
El pasado mes de julio cerró como uno de los más catastróficos para el empleo de los trabajadores por cuenta propia. El séptimo mes del año perdió 7.286 autónomos en el total del mes, lo que supone 235 menos cada día del mes. Así, julio de 2025 se posiciona como el peor dato para ese periodo de los últimos tres año, desde que en el año 2022 se perdieron 10.422 trabajadores autónomos y al haber disminuido este colectivo en 2.339 empleados en solo un año.
Y es que, el último mes de julio que sumó empleados por cuenta propia fue en el año 2021, cuando se sumaron 1.978 autónomos. Aún así, fue un año que se quedó lejos del que ha sido el mejor registro de los últimos 7 años, 2020, cuando justo al finalizar el periodo de cuarentena por la Covid-19, España sumó 17.505 nuevos trabajadores por cuenta propia. Ahora, con los datos actualizados, en julio de 2025 se registró el peor dato de los últimos tres años tras perder a más de 7.000 autónomos en tan solo un mes.
Los motivos de la pérdida de autónomos, según señaló el presidente de la Federación Nacional de Asociación de Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, son múltiples, y todos ellos relacionados con las normativas que se vienen imponiendo en los últimos años: "Los anuncios de recorte de jornada, de endurecimiento de las condiciones laborales, de los despidos, de las multas, controles… Indudablemente afectan a quien tiene que crear y mantener el empleo. Cuando se está continuamente queriendo endurecer la contratación, las condiciones laborales y lanzando mensajes contra el empresariado, tiene o puede tener efectos como el que hemos visto en este mes de julio", señaló Amor tras la publicación de los datos de afiliación correspondiente al mes de julio.
Elevadas cargas fiscales
Además, desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) se ha remarcado que el 80% de los empleados por cuenta propia consideran que uno de los principales problemas a los que se enfrentan son las elevadas cargas fiscales a las que tienen que hacer frente, con especial ímpetu las personas físicas, que soportan altos niveles impositivos y no obtienen beneficios equiparables a los trabajadores por cuenta ajena.
También es el 10% de autónomos que denuncia la escasa protección social, destacando casos como el de las incapacidades temporales, ya que un autónomo de baja médica, tras pagar sus cotizaciones, apenas percibe 600€ mensuales, sin dejar de afrontar gastos como alquiler o suministros.
Por su parte, las cotizaciones a la Seguridad Social también se encuentran en el punto de mira, ya que el 5% de los autónomos las consideran desproporcionadas e injustificadas.
Rechazo del cese de actividad
Además, estas patronales (ATA y UPTA) llevan años alertando de la situación a la que se enfrentan los autónomos a la hora de solicitar la prestación por cese de actividad. Y es que, según los últimos datos publicados por el ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y que recoge hasta el mes de junio, el 61% de solicitudes para acceder al paro por parte de los autónomos fueron desfavorables, por lo que las solicitudes fueron rechazadas.
Y es que, de las 8.866 peticiones que recibió el ministerio de Seguridad Social, 5.405 desfavorables. Así, tanto UPTA como ATA reclaman que el acceso a esta prestación una vez se pone fin a la actividad sea "de forma directa, equiparándola al paro de los trabajadores por cuenta ajena".
Seguridad Social recauda por parte de los trabajadores autónomos cotizaciones sociales para cubrir la prestación por cese de actividad. De hecho, hasta el mes de junio, la cartera liderada por Elma Saiz ha recaudado 190,62 millones de euros para esta partida, pero hasta este mismo mes, el Departamento solo había gastado 22,12 millones de euros en el paro de los autónomos, 5,61 millones más si se tiene en cuenta la prestación extraordinaria por la Dana de 2024, lo que da lugar a que 162,89 millones de euros que no se están destinando al pago de esta prestación. Es decir, a pesar de que los autónomos pagan las cuotas correspondientes, no reciben la prestación.