
La Comisión Europea confirmó el lunes lo que llevaba tiempo avisando. Las cuentas españolas son demasiado optimistas. Y a pesar del robusto crecimiento con el que cerrará España este año, y la ayuda fiscal adicional del petróleo barato y los bajos intereses, nuestro país no cumplirá con los objetivos fiscales marcados ni para este año ni el que viene. Por lo tanto, el Gobierno del PP deberá adoptar medidas adicionales antes de terminar la legislatura.
La actualización de las previsiones para España realizadas por los funcionarios comunitarios el pasado mes dejan el agujero fiscal en el mismo sitio: tres décimas este año y siete décimas para el que viene. Así, nuestro país se quedará en el 4,5% del PIB en 2015 (frente al 4,2% demandado por Bruselas) y en el 3,5% el que viene (frente al 2,8% demandado). Como explicó el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, las discrepancias se deben a las proyecciones de crecimiento, que España sitúa en el 3,3%, mientras que Bruselas mantiene de momento en el 2,8%.
Adelanto del procedimiento
El Colegio de comisarios adoptará el martes formalmente su opinión sobre el Presupuesto español para 2016, casi un mes y medio antes de la fecha que marca el procedimiento comunitario. El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, adelantó tras el Eurogrupo que a la luz de los riesgos para cumplir con los objetivos marcados por Bruselas y la falta de información completa de los gobiernos regionales, el nuevo Ejecutivo español que surja de la cita electoral de diciembre deberá presentar un presupuesto actualizado para asegurar un "cumplimiento total" con los objetivos. Pero antes, el Gobierno saliente del PP ya deberá anunciar ajustes para así garantizar "una ejecución estricta" del presupuesto para este año y empezar a preparar el terreno para el cumplimiento en 2016.
Guindos descarta ajustes
Tras el Eurogrupo, Guindos se mostró "absolutamente convencido" de que el objetivo de déficit se iba a cumplir para este año, y que el del año que viene también es "alcanzable", descartando así que el Gobierno saliente vaya a tomar medidas adicionales. Para probar su argumento, apuntó a la buena marcha de la recaudación fiscal, que crece a un ritmo del 7%, incluso en el caso del IRPF, a pesar de las reformas que mira con recelo Bruselas. "No creo que haya muchos reproches respecto al presupuesto de 2016", aseguró Guindos.
Discusión del Eurogrupo
El Eurogrupo discutió cómo tratar los Presupuestos de aquellos países que los envían a Bruselas antes del 15 de octubre, la fecha fijada para lanzar el procedimiento normal, y que en este caso ha sido únicamente España, debido a las elecciones generales. El borrador llega mucho antes de que la Comisión presente sus previsiones económicas actualizadas de otoño, que este año se darán a conocer el 5 de noviembre. El 23 de noviembre, el Eurogrupo discutirá todos los Presupuestos y tiene previsto volver a revisar las cuentas españolas para ver qué medidas se han tomado para corregir el rumbo, y qué se debe reclamar al nuevo Gobierno.
Las reformas helenas
El Eurogrupo también dejó claro al ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, que no habrá recapitalización bancaria ni renegociación de los términos de la deuda hasta que no concluya la primera revisión del abultado paquete de reformas demandado para este otoño, que se espera para mediados de noviembre. Antes, a mediados de este mes, Atenas debe aplicar una serie de ajustes para liberar hasta 2.000 millones de euros del rescate, y presentar después cambios para las pensiones y la gobernanza de las entidades financieras. "Va en el interés de Grecia avanzar tan pronto como sea posible", dejó claro el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, quien alabó sin embargo el compromiso reformista de Tsakalotos y su Gobierno. No obstante, advirtió al Gobierno griego de que aún tiene mucho trabajo por hacer.
Mientras, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, mostró prudencia a la hora de evaluar el tercer programa griego debido a que el Gobierno acaba de tomar posesión, y consideró que aún es "un poco pronto para hablar de retrasos".