Economía

Clinton vs Trump: la lucha por la clase media y el resurgir del sueño americano

La suerte está echada. La victoria el martes de Donald Trump en las primarias de Indiana sirvió de catalizador para asegurar su nominación republicana a la Casa Blanca. Con un 53,3% de los votos, el multimillonario sumó 51 delegados y provocó que su principal contrincante, el senador de Texas, Ted Cruz, cancelase sus aspiraciones presidenciales tras una sonada derrota en el estado Hoosier, donde sólo consiguió el 36,7% del favor popular. Por su parte, el gobernador de Ohio, John Kasich, logró sólo el 7,5% de los votos en Indiana y anunció el miércoles el fin de su campaña, allanando el camino a Trump, quien es el único candidato republicano en las próximas primarias, que incluyen al estado de California.

Recordemos que un candidato republicano requiere de 1.237 delegados para asegurarse la nominación del partido en la Convención Nacional Republicana que se celebrará en Cleveland a partir del próximo 18 de julio. Trump acumula ya un total de 1.047. En el campo demócrata, el senador de Vermont, Bernie Sanders arrebató a la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton el estado de Indiana, con el 52,7% de los votos frente al 47,3%. Dicho esto, Clinton acumula ya 2.202 delegados de los 2.383 necesarios para asegurarse la nominación demócrata a las elecciones presidenciales en la Convención Nacional Demócrata del próximo 25 de julio.

En un hipotético escenario que tiene muchas probabilidades de materializarse, Clinton y Trump se posicionan ya como los adversarios listos para desatar una guerra electoral sin cuartel. En estos momentos, la media de las encuestas realizadas a nivel nacional y que recopila RealClear Politics ofrecen a la que fuera primera dama del país y senadora por Nueva York una ventaja de 6,5 puntos sobre el empresario. Entre los seis sondeos analizados (CNN, Rasmussen, USA Today, GWU y Fox News), Trump sólo lidera uno de ellos, el de Rasmussen Reports con una ventaja de sólo dos puntos sobre Clinton.

Un hecho que centrará buena parte del mensaje en las próximas semanas, no sólo en inmigración y seguridad sino también en materia de impuestos. El candidato republicano Donald Trump ha propuesto eliminar el impuesto sobre la renta a millones de estadounidenses y reducir las tasas para quienes tienen los ingresos más elevados, como parte de un plan que, asevera, hará crecer la economía de Estados Unidos a un ritmo no visto en años. El plan de Trump de modificar el código fiscal de Estados Unidos eliminaría los impuestos sobre la renta federales en individuos que ganan menos de 25.000 dólares anuales y parejas cuyo ingreso sea menor a los 50.000 dólares anuales.

De hecho Trump asegura que estas personas recibirían "un nuevo formulario para enviar al Servicio de Impuestos Internos que diría, 'Yo gané' ''. El plan de Trump también beneficiaría de forma desproporcionada a quienes tienen mayores ingresos al reducir del 39,6% al 25% la tasa del impuesto sobre la renta para quienes ganan más, y también a las empresas al reducir su tasa tributaria, sean grandes corporaciones o comercios familias, a no más de 15%. Básicamente, Trump respalda el manual republicano de bajar impuestos y reducir el papel que el gobierno juega en los estadounidenses. En estos menesteres, el magnate inmobiliario reduce las siete brechas actuales en el código tributario para los ciudadanos a un total de cuatro (0%, 10%, 20% y 25%).

El análisis realizado por la Tax Foundation, un think tank con sede en Washington, indica que el plan fiscal de este multimillonario sumaría 5,3 millones de puestos de trabajo durante la próxima década y generaría un crecimiento económico del 11,5% durante la próxima década.

Por su parte, Clinton defiende ideas como la de un incremento en el salario mínimo federal, que está ahora en 7,25 dólares por hora, un nivel que no ha tenido cambios desde que entró en vigor, en julio de 2009. La exsecretaria de Estado también propone proteger fiscalmente a las pequeñas empresas, responsables de la creación de más del 60 % de los puestos de trabajo y, en cambio, castigar a las corporaciones que se aprovechan de lagunas legales en beneficio propio. Su reforma fiscal buscará evitar que las empresas "generen nuevos puestos de trabajo fuera del país y envíen sus beneficios al extranjero".

Clinton también se muestra a favor de una "reforma migratoria integral" que permita incorporar a la economía formal a millones de trabajadores. Esa medida permitirá aumentar el producto interno bruto (PIB) en 700.000 millones de dólares durante los próximos diez años. Según la Tax Foundation, los planes de Clinton incrementarían los ingresos fiscales del gobierno en 498.000 millones de dólares durante la próxima década, aunque si tenemos en cuenta el posible debilitamiento económico, la cifra neta se quedaría en los 191.000 millones de dólares.

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