
El hecho de recibir el Ingreso Mínimo Vital (IMV) disminuye la probabilidad de trabajar en tres puntos porcentuales –una caída del 12% respecto al porcentaje de titulares con trabajo antes de recibir la prestación– y los días trabajados en 0,6 al mes –un 11%–. Son las principales conclusiones de la Cuarta Opinión del IMV de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) publicada esta mañana y que se centra, precisamente, en los efectos de la medida en el mercado laboral. Unos efectos negativos en el empleo que, según el organismo, han sido "estables" desde la entrada en vigor de la prestación hace ya cinco años.
El impacto de la prestación en el empleo, sin embargo, es desigual y es más acusado en el caso de los menores de 30, los hogares monoparentales y los beneficiarios que reciben mayor cuantía. Todos ellos llegan a desincentivar la participación laboral en cifras superiores al 20%. En concreto, la probabilidad de trabajar cae un 29% para los mayores de 30 años, un 23% para aquellos con mayor renta y un 19% para los hogares monoparentales.
La situación es similar para la reducción de horas, donde el cobro del IMV en este mismo perfil supone una caída del 20% en las horas trabajadas al mes. En este sentido, el organismo también concluye que cesar la percepción aumenta los días trabajados en 0,5 al mes y la probabilidad de trabajar en 2,2 puntos porcentuales (un 7 %).
Unos efectos que, tal y como explica la Airef en la Opinión, "se mantienen en las cohortes que comenzaron a percibir el IMV tras la entrada en vigor del incentivo al empleo en enero de 2023, lo cual evidencia la persistencia del impacto desincentivador y la reducida eficacia de este mecanismo". Una conclusión que "no sorprende" según la presidenta de la Airef, Cristina Herrero. De hecho, la literatura económica ya había encontrado efectos de desincentivo en prestaciones dirigidas a garantizar un nivel mínimo de renta.
"Es un peaje que hay que pagar por tener prestaciones de esta naturaleza, pero si se pone una medida para mitigar este efecto, tiene que ser eficaz", dijo en la presentación del documento, refiriéndose al incentivo al empleo. Fuentes del Ministerio de Seguridad Social, por su parte, aseguran que "la evaluación del incentivo es demasiado temprana" ya que la Airef "solo dispone de datos del primer año de aplicación". Algo a lo que Herrero responde que, el problema es de diseño y que "cuanto antes se actúe mejor".
Rediseñar el incentivo
La principal recomendación emitida por la Airef se ha enfocado la reformulación completa del diseño del incentivo al empleo del IMV. Una propuesta que incide en la finalidad de que este mecanismo sea visible para todos los potenciales beneficiarios, transparente en su duración y modulable según el momento de incorporación laboral y la intensidad de la jornada.
Para Herrero, la evaluación expuesta por la Airef, "plantea serias dudas sobre la eficacia del incentivo al empleo". Un mecanismo cuyo objetivo es mitigar dicho efecto desincentivador. Según Herrero, el incentivo "no ha generado impactos significativos ni sobre la intensidad laboral ni sobre las tasas de participación".
Asimismo, el organismo ha planteado dudas sobre algunas cuestiones como el que "se utilice información fiscal desfasada (de dos años antes)", que el incentivo "no tiene un grado de adaptabilidad", que "carece de elementos que fomenten la rapidez en la incorporación" y que "no ofrece una duración garantizada que proporcione seguridad a los beneficiarios sobre la permanencia del beneficio".
Efectos positivos
Además de los impactos negativos en el mercado laboral de la prestación, la Airef también saca otras conclusiones más positivas. En concreto, según la Cuarta Opinión de la autoridad fiscal, el IMV también aumenta la probabilidad de tener un contrato indefinido entre los beneficiarios que mantienen un vínculo con el mercado laboral del 3%. Asimismo, aumenta el salario mínimo a partir del cual un trabajador estaría dispuesto a aceptar un empleo. Algo que, sin embargo, puede reducir la oferta de trabajo.
Además, la prestación también facilita el rechazo a empleos precarios, permite búsquedas laborales más selectivas, proporciona estabilidad que puede mejorar el rendimiento posterior del trabajador y ofrece oportunidades para la recualificación.
El 90% de los beneficiarios permanece más de doce meses
Por otro lado, la Airef además publicó la permanencia de los beneficiarios en la prestación. Las conclusiones del organismo independiente detallan que el 90 % de los beneficiarios permanece más de doce meses, el 75 % supera los veinticuatro meses, y aproximadamente el 60 % mantiene la prestación durante más de tres años.
Según el organismo independiente, la permanencia, junto con los efectos en el empleo, "plantea interrogantes sobre la eficacia de los mecanismos de transición hacia el empleo que incluye la prestación".