
Dilma Rousseff, todavía presidenta de la mayor economía de Latinoamérica, no tendrá descanso este fin de semana. Durante la jornada del viernes, la comisión especial del Senado brasileño encargada de elaborar el informe sobre la posible destitución de la mandataria votó con 15 votos a favor y 5 en contra seguir adelante con el segundo proceso de impeachment que ensombrece la democracia brasileña. Un hecho que coincide con una nueva rebaja de calificación para el país, en esta ocasión por parte de Fitch Ratings, que redujo la nota brasileña en un escalón, hasta BB desde BB+, con perspectiva negativa.
Recordemos que esta agencia de calificación ya recortó el rating de Brasil hasta bono basura en diciembre. La calificadora aseguró que el panorama se ha debilitado aún más desde diciembre, con una esperada contracción económica de 3,8% en el 2016 debido al "alto nivel de incertidumbre política", así como un deterioro en los mercados laborales y una desaceleración en el mayor socio comercial de Brasil, China.
Si el Senado vota a favor de juzgar a Rousseff por haber manipulado las cuentas de presupuesto el próximo miércoles 11 de mayo, la presidenta será reemplazada por el vicepresidente, Michel Temer, de Partido de la Social Democracia Brasileña (PMDB) durante un juicio que se prolongaría hasta seis meses. Temer, con poco favor popular, va a tener difícil seguir adelante con las reformas y ajustes que requiere la mayor economía de la región para garantizar la sostenibilidad del país.
Dicho esto, Henrique Meirelles, un ex alto funcionario del banco central quien podría convertirse en el próximo ministro de Hacienda de un eventual gobierno del vicepresidente Michel Temer, aseguró que Brasil debe imponer metas realistas sobre sus proyecciones económicas. "Todos necesitan saber cada vez más que a lo que se apunte, lo que se declare como un objetivo o meta, será logrado", dijo durante una entrevista televisada en Globo News.
En estos momentos, todas las miras se centran en la Cámara Alta, donde el impeachment de Rousseff seguirá adelante si 41 de los 81 senadores apoyan su destitución. El informe aprobado el viernes deja la puerta abierta a incluir nuevas acusaciones contra la mandataria relacionadas con el caso de corrupción de Petrobrás.
La incertidumbre política en Brasil azuza la inestabilidad de su economía. En febrero, la agencia Moody's ya recortó la calificación del país en dos escalones hasta considerarla basura mientras que S&P conserva su nota "BB" sobre el país, es decir, dos escalone por debajo de lo que se considera un grado de inversión.
Durante la jornada del viernes, también conocimos como la inflación de Brasil se desaceleró menos de lo previsto en abril, al subir hasta el 9,28% interanual, debido a que el Gobierno dio luz verde a un incremento en los precios de los medicamentos, lo que hace pensar que el Banco Central se mantendrá a la espera ante de proceder a un recorte de tipos como medida paliativa a la profunda recesión.