Economía

Brasil busca capital de EEUU para etanol pero inversores constatan obstáculos

César Muñoz Acebes

Washington, 26 abr (EFECOM).- Brasil está de moda en Washington, donde no hay político que no hable del etanol, y para aprovecharlo un grupo de gobernadores brasileños busca actualmente capital de EEUU, pero el interés no siempre se traduce en inversiones, según los expertos.

Mandatarios extranjeros a la caza de inversiones pasan como en procesión por Nueva York, pero pocos pueden jactarse de captar con más facilidad la atención de los hombres y mujeres de Wall Street que los gobernadores de siete estados brasileños, que se encuentran hoy en EEUU.

El gobernador de Rio de Janeiro, Sérgio Cabral Filho, por ejemplo, dijo haberse entrevistado en Houston y Miami con grupos interesados en colocar dinero en el negocio del etanol, "fundamentalmente en destilerías y la mejora de la caña de azúcar".

Incluso un estado pobre como Piauí tiene algo que decir a los gerifaltes del dólar. "Nosotros podemos colocar la energía financiera en favor de una energía limpia, con fuerte impacto social", señaló su gobernador, Wellington Dias.

En su opinión, las dos reuniones que sostuvieron en marzo el presidente de EEUU, George W. Bush, y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, han abierto "canales" de cooperación para las empresas privadas de ambos países.

Es una impresión que corrobora Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, una asociación que agrupa a las principales multinacionales de EEUU presentes en el continente.

"Hay mucho interés, no sólo de las empresas energéticas, sino también de las agrícolas y las financieras, como los fondos de riesgo y los bancos, porque ven que existe el potencial de rentabilidades a largo plazo", explicó.

El Consejo de las Américas reunirá a los siete gobernadores en un foro el viernes en Nueva York, pero algunos de ellos han parado antes en Washington para agitar el árbol del dinero de las instituciones multilaterales de crédito.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha prometido 3.000 millones de dólares en préstamos al sector, principalmente para Brasil, pues lo considera un mecanismo para crear empleos en el campo y reducir la dependencia de petróleo importado.

Sin embargo, los inversores privados son más cautos a la hora de aflojar el bolsillo, según Farnsworth.

A su juicio, existen dos factores que hacen que la rentabilidad de los proyectos sea por ahora sólo "potencial".

En primer lugar, el mayor mercado del mundo mantiene un arancel de 54 centavos por galón (3,8 litros) a la importación de etanol brasileño, que es más barato que el estadounidense, para proteger a los productores nacionales, que destilan el alcohol de maíz.

Pese a todo el entusiasmo de Bush por el etanol, la Casa Blanca se ha negado a hablar de la reducción del arancel con Brasil y en el Congreso no hay interés en ninguno de los dos partidos por tomar medidas que enfaden a los agricultores a año y medio de las elecciones presidenciales.

El segundo obstáculo es la falta de un sistema de distribución de etanol para su uso en automóviles en ningún país del mundo excepto en Brasil, que ha desarrollado la red tras décadas de inversión pública en ese alcohol.

Además, se añaden las dificultad propia de hacer negocios en Brasil, como un código tributario muy complicado y un sistema educativo y una infraestructura deficientes, según Farnsworth.

Así, las visitas más productivas de los gobernadores han sido, por ahora, las hechas a organismos interesados en el etanol como una vía de desarrollo social.

El gobernador de Minas Gerais, Aécio Neves, por ejemplo, se lleva bajo el brazo la promesa del BID de apoyar al estado para la instalación de un "centro de inteligencia del etanol" para desarrollar nuevas tecnologías.

"Nuestro papel no es sólo exportar alcohol, sino construir la inteligencia de los combustibles alternativos", afirmó Neves.

En los próximos años se construirán 40 nuevas destilerías en su estado, por una inversión total de 4.000 millones de dólares, dijo.

Más atrasados están los estados del noreste. Piauí cuenta con tan sólo una planta procesadora de biodiesel y otra de etanol, y Dias promueve el aumento de los cultivos de caña de azúcar en zonas "degradadas" por la desforestación.

Tampoco se irá con las manos vacías, pues el viernes firmará un proyecto conjunto con la organización no gubernamental CARE y la empresa CantorCO2 para la inversión en biocombustible. EFECOM

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