
Son 48 horas las que se dan los acreedores europeos para cerrar un acuerdo con Grecia. Un plazo determinado por la creencia del BCE de que los bancos griegos tienen liquidez hasta mañana miércoles -razón, entre otras, por la que la institución de Fráncfort congela la línea de emergencia para el país heleno-, y determinado también por la extensión del corralito como mínimo hasta mañana, después de la cumbre de líderes y del Eurogrupo donde Europa manifestará su firmeza asomando al primer ministro heleno, Alexis Tsipras, al precipicio de la salida del euro. A este plazo sumario se une la exigencia de la canciller Angela Merkel de que cualquier propuesta helena se ponga sobre la mesa esta misma semana.
Ninguno de los miembros del sanedrín europeo quiso dar ayer el portazo que habían sugerido en caso de victoria del 'no' en el referéndum del domingo en Grecia. En lugar de ello, esperan a ver qué propuestas traerá el líder griego a la cumbre de los líderes de la eurozona, convocada de urgencia para hoy. "La puerta está abierta para las discusiones" con Grecia, concedió Merkel, quien se desplazó hasta París para preparar la respuesta europea con el presidente galo, Francois Hollande.
Los socios del euro esperan con escepticismo a ver cómo jugará Tsipras la victoria moral de la consulta. Los representantes de la eurozona mantienen firmes sus demandas, incluso ante el riesgo de lo que ya es el escenario más probable, una fractura del euro. "Veremos si es posible mantener a Grecia en la eurozona", dijo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
La ofensiva final
La cumbre de hoy intenta atar ese compromiso con el que todas las partes siempre consiguen salvar la cara en Europa en el último momento... y con la banca griega al borde de agotar su liquidez. Al BCE le faltan argumentos para elevar la respiración artificial a los bancos helenos, y Tsipras sabe que ya no le quedan balas, como mucho una más, la de estas 48 horas. Por eso, este lunes preparó a conciencia la ofensiva con la que intentará arrancar de los líderes el acuerdo con el que conseguir un nuevo rescate, y así mantener al país dentro de la eurozona.
El griego acude a Bruselas apuntalado por el robusto rechazo de los griegos a las condiciones del programa anterior, con el apoyo de la oposición para lograr un acuerdo "socialmente justo y económicamente sostenible", incluida una renegociación de la deuda, y habiendo entregado la cabeza de su ministro, Yanis Varoufakis, la bestia negra para la eurozona y el FMI.
Pero sobre todo Tsipras se compromete a cumplir ahora con el programa puesto sobre la mesa por las instituciones justo antes de que se levantara de la mesa, con algunas modificaciones en línea con las salvedades que comunicó la pasada semana. A cambio de aceptar este paquete de reformas "con el menor efecto recesionario posible", el líder de Syriza insiste en "un compromiso hacia el principio de una discusión sustantiva sobre el tratamiento con el problema de la sostenibilidad de la deuda pública griega", tal y como incluyó el comunicado firmado este lunes junto con los líderes del resto de los partidos helenos. Los términos en que se pide la renegociación de la deuda, reclamación estrella de Tsipras, están en línea con la promesa del Eurogrupo en noviembre de 2012. Pero esta concesión a Grecia ya pertenece al pasado, como avisó este lunes la Comisión Europea.
La oferta de revisar los términos de la deuda, un tema que los acreedores estaban dispuestos a estudiar a partir de octubre si Grecia cumplía con las reformas, "desafortunadamente ya no está sobre la mesa", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. Como recordó el comisario letón, la promesa dependía de la conclusión exitosa del segundo programa de rescate, que expiró el pasado día 30 de junio. Un requisito que murió en el mismo momento que Tsipras convocaba el referéndum.
Merkel y Hollande exigen propuestas concretas
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, se reunieron este lunes de forma urgente para valorar el referéndum griego. En comparecencia conjunta, subrayaron que "las puertas siguen abiertas a la negociación", pero exigen un plan de medidas "serias y creíbles" a Alexis Tsipras. En las últimas semanas, Berlín y París han tenido posturas distintas con Grecia. Alemania, más firme, y Francia, partidaria de una reestructuración de la deuda.
Mientras Merkel consideró "urgente" tener propuestas precisas, Hollande recalcó que "la puerta está abierta a las discusiones". "Decimos muy claramente que la reunión de líderes de la zona euro debería ser entendida en esos términos", dijo la canciller, "pero al mismo tiempo decimos que no están dados en este momento los requisitos para comenzar negociaciones sobre un programa ESM (de fondo de rescate de la zona euro)".
El lunes, el ministro de Finanzas galo, Michel Sapin, afirmó que "la carga de la deuda en los próximos meses y años es demasiado alta para que Grecia sea capaz de recoger en sí de nuevo"."Siempre he dicho hablando de la deuda que no es un tabú", añadió.