Economía

El motor olvidado de España resurge mientras en Europa "es como estar en el Titanic"... pero los aranceles podrían cambiarlo todo

  • Las plantas no paran de cerrar en Alemania, Holanda o Francia
  • Los menores precios (potenciales) de la energía dan a España una ventaja estratégica
  • Esta industria representa el 6,1% del PIB y es clave en las exportaciones
Planta química (iStock)

Cuando se piensa en la economía española lo más común suelen ser playas abarrotadas de gente o fábricas de coches. Sin embargo, hay un sector que suele pasar inadvertido y que es sin duda uno de los grandes pilares: las empresas químicas. Esta industria representa el 6,1% de todo el PIB del país y un 4,7% de la población salarial activa. Una cifra superior a lo que representan áreas más conocidas como la construcción y casi el doble que el sector primario. Este sector se ha construido sobre un imperio internacional con cerca del 73% de su facturación viniendo de las ventas fuera del país. Estamos hablando del segundo mayor exportador de todo el tejido empresarial nacional con 58.603 millones de euros.

Es por ello que ha habido reiteradas preocupaciones desde 2023, cuando los elevados precios de la energía por la guerra de Ucrania y un tsunami de sobreoferta china en todos los mercados (destacando el suyo propio, la demanda más grande del planeta) provocó una verdadera crisis con la facturación retrocediendo. Desde entonces se han construido dos caminos muy diferentes. Mientras que España ha logrado recomponer esta industria clave y aumentar su producción, en el resto de Europa la situación es ya tan crítica que muchas fábricas están directamente cerrando y buscando otros destinos en un éxodo en busca de una rentabilidad que ya no se encuentra en el Viejo Continente. Detrás de esto está el hecho de que a los problemas que se han sucedido desde 2023, y para los que no se han encontrado soluciones, se han apilado otros nuevos que han terminado de dar la puntilla a las esperanzas de una resurrección.

Giuseppe Ricci, jefe de transformación industrial del grupo energético italiano Eni, hablaba en declaraciones a Reuters sobre la situación del negocio químico europeo. "Es como estar en el Titanic. No puedes quedarte en la negación, hay que salir y encontrar un bote salvavidas". Su división química, Versalis, acumula cerca de 3.000 millones de euros en pérdidas en los últimos 5 años. Por su parte, Jim Ratcliffe, fundador de INEOS, comentaba que "mientras el resto del mundo construye más de 20 nuevas plantas de cracking, Europa camina sin darse cuenta hacia un declive industrial".

"Es como estar en el Titanic. No puedes quedarse en la negación, hay que salir y encontrar un bote salvavidas"

Hay casos concretos como la planta de steam cracker, de Amberes de TotalEnergies que va a cerrar a finales de 2027 dejando sin trabajo a 250 personas que dependían de la misma. Este mismo mes de julio Dow ha anunciado que no solo cierra una sino que ya son tres las plantas que cerrará ante los desafíos estructurales que plantea la región. Una verdadera desarticulación de su tejido productivo. Yazmine Khan, analista de S&P Global explica que "el clima general es muy negativo y parecido al sentimiento que ha generado el cierre de Amberes. Hay mucha incertidumbre sobre los aranceles, tensiones geopolíticas y esto se suma a una demanda que sigue en dificultades. En definitiva, no se ve ninguna luz al final del túnel ni ningún argumento para ver cómo se mejorará la situación en el corto plazo".

Esto se ve en unas cifras complicadas con una caída del 8% de la producción europea en 2023, una auténtica crisis que, según S&P Global vino principalmente de "una gran competencia China, unos altos costes energéticos y unas regulaciones europeas estrictas". En 2024 hubo un rebote muy leve del 2%, pero todavía es algo muy incipiente. y en el tercer trimestre de 2025 apenas hubo señales de recuperación. Según datos de Cefic (el Consejo Europeo de la Industria Química) apenas proyectan un crecimiento de la producción de un escaso 0,5% para todo el año. Un verdadero estancamiento, en particular tras el gran retroceso de 2023.

"El sector químico ha estado en recesión desde 2023, lo que ha resultado en un período prolongado de bajos beneficios"

Hay dos factores claves para la crisis. Los costes y la demanda. Respecto a lo primero, los precios de la energía de las fábricas del centro y norte de Europa, donde más se concentra la producción, se han disparado desde la guerra de Ucrania. A esto hay que sumarle mayores costes de insumos, mayores costes de crédito (por los tipos de interés más altos) y otros frentes de presión como son ahora los aranceles. En el otro lado de la balanza, una industria gripada ha provocado que la demanda se suavice con claridad haciendo más daño si cabe.

Estos son los motivos que han llevado en su informe de junio a Fitch Ratings a rebajar las perspectivas del sector de "neutral" a "en deterioro". La firma señala que el problema de los aranceles no es tanto el coste de introducir estos productos en el mercado, pues tanto desde la industria como la agencia consideran que hay margen para traspasar el sobrecoste a los importadores, sino más bien el impacto económico que generan los mismos. "Es posible que los gravámenes afecte a la demanda de productos químicos". Y señalan como ejemplo paradigmático sus perspectivas del PIB global, que han bajado 0,4 puntos hasta el 1,9%, con una revisión del sector automotriz a en deterioro. El sector automotriz es unos los grandes devoradores de productos químicos.

"El sector químico ha estado en recesión desde 2023, lo que ha resultado en un período prolongado de bajos beneficios y un apalancamiento que supera las sensibilidades negativas de calificación para muchas empresas", comenta Fitch. En ese sentido advierten que vienen incluso dificultades para "lograr un flujo de caja libre positivo o neutro" y una cierta "presión sobre los beneficios". En ese sentido señalan que "dado el alcance del exceso de ofertas en las cadenas de valor (por China)" la única forma de romper este ciclo de crisis sería "tanto una recuperación de la demanda, como una racionalización sustancial de la capacidad global que reequilibre los mercados". De hecho, la agencia señala que incluso con los cierres actuales esto "no compensará los problemas de demanda".

Por qué España resurge

En España la situación ha sido algo diferente. A pesar de que no se está en una situación de bonanza, el sector espera que este año se recupere prácticamente todo lo perdido en 2023. En 2022 se alcanzó un récord de facturación de 89.866 millones de euros y se cayó de golpe, en solo doce meses, a los 82.493 millones, según datos de la Federación Empresarial de Industria Química Española (Feique). Una caída del 8,2% prácticamente en línea con las cifras europeas. Sin embargo, el rebote fue más intenso con una variación anual del 3,6% en 2024 hasta lograr los 85.483 millones. En una escalada que, según sus perspectivas, se quedaría a las puertas de la remontada en 2025 con un ascenso del 4,2% hasta los 89.073 millones de euros. Esto supondría quedarse ya a menos de un 1% de facturación de sus máximos históricos previos al batacazo de 2023.

Juan Antonio Labat, Director General de Feique explica en declaraciones a elEconomista que el 2023 "fue un año muy negativo" y 2024 supuso la "recuperación", mientras que 2025, con la mitad del mismo ya pasado es "un año extraño". Pues matiza que si bien su esperanza es que se alcance la ya mencionada remontada, unos aranceles duros "podrían llevar al 0% el crecimiento" y frustrar así esta escalada.

Pero, empezando por el principio, ¿por qué se espera un mayor crecimiento este año y hay una diferencia tan abismal entre Europa y España? Hay dos respuestas claras. Si bien España sufre muchos de los problemas que afectan también a Alemania, Holanda o Italia, cuenta con una ventaja estratégica, los precios de la electricidad. Los costes energéticos son ostensiblemente más bajos en la península ibérica, pero especialmente el potencial de los mismos. Por lo tanto, mientras las fábricas se van cerrando en el norte, la inversión de la industria se concentra en España.

Históricamente la industria española ha tenido inputs energéticos más caros pero desde Caixabank Research explican que "ahora ha pasado de pagar más a ser el beneficiario de una factura más baja". En consecuencia, "los menores precios han posicionado a la industria española en una situación aventajada frente a sus competidores". En 2024 los costes energéticos fueron de 0,12 euros para la industria española frente a los 0,2 de Alemania y los 0,16 de la zona euro.

Esto se ha dado la vuelta por los servicios de ajuste más caros en España y subvenciones a costes como peajes de acceso y bonificaciones por C02. Sin embargo, aunque de forma temporal la industria española pueda pagar más, estas ayudas se igualarán en algún momento. En el caso de Francia varias de estas subvenciones a la industria vencen este mismo año. Por lo tanto, estructuralmente tendría más sentido abrir una fábrica en territorio ibérico que en el galo o el alemán.

Por su parte desde Feique explican que "esperamos que con los menores tipos de interés, una mayor demanda interna (la economía española crece con más fuerza que la UE) y una situación externa mejor" se ponga a España en el centro del crecimiento del sector porque a fin de cuentas "a medio plazo tenemos unos precios energéticos más bajos, algo que nos favorece mucho".

"Hay una situación de sobrecapacidad, China está inundando el mercado".

La clave para Labat sería lograr reducir a 40 euros el megavatio hora la factura de la electricidad, es decir, reducirla en 25 euros. Una situación que ya pondría a la industria española no solo en una situación optimista, sino que le permitiría dar un impulso decisivo.

Esto ha llevado a que el sector reciba una inversión anual de 4.000 millones que para Labat supone "una cifra muy potente" y que muestra a las claras la ventaja española. Que también está, en menor medida, en los costes laborales. Pudiendo acceder al mismo mercado los costes laborales por hora en Alemania son de 43,4 euros, según datos de Eurostat , mientras que en España apenas llegan a los 25,5 euros.

Hay otros factores como la edad de las plantas de gas, que en el caso de las centroeuropeas son mucho más viejas que las españolas, lo que permite que se agilice ese 'éxodo que se está produciendo'. Aunque eso solo cambia el ritmo, cuando el problema son las condiciones. "Hay una situación de sobrecapacidad, China está inundando el mercado". En cualquier caso, son industrias muy interrelacionadas. Desde Feqiue defienden que "Alemania es nuestro principal comprador, no le viene bien a nadie que sus fábricas estén cerrando. Además que se marchen de allí no nos abre un espacio a nosotros, son plantas que se irán probablemente a otros mercados más rentables como EEUU, donde el gas abarata mucho sus precios a China".

Los aranceles serán la clave

En ese sentido, la patronal pide que se relajen las normas de la UE para que puedan competir de tú a tú con sus rivales del continente norteamericano y del gigante asiático. Según sus estimaciones "las regulaciones europeas suponen un sobrecoste del 13%". La industria confía en el Plan Acciones de la UE, lanzado este mismo 23 de julio para modernizar el sector y garantizar su competitividad. Esto incluye un nuevo reglamento que dé más flexibilidad y una mayor simplificación de estas normas. Sin embargo todavía queda por ver cómo aterrizan estos cambios.

Sin embargo desde Feique remarcan que el principal problema son los aranceles (y los contra aranceles) que pueden suponer la diferencia entre crecer un 4,5% a un estancamiento total. "Nos van a seguir comprando porque son productos que necesitan, eso sí, subirán los costes y sí que puede haber problemas con la química básica, donde pueden buscar más fácilmente un proveedor alternativo". Por su parte, señalan que "los contra aranceles elevarán nuestros costes más", siendo este uno de los principales problemas que ya estaba sobre la mesa.

Desde el sector consideran que si lograsen un 10% de aranceles como en el caso de EEUU, se mostrarían muy satisfechos y no habría un impacto relevante en su negocio. Sin embargo si los aranceles recíprocos se confirmasen la situación sería muy diferente. "Somos el sector que más exporta, aunque estamos acelerando envíos ahora, acabaremos notándolo".

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