Economía

El frenazo de la economía de EEUU no sienta la base para una recesión en 2016

Durante los últimos cinco años, el primer trimestre ha expuesto cierta debilidad en la economía de Estados Unidos. Debemos recordar que en 2011 y en 2014 se registró una contracción del 1,5% y el 0,9% respectivamente. Por aquel entonces, factores como las inclemencias meteorológicas o la caída en la inversión fueron las causas principales que frenaron la marcha del país. Eso sí, estos traspiés siempre fueron seguidos de un repunte en los tres meses posteriores. Una dinámica que parece repetirse en la actualidad.

Tras la última batería de datos macro publicados durante las últimas jornadas, puede deducirse que el crecimiento registrado entre los meses de enero y marzo se ha debilitado notablemente. Un hecho que ha generado una oleada de rebajas en las previsiones. Entre ellas destaca la que realiza la Reserva Federal de Atlanta, donde su GDPNow refleja que la economía crece en estos momentos a un 0,6%, su nivel más bajo desde el primer trimestre de 2015 y una rebaja considerable desde el 1,4% estimado el pasado 24 de marzo.

En Deutsche Bank son algo más pesimistas y el equipo liderado por Joseph LaVorgna, economista jefe para EEUU, considera que el PIB estadounidense se expandirá a un ritmo del 0,5% en el primer trimestre de 2016. Una cautela que también se ha contagiado entre otros bancos, como Morgan Stanley, donde sus economistas rebajaron recientemente sus previsiones hasta un 0,6% desde el 1% barajado previamente.

En estas circunstancias, donde el consumidor estadounidense sigue perfilándose como el pulmón de la economía y en un momento en que la actividad manufacturera se ha mantenido en contracción durante cinco meses consecutivos, la posibilidad de una recesión vuelve a ganar adeptos a este lado del Atlántico. Un riesgo que se suma a la incertidumbre generada por otros riesgos globales, como el ajuste en China o la caída en los precios del crudo. A finales de febrero, los economistas de Citi avisaban que en el caso de un debilitamiento de la economía estadounidense "sería difícil identificar otra economía que pueda postularse como el motor de crecimiento mundial". "Una desaceleración en EEUU, aunque no culmine en una recesión, supone un importante riesgo para la economía mundial", señalaron.

John E. Silvia, economista jefe de Wells Fargo, considera que en estos momentos existen un 25% de probabilidades de que EEUU sufra una recesión en los próximos 6 meses. Una predicción que no se aleja de la de J.P. Morgan, donde a día de hoy consideran que existen una de tres posibilidades de que la mayor economía del mundo sufra su primera recesión desde la crisis financiera. Aún así, Silvia advierte que "no es prudente desestimar los riesgos asociados con una". Al respecto el economista de Wells Fargo justifica que, aunque los porcentajes se alejen del 50%, el resultado ofrecido por sus modelos "sigue siendo una de las más altas desde la Gran Recesión".

Para LaVorgna, su homólogo en Deutsche Bank, es más probable que veamos recesión en los beneficios corporativos en EEUU que una recesión económica al uso. En este sentido, considera que un evento de este tipo no tiene porque generar una crisis como vivimos en 2008 sino que simplemente genera un reajuste en un momento marcado por la baja demanda global y el reajuste de inventarios. Desde Goldman Sachs, su analista, Elad Pashtan, considera que la contracción de la actividad manufacturera en EEUU ha tocado fondo ya que tras revisar la evolución regional de Nueva York, Richmond, Filadelfia, Kansas y Dallas, la mejora agregada es evidente, con la mayor subida mensual en marzo registrada hasta la fecha.

En las últimas semanas, cierto optimismo ha regresado a las bolsas estadounidense, que en el caso del Dow Jones y el S&P 500 acumulan un saldo positivo en lo que llevamos de año. "Para los inversores, las probabilidades de que la economía de EEUU caiga en una recesión se han reducido", estima Sam Stovall, estratega de S&P Capital IQ. Una posición que también defiende Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier. "Seguimos sin ver una recesión en 2016. Desde su punto de vista, el crecimiento del crédito se mantiene robusto, el mercado laboral es fuerte, la inflación se está acercando al objetivo e incluso el crecimiento de la producción industrial está mostrando señales potenciales de recuperación".

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