
Nueva política fiscal en Reino Unido. El Gobierno ha decidido modificar la estructura de impuestos en el país, en la que destaca una bajada del impuesto de sociedades, hasta el 17% desde el 20% anterior.
Al presentar en la Cámara de los Comunes su propuesta de Presupuesto 2016-17, el ministro de Finanzas, George Osborne, también ha adelantado que se recortarán los impuestos sobre la venta de locales comerciales y se aplicará una tasa a las bebidas azucaradas.
Con este último impuesto se espera recaudar unos 530 millones de libras (675 millones de euros) que se destinarán a financiar actividades deportivas en los colegios. Esta nueva tasa se aplicará a aquellas bebidas con azúcar añadido por encima del límite de 5 gramos por 100 mililitros e impondrá una tasa mayor para las bebidas que superen los 8 gramos por 100 mililitros.
A las petroleras del mar del Norte, en crisis por la caída del precio del crudo, se reducirá la llamada tasa complementaria del 20 al 10%, al tiempo que congelará el impuesto sobre la gasolina, en lo que se percibe como un gesto hacia sus colegas conservadores -muchos de ellos euroescépticos, contrarios siempre a una subida del precio del carburante- en vísperas del plebiscito sobre la UE.
De aquí a 2020, el ministro británico planea recaudar 12.000 millones de libras (unos 15.200 millones de euros) con medidas contra la evasión fiscal, subirá además un punto porcentual el impuesto sobre las primas de los seguros y el tabaco.
Pago de impuestos
En una concesión más amplia a los ciudadanos, aumentará de 10.600 a 11.500 libras anuales (13.400-14.600 euros) el umbral de exención del pago del impuesto sobre la renta, y subirá de 42.385 a 45.000 libras (53.900 a 57.000 euros) el volumen de ingresos que se gravan al 40%.
Osborne advirtió de que es necesario "tomar medidas ahora para evitar pagar después" y reiteró que su Gobierno está comprometido con los británicos que trabajan duro. En líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, criticó un Presupuesto "esencialmente injusto" que "culmina seis años de fracasos".
"Se ha revisado a la baja el crecimiento del año pasado, de este y de todos los siguientes, así como la inversión empresarial y la pública", afirmó.
Rebaja la previsión de crecimiento
En clave macroeconómica, el Gobierno británico revisó a la baja sus previsiones de crecimiento económico para los próximos cinco años y admitió que ha incumplido su objetivo de reducir la deuda neta a partir de 2016.
Osborne ha anunciado que el PIB crecerá este año un 2%, frente al 2,4% pronosticado en noviembre. Citando datos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, en inglés) -que supervisa las finanzas públicas-, precisó que el PIB aumentará también por debajo de las expectativas los años siguientes, un 2,2% en 2017 y un 2,1% en 2018, 2019 y 2020.
Esto contrasta con las previsiones hechas en noviembre, cuando se dijo que se expandiría un 2,5 % en 2017, un 2,4% en 2018 y un 2,3 % en 2019 y 2020.
Además, en lugar de empezar a reducir la deuda neta acumulada, cifrada en 1,6 billones de libras (dos billones de euros) -más de un 82% del PIB-, su progresión se ha revisado al alza, hasta un 82,6% del PIB en 2016-17 y un 81,3%, 79,9%, 77,2% y 74,7% en los ejercicios siguientes.
La inflación, actualmente en el 0,3%, se calcula en un 0,7% para este año y un 1,6% en 2017. Osborne atribuyó la rebaja de todas sus previsiones -que afectarán a su plan económico, basado en la eliminación del déficit, al reducir previsiblemente los ingresos para el Estado- al descenso de la productividad mundial.
"Cóctel de riesgos"
El menor crecimiento de China, el estancamiento en la zona euro y la volatilidad del precio de las materias primas componen el "cóctel de riesgos" que el canciller del Exchequer prevé para la economía nacional.
A pesar de las peores perspectivas, el número dos del Gobierno y probable aspirante al liderazgo conservador se reafirmó en su meta de registrar un superávit presupuestario de 10.000 millones de libras (12.700 millones de euros) para 2019-20.
También aprovechó para subrayar que, ante este panorama poco lustroso, el Reino Unido será un país "más fuerte y seguro" si los británicos deciden quedarse en la Unión Europea en el referéndum del próximo 23 de junio.
En su Presupuesto, con el que pretende solucionar "problemas de largo plazo para las próximas generaciones", anunció más recortes del gasto público, por valor de 3.500 millones de libras (4.500 millones de euros), hasta 2020.