
Grecia está prácticamente en bancarrota y se da por hecho que habrá que condonar al país algo más del 21% de su deuda, el porcentaje que se estableció en julio cuando se cerró el segundo rescate al país heleno. La Eurozona contempla una quita de entre el 30 y el 50%, si bien UBS piensa que las pérdidas que deberían asumir los inversores privados deberían ser del 100% para reducir la deuda de Grecia a un nivel manejable. Los PIGS contribuyen más que Alemania, Francia o Finlandia al rescate.
¿Qué razones esgrime UBS? "Una quita menor no funcionaría porque alrededor de un tercio de la deuda griega está en manos del FMI y la UE y, sobre esa parte, no se puede aplicar ninguna pérdida", apunta el jefe de análisis de UBS para la Unión Europea, Stephen Deo, en declaraciones a la CNBC. Además, añade que los bancos griegos necesitarán ser recapitalizados.
Otras entidades, como Barclays Capital, elevan el porcentaje de deuda helena en manos del sector público incluso hasta el 50%. Los mayores acreedores griegos son el Banco Central Europeo (BCE), los Gobiernos europeos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bancos centrales de los distintos estados miembros de la zona euro, apunta.
En este contexto, para Deo, una quita del 50% para el sector privado, como se estudia en el seno de la UE, se traduciría tan sólo en una reducción real de la deuda del 20% más o menos. De modo que, en su opinión, para lograr una reducción real de la deuda del 50%, las pérdidas que deberían asumir los inversores privados por sus tenencias de deuda griega debería ser del 100%.
A su juicio, la única solución real al problema es contar con una participación mucho mayor del sector privado. "Se requiere una mayor participación del sector privado, para reducir la tasa de interés y extender la duración de la deuda".
Los términos del segundo paquete de ayuda para Grecia están siendo revisados y esto incluye la contribución del sector privado, dado que el país está en una recesión más profunda de la esperada y las tasas de interés en los mercados han cambiado desde entonces.
Los líderes europeos parecen estar resueltos a encontrar una "solución contundente" para la crisis en Grecia en la cumbre de este domingo. Ésta debe incluir el pago de la ayuda urgente de 8.000 millones de euros, a la que los supervisores internacionales ya han dado el visto bueno, y la aplicación del segundo plan de rescate con la participación del sector público y de la banca.