendo?

Otro motivo que puede estar retrasando la subida de los precios, quizá la causa más relevante, sea "la debilidad de la demanda de crédito, por un elevado endeudamiento y un entorno incierto de los agentes, a la par que una mayor prudencia por el lado de la oferta de crédito", explica Morrón en el informe mensual de CaixaBank Research. Es decir, familias y empresas no demandan tanto crédito como antes, mientras que los bancos también se lo piensan dos veces antes de dar un préstamo. La última crisis financiera ha hecho mella en los agentes económicos.

Esta tendencia se puede confirmar analizando el 'balance consolidado del Eurosistema' en el Banco de España. Los bancos de la Eurozona han pasado de aparcar en la facilidad de depósito 29.000 millones de euros a los 277.708 millones en abril de este año. Las entidades usan este mecanismo para realizar depósitos en el banco central nacional a un día, un mecanismo que a día de hoy está penalizado con un interés negativo del -0,4%.

Por otro lado, las reservas se encuentran en 588.588 millones de euros, mientras que las reservas mínimas requeridas por el BCE son de 114.313 millones, por lo que el exceso de reservas alcanza los 474.275 millones de euros, por las cuales los bancos pagan la misma 'penalización' que en la facilidad de depósito, el -0,4%. Entre la facilidad de depósito y el exceso de reservas, los bancos suman 751.983 millones de euros que prefieren tener aparcados a un interés negativo antes que prestarlo. O los bancos no dan crédito o familias y empresas no demandan crédito, los canales de transmisión de la política monetaria están atascados.

¿Y si el dinero empieza a moverse?

Una cantidad importante de liquidez está almacenada, "sin embargo, a medida que la recuperación económica acelere, estos frenos desaparecerán... si los bancos deciden convertir este exceso de liquidez en crédito, el BCE deberá drenar la sobreabundancia de liquidez si quiere evitar la activación de la relación entre oferta monetaria e inflación", explica el experto de CaixaBank.

Si los bancos centrales no actúan con premura y diligencia cuando sea necesario, la inflación podría dispararse y descontrolarse. Al contrario de lo que estamos viendo hoy, los banqueros centrales tendrían que implementar políticas monetarias restrictivas o contractivas para reducir la oferta monetaria. En cada reunión veríamos a Draghi anunciar alzas de los tipos de interés de referencia o por ejemplo, el BCE comenzaría a vender a los bancos comerciales todos los bonos que ahora está comprando, de esta forma los bancos comerciales entregarían liquidez a cambio de estos activos de renta fija.

Otra herramienta que tienen los bancos centrales es subir el coeficiente legal de caja, que no es ni más ni menos que requerir a los bancos una mayor cantidad de reservas obligatorias. De esta forma se lograría 'retener' parte de esa liquidez en las cajas fuertes del banco central para evitar que siguiese multiplicándose e incrementando los precios.

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