
El Gobierno de Arabia Saudí registró un déficit récord de 367.000 millones de riales (89.170 millones de euros o 98.000 millones de dólares) en 2015. Estas cuentas, que no han sorprendido a los analistas, suponen el 16% del PIB. El Consejo de Asuntos Económicos y Desarrollo de país señaló que es "una cifra aceptable" dadas las circunstancias actuales, sobre todo ante los mínimos del petróleo.
Asimismo ha anunciado que los gastos del Estado se situaron en los 975.000 millones de riales (236.912 millones de euros), un 13,4% más de lo que estaba previsto inicialmente. Esto se debió al abono de una paga extra a todos los empleados públicos, una medida puesta en marcha por el rey Salman tras su toma de posesión en enero.
El Ministerio ha justificado el aumento del gasto por los salarios adicionales de los funcionarios y militares, los beneficiarios de la seguridad social y los jubilados, además de los "proyectos militares y seguridad" que representan el 17% del déficit. Por otro lado, la deuda pública del Ejecutivo saudí alcanza los 142.000 millones de riyales saudíes (34.000 millones de euros), lo que representa el 5,8% de su PIB, frente al 2% de 2014.
En otro orden, los ingresos de este año totalizaron los 608.000 millones de riales (147.736 millones de euros), menos de lo presupuestado inicialmente. El declive de los precios de las materias primas, principal motor de su economía, fue el motivo.
¿Qué le espera en el corto plazo? Está previsto que el Gobierno anuncie un plan de recorte de gastos para el año que viene. De momento, Arabia Saudí ha echado la mano a sus reservas de divisas y ha recurrido por primera vez en su historia al mercado internacional de bonos.
De cara a 2016, el ministro saudí de Finanzas, Ibrahim al Asaf, calculó que el déficit será de unos 326.000 millones de riales (79.000 millones de euros), ya que se reducirá el gasto público en unos 135.000 millones de riales.
Reducir la dependencia del petróleo
Por ello, el Ministerio ha anunciado la puesta en marcha de una serie de medidas y reformas "económicas, fiscales y estructurales" con el objetivo de "fortalecer" las finanzas públicas y "asegurar la sostenibilidad a medio y largo plazo".
Entre estas medidas, destaca el objetivo del Ejecutivo de realizar reformas estructurales para "reducir su dependencia del petróleo" en un plazo de cinco años. Para ello, el Gobierno saudí planea entre otras cuestiones privatizar varios "sectores y actividades económicas".
Además, el Ministerio ha indicado que "revisará" su contribución en los precios de la energía, agua y electricidad "de forma gradual" durante los próximos cinco años para "conseguir la eficiencia en el uso de la energía, conservar los recursos naturales y frenar el malgasto y uso irracional del agua".