
El mercado laboral sorprende con un importante impulso en el segundo trimestre que compensa la pérdida experimentada en los primeros meses del año tras la campaña de Navidad. La Encuesta de Población Activa correspondiente a los meses de abril, mayo y junio deja un balance positivo de 503.300 empleos creados respecto a marzo y 584.000 puestos generados en el último año, que están concentrados en el ámbito de los servicios. Y el conjunto de esta ganancia interanual se debe a las contrataciones efectuadas por las empresas privadas, de acuerdo con estos datos.
El número de personas ocupadas por el sector privado ha crecido en 620.000 en los últimos doce meses, al mismo tiempo que el público ha perdido 3.600, según recoge el sondeo elaborado por Estadística. Al comparar con el trimestre anterior, las contrataciones privadas también explican el 95% del crecimiento del empleo, un esfuerzo que CEOE ha puesto de relieve en un contexto marcado por la incertidumbre. "Los datos indican que el sector privado es el baluarte de la creación de empleo, con 480.500 ocupados más, lo que da cuenta de su resiliencia en un contexto de elevada incertidumbre" destaca la patronal.
A las dudas sobre el impacto que tendrán los aranceles anunciados por EEUU en el comercio internacional, se suman las incógnitas referidas a cuál será la normativa laboral a aplicar a medio plazo, con la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas como punto clave. En este sentido, la organización empresarial que encabeza Antonio Garamendi recuerda que este cambio afectaría a la negociación colectiva y "pasar una elevada factura a la creación del empleo si se produce un cambio en el ciclo económico".
Al poner el foco en los sectores, se aprecia que solo la Agricultura pierde empleados respecto a la encuesta elaborada en el segundo trimestre de 2024. En concreto, el sector primario deja de ocupar a 7.300 personas, algo significativo al tener en cuenta que es un empleo muy afectado por la estacionalidad pero que se está comparando el mismo periodo de dos años diferentes. La industria gana más de 115.000 ocupados y la construcción 45.800 trabajadores, aunque los servicios concentran la gran parte de esta ganancia, al registrar una subida de casi 430.000 ocupados en 12 meses.
Estos registros del mercado laboral resultan muy significativos por ser la primera vez que se superan los 22 millones de trabajadores en esta encuesta, a la par que la tasa de desempleo se sitúa en el 10,3% -la cifra más baja desde el año 2008- y que esto se combina con un intenso crecimiento de la población activa, que hace más difícil que caiga el porcentaje de desempleados. Tal y como ha destacado el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, con este último periodo ya se encadena todo un año y medio en el que la ocupación ha crecido por encima del 0,6%.
No obstante, los sectores en los que se enmarca este crecimiento vuelven a alentar las dudas sobre la calidad del empleo generado en este tiempo, por el papel que juegan los contratos fijos discontinuos dentro del empleo indefinido. Por primera vez desde la reforma laboral caen en la comparación interanual (un 2,8%) y suman un total de 768.400, por lo que suponen un 4% del conjunto de los asalariados. Asimismo, persiste la importancia de los contratos a tiempo parcial, sobre todo entre las mujeres. Actualmente, según los datos recogidos en la última EPA, hay 19,1 millones de personas que desarrollan su actividad a jornada completa (40 horas semanales o la acordada para el sector/empresa) y algo más de tres millones contratados a tiempo parcial.
El avance analizado, parece apuntar que, como sucedió en años anteriores, la mayor parte del crecimiento del empleo se concretará en estos primeros meses de año, gracias al impulso de la actividad turística a partir de la Semana Santa. De forma que, pese a que algunos sectores de gran valor añadido como es el de la información y las telecomunicaciones ganan cada vez más peso dentro del mercado laboral, la economía española sigue dependiendo de actividades muy ligadas a la estacionalidad y el efecto calendario pese a los cambios introducidos en la regulación laboral en la reforma aprobada a finales de 2021.
Por otro lado, pese a la mejora experimentada en los registros de paro de todas las franjas de edad, el de los más jóvenes persiste en niveles muy elevados y a la cabeza de Europa, con una tasa del 24,5%. Según los últimos registros del SEPE, de los que se hizo eco el Ministerio de Trabajo, el número de parados jóvenes se encuentra en su nivel más bajo desde que hay registros. No obstante, el factor demográfico opera como un elemento fundamental en este sentido. El Gobierno, sin embargo, cree que la prioridad se sitúa en los parados mayores de 50 años, los que en muchos casos se vieron expulsados del mercado de trabajo en los años de la crisis económica y tienen más dificultades para encontrar un empleo estable.
Caen las horas trabajadas
Pese a la creación de más de medio millón de empleos, las horas trabajadas evolucionaron a la baja respecto al año pasado. El análisis elaborado por el Instituto Nacional de Estadística refleja un descenso de medio punto del número de horas trabajadas por el conjunto de los ocupados, un síntoma que los economistas acostumbran a analizar como negativo por su efecto directo en la productividad de la economía. Y en los últimos meses, este resultado viene dado por el impacto del absentismo, cuya incidencia ha crecido considerablemente en nuestro país y la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) –integrada en CEOE– ya espera que supere los 32.000 millones de euros a final de este año respecto a las bajas comunes.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones intenta encontrar una solución a esta coyuntura en la mesa de diálogo social abierta con patronal y sindicatos, mientras los representantes de las empresas intentan acelerar los acuerdos con las comunidades autónomas para que las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social puedan gestionar y tratar las bajas comunes (generadas fuera del trabajo) de origen traumatológico, para acelerar la atención y la recuperación de los trabajadores.
Las propuestas presentadas hasta ahora hacen referencia a abrir la posibilidad de que las bajas solo se declaren para una actividad o introducir altas progresivas en los procesos de larga duración, como las enfermedades oncológicas. Sin embargo, no han convencido a las partes representadas en la mesa.
Al mismo tiempo, los convenios colectivos, especialmente los firmados en el seno de las compañías, han seguido reduciendo la jornada laboral mediante convenio colectivo. Como publicó este periódico, los acuerdos laborales firmados en los primeros meses de 2025 ya recogen una jornada media de 1.712 horas, el equivalente a 37,5 horas en términos anuales. Este es el tiempo que la responsable de Trabajo, Yolanda Díaz, quiere establecer como límite máximo en el Estatuto de los Trabajadores con el Proyecto de Ley que está en el Congreso a la espera del debate de totalidad.