
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cuenta con un plan B bajo la manga en su intento por frenar a su gran rival, el vicepresidente Michel Temer, a la hora de tomar las riendas de la mayor economía de Latinoamérica en el caso que la destitución de su mandataria siga su curso en el Senado. Según varios medios de comunicación locales, entre ellos el diario O Globo, Rousseff estaría planteándose renunciar a la presidencia y convocar elecciones anticipadas el próximo 2 de octubre.
Su posible renuncia forzaría la baja de Temer, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), partido que comparte gestión con el Partido de los Trabajadores pero que rompió su alianza en marzo pasado.
Actualmente, el vicepresidente es uno de los principales impulsores del juicio político contra Rousseff y tildado de "traidor" por los oficialistas. Según O Globo, la todavía presidenta ya habría consultado esta opción con sus más allegados y contaría con el visto bueno de Jacques Wagner, su jefe de gabinete y Ricardo Berzoini, el secretario de Gobierno.
El senador del Partido de los Trabajadores, Paulo Paim, indicó a O Globo que a medida que el juicio político contra Rousseff para una posible destitución de la presidenta sigue avanzando, el partido busca una alternativa como la convocación de nuevas elecciones, un hecho que podría estar apoyado por el electorado del país. Una encuesta de Ibope mostró que un 62% de los brasileños considera que la crisis política se resolvería con la renuncia de Rousseff y Temer, y la convocatoria a nuevas elecciones.
La agencia AFP adelanta que según los distintos sondeos es probable que el Senado apruebe el juicio político contra Rousseff, por lo que ésta sería suspendida del cargo por 180 días para afrontar el proceso que le sigue por acusaciones vinculadas al maquillaje de las cuentas públicas que beneficiaron su campaña de reelección. Se estima que el juicio político podría comenzar tan pronto como el próximo 11 o 12 de mayo.