Economía

Europa cede frente a Trump pero EEUU pagará la fiesta arancelaria: las empresas y consumidores asumen el 90% de los gravámenes

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , se reúne con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (Reuters)

Europa ha llegado a un acuerdo con EEUU para unos aranceles cercanos al 15% a cambio de compras masivas de energía y armas. Los expertos creen que este es solo un punto y aparte de la incertidumbre que limita el peor de los escenarios y que pueden surgir muchas más tensiones con aranceles al sector farmacéutico, al acero… o a múltiples frentes. Sin embargo los expertos insisten en que si bien los aranceles no le viene bien a la economía de ninguno de los dos, EEUU era el que iba a sufrir más con una guerra comercial y el que se va a llevar el peor golpe de un tipo que ha pasado del 1% al 16% en solo un año.

El motivo lo dan los expertos de Piper Sandler, que publican en su último informe que son las empresas y consumidores estadounidenses las que más se ven perjudicadas por la medida. Según sus estimaciones, durante el mes de junio las empresas importadoras asumieron cerca del 59% de los gravámenes y el 30% lo hicieron los consumidores estadounidenses a través de subidas de precio. Solo el 10,5% afectó a los exportadores (entre ellos los europeos).

De momento el grueso de los mismos está recayendo en las empresas que, con unos buenos márgenes, están decidiendo sacrificar beneficios. Dario Perkins, analista de TS Lombard, explica que este es el motivo por el que el impacto no está emergiendo de forma clara en el IPC por el momento. "Las empresas están absorbiendo el coste de los gravámenes y el proceso irá pasando hacia los consumidores poco a poco". En resumen desde la Fed consideran que solo se ha dado un impacto.

Desde KPMG publicaban una encuesta en julio en la que se defendía que un 60% de las firmas consultadas está asumiendo en sus cuentas los aranceles con una caída de la rentabilidad de entre 6%-10% por los mismos. Según la firma esto habría sido una situación inicial en la que las empresas están aguantando el golpe mientras tejen una estrategia alternativa. Sin embargo, a diferencia de lo que podría plantear el plan de Trump, no están necesariamente tejiendo un red nacional o trasladando a las firmas europeas o chinas el coste de los aranceles.

En realidad el trasvase va a ir de los márgenes de las empresas hacia los bolsillos de los estadounidenses. Según la encuesta un 83% de las empresas ya están poniendo en marcha planes para trasladar los costes hacia los consumidores. Un estudio de la Reserva Federal de Nueva York, mostraba que, según sus ecuestres, el 45% de las empresas de servicios y un tercio en general, dijeron que habían trasladado un parte de los gravámenes a los clientes y el resto lo habían absorbido ellas. Un 25% de las empresas absorbieron por completo los precios en sus márgenes.

Hay un ejemplo concreto que ha puesto de manifiesto la situación, pues son una de las únicas empresas que ha hablado de forma transparente de cómo gestionará este mayor coste. Este es el caso de D'Aadario, un fabricante de cuerdas (para guitarra) y baquetas que nutre a los grupos más importantes del mundo. Una dinastía familiar que domina la empresa y que se enfrenta al pago de 2,2 millones de dólares en aranceles este año, según explicaron en una entrevista a Reuters. Si bien la firma ha confirmado que busca estrategias para eludir los aranceles con trucos, como buscar países donde reexportar han confirmado que la idea sería subir claramente precios y seguir importante, por ejemplo, cobre para sus cuerdas. "No hay una alternativa buena, la gente quiere los mejores productos y es algo por lo que estarán dispuestos a pagar".

Este traslado de los precios que se iría acelerando con el paso de los meses tendrá un impacto en la inflación, según la Reserva Federal de San Francisco. Las importaciones suponen cerca de un 9% de toda la balanza del IPC norteamericano. Por lo tanto, según sus cálculos un aranceles general del 25%, esto puede elevar los precios de inversión un 9,5% y un 2,2% los precios al consumidor.

Desde JP Morgan consideran que con una tasa efectiva del 17%, estamos hablando de un impacto en el IPC de 0,2 y 0,3 puntos porcentuales más para esta estadística. "Probablemente esto llevará a que la Fed adopte una estrategia muy cautelosa respecto a futuros recortes". Por su parte el banco normeamericano afirma que estas medidas también generarán un impacto económico en EEUU negativo. "Habrá un golpe directo a los aranceles que limite el crecimiento de EEUU al 0,5% el tercer trimestre y al 0,75% el cuarto".

¿Y el impacto en Europa?

Para Europa, en cualquier caso, la situación no será positiva, en particular tras el acuerdo firmado. Desde Capital Economics consideran que con los gravámenes actuales y si no hubiera cambios, se reducirá el PIB de la UE en 0,2 puntos. Alemania será la más afectada entre las grandes economías con 0,3 puntos de impacto. Por su parte España será el que menos se vea golpeado con 0,1 puntos. "Un impacto prácticamente nulo".

Por su parte, desde UBS consideran que podría haber un impacto de 0,4 puntos porcentuales. Sin embargo, la firma helvética explica que "los riesgos están al alza, debido al impacto negativo sobre la confianza de los hogares y las empresas". Es decir, con estas condiciones el gasto e inversiones se relajarán. Por su parte la incertidumbre no ha terminado y "persisten las ambigüedades". Si bien "las empresas ahora cuentas con una mejor base para planificar", siguen procesos que mantienen la incertidumbre como "la investigación 232 sobre la industria de los semiconductores" y otras batallas arancelarias paralelas.

Desde la Comisión Europea explicaban que si bien el impacto de los aranceles los absorbe en su mayoría los actores estadounidenses, sí que actúan como una barrera, fomentando que se reduzcan pedidos y, especialmente, que no se apuesta por nuevas compras. Según su último análisis, la CE estimaba que unos aranceles del 20%-30% golpearían a Europa con una caída de entre el 1,1%-1,5% en las exportaciones y, en consecuencia, un descenso de 0,2 puntos en el PIB de la región. Queda por ver si este nuevo compromiso cambia de forma decisiva este impacto. En cualquier caso, así es como quedaría repartido el impacto de lo que ya es una realidad: el nuevo equilibrio arancelario que actuará, más bien, como un impuesto ampliado sobre el tejido empresarial y los ciudadanos de EEUU.

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