
A pesar de que han pasado más de ocho desde que estallase la última gran crisis, parece que la economía no ha recuperado el tono esperado en los países desarrollados. La inflación ha desaparecido, el desempleo sigue siendo una gran preocupación y los salarios crecen muy despacio o directamente no crecen. Da la sensación de que los gobiernos y los banqueros centrales han fallado, por lo que cada vez son más los reputados expertos que claman por probar algo nuevo: regalar dinero directamente a las familias, una política no convencional dentro de las ya no convencionales.
Adair Turner, director del Institute for New Economic Thinking, Martin Wolf, redactor jefe del Financial Times, Ray Dalio, exitoso gestor de fondos, o Kemal Dervis (último en unirse al grupo), vicepresidente de Brookings Institution, defienden esta controvertida solución para acabar con el estancamiento económico.
Dervis explica que "los balances de los bancos centrales se han hinchado, los tipos de interés han alcanzado la parte inferior de su horquilla, casi cero. Hay mucha agua barata, pero los caballos se niegan a beber. Sin signos de inflación, y un crecimiento tibio y frágil, muchos están anticipando una situación crónica de crecimiento raquítico, mientras otros alertan sobre la posible llegada de una nueva recesión".
Este experto turco explica que todos los economistas y políticos (de izquierda o derecha) parecen estar de acuerdo con los programas de estímulo de los bancos centrales. Estas políticas se pueden ampliar y mantener, pero "este dinero volvería a llegar al sector financiero a ciertos sectores corporativos y pasaría de largo de los caballos sedientos: los consumidores de clase media y baja. El dinero debe llegarles a ellos de forma directa, además de financiando la inversión pública y en creación de empleo que ayudaría a crear una economía más inclusiva", sentencia este experto en el portal de Brookings Institution.
Coordinación mundial
Además, junto a este 'helicóptero del dinero', "sería conveniente que todos los bancos centrales se coordinaran para subir de forma comedida los tipos de interés, para evitar que el se siga produciendo una asignación ineficiente de los recursos, que a la postre puede derivar en burbujas, quiebras y nuevas crisis". Todos los bancos centrales deben coordinarse, porque si es sólo uno el que decide subir los tipos de interés, su zona de influencia se verá perjudicada por una apreciación de la divisa de ese banco central.
Si los consumidores son los que tienen el dinero en sus manos, son ellos mediante millones de decisiones de compra e inversión los que asignan los recursos evaluando la relación calidad-precio que ofrecen las empresas. Ahora, los bancos centrales y los bancos están inflando de liquidez a un grupo de determinados agentes, asignando todos los recursos financieros de una forma que podría estar haciendo poco por lograr un mayor crecimiento económico.
A la vez habría que lograr que los gobiernos se coordinasen también para implementar políticas fiscales expansivas, dirigidas a la creación de empleo y a la formación de los ciudadanos. Se puede decir que la economía mundial es como un calentador de gas que no enciende y necesita la ayuda de una chispa para volver a funcionar.
"La ortodoxia económica y las acciones independientes han fracasado claramente. Ha llegado el momento de que las autoridades reconozcan que tienen que cooperar e innovar por necesidad", sentencia el economista turco.
Otros expertos que defienden el 'helicóptero'
El exitoso gestor de fondos, Ray Dalio, explica lo siguiente: "La economía mundial no sólo se ha desacelerado, sino que se ha demostrado que la política monetaria convencional y no convencional se han agotado de forma clara. Por lo tanto, Dalio cree que el mundo necesita una nueva polítcia monetaria que vaya directamente dirigida a incrementar el gasto". Esta política también ha sido defendido por Adair Turner, expresidente de la Autoridad de Servicios Financieros de Reino Unido.
También es la opción favorita de Martin Wolf, redactor jefe del Financial Times, el 'helicóptero del dinero': "Esto es una emisión permanente de dinero con la intención de incentivar la adquisición de bienes y servicios, ya sea por los gobiernos o por los hogares... Si el dinero fuera directamente utilizado por el gobierno, para reducir impuestos o ingresado directamente en las cuentas corrientes de las personas, seguramente tendría efecto", asegura Martin Wolf.