
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) que se aprobó en el año 2020 en el gobierno de coalición entre el Partido Socialista y Unidas Podemos, y que se implantó con el objetivo de sacar de la situación de pobreza a las familias españolas que se encontraran en esta situación -así lo expuso Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados tras su aprobación: "Es un instrumento para luchar contra la pobreza infantil y garantizar que todos los niños tengan las mismas oportunidades"- no logra ser una prestación lo suficientemente efectiva como para lograr que las familias que lo perciben salgan del estado de pobreza. Y es que, una familia con dos hijos en España que percibe el IMV se ve "obligada" a trabajar hasta 56 horas semanales cobrando el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) -11,2 diarias- si quiere salir de la situación de pobreza. Lo que supone hasta 16 horas a la semana más de lo permitido por ley y 3,2 horas más al día -el máximo son 40 semanales u 8 diarias-.
Esta situación se vuelve más preocupante si se compara con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ya que España se encuentra dentro de las 10 naciones que más horas deben trabajar percibiendo el SMI para salir de la pobreza, solamente por detrás de Estonia (80), Estados Unidos (80), Letonia(74), Eslovenia (73), Israel (70), República Checa (68), Canadá (60) y Hungría (59); y siete horas por encima de la media de los países de la OCDE -en la media se deben trabajar 49 horas y en España 56-. Y es que, si comparamos la situación con los países vecinos y las grandes potencias de la Unión Europea, España es en el que más horas se tiene que trabajar para salir de una situación precaria.
Portugal es el único país vecino, junto a España, por encima de la media, pero tan solo la supera por dos horas -se deben trabajar 51 horas semanales-. Ya, Francia y Alemania se encuentran entre los 10 países en los que menos horas hay que trabajar para salir de la pobreza si se percibe el IMV. En el país vecino por el norte se necesitan 43 horas, mientras que en la gran potencia de la Unión Europea esas horas se reducen hasta las 36 -6 y 13 horas por debajo de la media, respectivamente-.
Así, España se encuentra 24 horas por debajo de los países en los que más se tiene que trabajar (Estonia y Estados Unidos, con 80 horas cada uno), pero 43 horas laborables más a la semana por encima del país en el que menos hay que hacerlo, Reino Unido, en el que se tienen que trabajar tan solo 13 horas a la semana cobrando el Salario Mínimo Interprofesional del país y percibiendo el IMV para salir de la situación de pobreza.
La situación, sin embargo, varía según la familia de la que se trate. El caso más acusado es el ya mencionado, en el que se tiene en el que se analiza el perfil de una pareja en el que ambos están desempleados y tienen dos hijos.
Por otro lado, el número de horas necesarias desciende para las personas solteras y sin hijos hasta 30; a 42 para una pareja sin hijos, y a 43 para solteros con dos hijos.
Últimas cifras del IMV
La necesidad de trabajar 56 horas a la semana expuesta por la OCDE contrasta con la última conclusión sacada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) sobre el IMV. La última opinión emitida por este organismo destaca que la prestación desincentiva el empleo. En concreto, aquellos que cobran el ingreso mínimo tienen un 12% menos de probabilidades de empezar a trabajar y supone un descenso en horas trabajadas del 11%. Algo que, según la literatura económica, es habitual para este tipo de prestación y que también sucede en otros países con ayudas similares como Francia, Alemania y Estados Unidos; pero que, sin embargo, destaca la ineficacia del incentivo al empleo con el que cuenta el IMV y que pretende contrarrestar este efecto.
Pero, ¿cuántas personas cobran la prestación? Según apuntan las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Seguridad Social, referentes a la nómina de junio, hay un total de 472.766 hogares cobrando el IMV, un 23% más que el mismo mes del año pasado. El número de hogares beneficiados por la prestación asciende hasta los 736.867 si se tienen en cuenta las familias que además cobran el complemento a la infancia: un total de 220.554 hogares beneficiarios del IMV básico (que supone, de media, una prestación de 583,94 €euros al mes), 252.212 con el completo (884,35 €euros) y 264.101 con el CAPI (124,89 euros).
No obstante, a pesar del incremento en el número de perceptores en comparación con el año pasado, otro de los problemas de la ayuda desde sus inicios es su falta de alcance entre los potenciales beneficiarios.
Según los últimos datos publicados en la Cuarta Opinión de la Airef (encargada de realizar cinco evaluaciones del IMV), en 2024 la prestación llegó al 41,8% de los posibles perceptores y el CAPI al 23,5 % de los hogares potenciales. Una proporción conocida como la tasa de cobertura, que ha aumentado 5,8 y 4,9 puntos porcentuales respectivamente en comparación con el año anterior. En total, el número de hogares potenciales beneficiarios del IMV fue de 939.303 personas en 2024 y de 1.826.667 hogares para el CAPI.
Por otro lado, el informe de la Airef también mide la proporción de hogares que serían elegibles pero que no solicitan estas prestaciones (conocido técnicamente como non take-up) y la conclusión es que el 55% de los hogares que cumplirían las condiciones para el ingreso mínimo y el 72 % de los que podrían cobrar el complemento a la infancia no solicitaron la prestación en 2024. Tasas que también caen un punto en comparación con el análisis del año anterior.
Como consecuencia, detalla la Airef en su informe, el IMV alcanzó en 2024 el 53% de su coste potencial y el CAPI el 29%. Si el IMV se hubiera desplegado en su totalidad en 2024 el coste anual habría ascendido a 5.339 millones de euros, en vez de los 2.840 millones que supuso la prestación. Por su parte, si el CAPI hubiera alcanzado a todos los hogares elegibles en 2024 el coste anual sería de 2.392 millones de euros, que contrastan con los 694 millones gastados.
Desde su puesta en marcha, este ha sido uno de los puntos en el que más incidencia ha puesto tanto la Airef como otro tipo de organizaciones sociales centradas en los colectivos en situación de pobreza o en riesgo de estarlo. El propio ministerio ha reconocido de forma reiterada la dificultad que suponía avanzar en este sentido, debido a que no existe un registro del número de personas que podrían cumplir los requisitos para acceder a esta ayuda y también, dar a conocer su existencia a familias que no están familiarizadas con este tipo de trámites burocráticos.
En este tiempo, el departamento ha puesto en marcha diferentes actuaciones para poner solución a esta brecha de cobertura. El extitular del área, José Luis Escrivá, impulso el autobús del IMV que recorrió parte del territorio nacional para atender directamente y resolver las dudas de estas poblaciones.
Seguridad Social revisa las rentas dos veces al año
El ministerio de Elma Saiz anunció recientemente que pasaba a implementar un sistema de doble revisión de los ingresos de los beneficiarios del IMV para aclarar desde el mes de mayo si mantienen la prestación. Hasta ahora, esta revisión se había hecho en el mes de octubre con los datos consolidados de la Agencia Tributaria, lo que había generado importantes problemas a las familias a las que meses después se les solicitaba la devolución de la ayuda. Además, el departamento explicó que creaba un sistema de compensación para aquellos a los que les redujera la cuantía en las siguientes nóminas o la de la devolución.