Economía

Los hombres aún se jubilan antes de los 65 tres años después de la 'reforma Escrivá'

Varios pensionistas juegan al dominó en un parque de Madrid. Europa Press.

La reforma del exministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, tenía como objetivo –entre otras cosas– retrasar la edad de jubilación en España. Es por ello que el ahora gobernador del Banco de España impulsó una serie de medidas para incentivar la demora y penalizar el anticipo del retiro. Tres años y medio después de que entrase en vigor la primera pata de la reforma de pensiones que, entre otras cosas, incluía una nueva tabla de coeficientes penalizadores para las jubilaciones anticipadas voluntarias e involuntarias, la edad de retiro de los hombres sigue por debajo de los 65 años y todavía no ha llegado ningún mes a la edad ordinaria de jubilación.

En contraste, la edad media a la que se jubilan las mujeres llegó por primera vez a los 65 años en marzo de 2021, antes de la reforma Escrivá. En el caso de las trabajadoras, la edad media se sitúa actualmente 65,61 años –algo más de 65 años y siete meses–, según las últimas cifras disponibles del Ministerio de Seguridad Social. Es decir, ha subido cerca de seis meses y medio desde la entrada en vigor de la primera pata de la reforma.

Estas mismas cifras muestran que la edad media a la que se retiran los varones se sitúa, en el mes de junio, en los 64,84 años –todavía a dos meses de la edad mínima–. Así, la diferencia entre la edad a la que se jubilan los hombres versus la de las mujeres es de nueve meses.

Desde la entrada en vigor de los cambios normativos, en este caso, la edad ha aumentado en siete meses y medio. Como consecuencia del aumento paulatino de la edad de jubilación de los varones y el hecho de que, a la hora de realizar la media, la de las trabajadoras presiona al alza, la edad media ha permanecido los últimos cuatro meses –de abril a junio– por encima de los 65 años.

Carreras más largas

El origen de esta diferencia, según explica el experto de Fedea, Ignacio Conde Ruiz, está en la penalizaciones al anticipo que llegaron en primer lugar con la reforma de 2011 (que entró en vigor en 2013) y que, más tarde se endurecieron con la de 2021 (en funcionamiento desde enero de 2022).

"Esta reforma elevó la edad de jubilación hasta los 67 años con una excepción: haber cotizado 38 años y medio. Caso en el que si se permite el retiro a los 65", resume Conde Ruiz. Un aumento en edad de jubilación que se ha realizado de forma gradual y que no se aplica en su totalidad hasta 2027. Por ejemplo, para jubilarse en 2025 a los 65 un trabajador necesita 38 años y 3 meses cotizados. En caso de acreditar una carrera más corta, dicho trabajador tendría que esperar hasta los 66 años y 8 meses.

"Estamos en periodo de transición. Ahora con 38 años y 3 meses te puedes seguir jubilando a los 65 o, con la anticipada, a los 64 o 63", detalla el experto de Fedea. Sin embargo, lo que ocurre es que "son solo o prácticamente solo los hombres los que pueden acogerse a la jubilación de los 65 años. Muy pocas trabajadoras alcanzan esta edad con 38 años y seis meses cotizados y, por lo tanto, se tienen que seguir jubilando más tarde", apunta Conde Ruiz.

Por otro lado, según el presidente de Economistas Asesores Laborales del CGE, Jesús Fernández-Bravo, "aunque no existe una diferencia explícita en la edad de jubilación de ambos géneros, algunas mujeres pueden estar más afectadas por estas reformas debido a las características particulares de su carrera laboral".

En concreto, el experto del Consejo General de Economistas se refiere al hecho de que las carreras profesionales de las trabajadoras suelen ser más discontinuas debido al tiempo que estas dedican al cuidado de familiares (mayores o hijos). Una situación que implica que en muchos casos, su cotización a la Seguridad Social sea menor a lo largo de su vida laboral y, por tanto, necesiten trabajar más años. "No es que las mujeres se jubilen más tarde, sino que su pensión y sus condiciones de jubilación dependen de factores como las interrupciones en sus carreras debido a roles tradicionales de cuidado y las diferencias en sus cotizaciones a la Seguridad Social", detalla Fernandez-Bravo.

Penalización al anticipo

Según las últimas cifras publicadas por el Ministerio, hasta junio (inclusive), se han registrado 183.696 nuevas altas de jubilación. De estas, el retiro demorado representa el 11,4% del total, frente al 4,8% de 2019. Las cifras que ofrece el Departamento dirigido por Elma Saiz, no obstante, no son desagregadas. Es decir, no muestran cuántas de estas demoras pertenecen a varones, ni tampoco detalla en qué mes se han producido.

Del mismo modo, Seguridad Social muestra que las jubilaciones anticipadas se han reducido un 11,9% desde ese mismo año. Como consecuencia, en conjunto, el 71,8% de las altas se producen a la edad ordinaria de jubilación o posteriormente, 12 puntos porcentuales más que en 2019. Un cambio en las cifras que para el Ministerio "refleja el impacto de los incentivos de demora vigentes desde 2022 y la reconfiguración del marco de la pensión de jubilación anticipada".

La reforma de Escrivá, aunque mantuvo la edad ordinaria de jubilación en los 65 años, también endureció las condiciones de anticipo. En concreto, a partir del 1 de enero de 2022, los coeficientes reductores por retiro anticipado pasarían a calcularse por mes adelantado (en vez de por trimestre) y se aplicarían directamente sobre la cuantía total de la pensión (en lugar de sobre la base reguladora). Un cambio que afectó tanto a la jubilación anticipada voluntaria como para la involuntaria.

Estos coeficientes varían según el periodo cotizado y aumentan cuanto mayor el anticipo. Por ejemplo, una persona con un periodo de cotización menor a 38 años y 6 meses verá reducida su pensión un 3,4% si anticipa su retiro un mes y un 21% si lo hace dos años –el máximo aplicable–. Sin embargo, para aquellos que cuenten con 44 años y 6 meses la penalización será de un 2,81% si el adelanto es de un mes y de un 13% en caso de que este sea de dos años.

Por otro lado, la segunda pata de la reforma de pensiones se centró en tratar de retrasar la jubilación a través de nuevos incentivos. En concreto, desde el mes de abril de este año entraron en vigor las modificaciones de la jubilación activa, parcial y demorada con el objetivo de mejorar la compatibilidad del cobro de salario y de la pensión. Uno de los objetivos del Ministerio con estos cambios eran, precisamente, favorecer a colectivos con carreras de cotización más cortas e intermitentes.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky