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Economía

Vuelve el fantasma de la "nación estanflación": la economía de Reino Unido y su mercado laboral se apagan mientras la inflación se despierta de nuevo

  • El crecimiento se ha gripado claramente en el segundo trimestre
  • El mercado laboral se enfría, sobre todo por las políticas laboristas
  • La inflación se enquista muy cerca del 4%, casi el doble del objetivo
Imagen: iStock

No están saliendo las cosas como se esperaba en Reino Unido. El cambio de gobierno tras 14 años de gobierno conservador se antojaba ilusionante, pero un año después los problemas se acumulan para el laborista Keir Starmer y vuelve a sobrevolar sobre la economía del país un sambenito que ya le hizo bastante daño en 2023 y que retrotrae inmediatamente al Reino Unido de los años 70, el de "nación estanflación" (stagflation nation). Mientras la economía desacelera a marchas forzadas y el mercado laboral se enfría cada vez más, la inflación sigue dando disgustos. El enésimo 'invierno del descontento' (expresión que cogió fama a finales precisamente de los 70 y que bebe de la literatura de Shakespeare) no parece terminar nunca al otro lado del Canal de la Mancha.

Los últimos datos dejan un lienzo bastante nítido. La postal del crecimiento se ha empezado cuartear en el segundo trimestre del año. La resaca del estallido de actividad del primer trimestre en Reino Unido continuó en mayo, con una caída del PIB del 0,1% intermensual (el consenso esperaba un repunte del 0,1%). Según los cálculos de analistas, esto puede significar -si todo se mantiene constante en junio- que el crecimiento del PIB en el segundo trimestre fue de sólo 0,1% intertrimestral (por debajo del pronóstico del 0,25% del Banco de Inglaterra) tras el 0,7% del primer cuarto, que se debió a que la actividad se adelantó antes de los aumentos de los aranceles de importación de EEUU y los cargos de impuestos de timbre (compraventa de viviendas) del Reino Unido.

"Mayo podría resultar el punto más bajo, ya que hubo algunas señales de que la actividad se estaba recuperando. Tras caer un 3% intermensual en abril, los valores de las exportaciones subieron un 1,2% intermensual en mayo. En ese sentido, los valores de las exportaciones a EEUU aumentaron un 7,3% intermensual tras la caída del 32,8% intermensual de abril. Sin embargo, esto no impidió que la producción manufacturera cayera otro 1% intermensual en mayo, y la producción de automóviles volvió a descender", explican desde Capital Economics. "Creemos que el PIB aumentará un poco, un 1% este año, debido a los efectos del debilitamiento de la economía mundial y al aumento de los impuestos internos para las empresas del Reino Unido", remachan.

Como extremo más observado de esta debilidad está el mercado laboral. Los últimos datos, publicados este mismo jueves, aunque hacen descartar que se pueda hablar de colapso, ahondan en la dinámica del 'desmayo'. La caída de 41.000 en el empleo asalariado (obtenido de los datos fiscales del sistema PAYE para el impuesto sobre la renta) en junio fue mayor que el descenso de 25.500 en mayo, pero eso fue sólo porque gran parte de la caída anterior de 109.000 en mayo fue revisada. Otras revisiones significaron que en lugar de haber caído en 275.000 (0,9%) en total desde octubre, el empleo asalariado ahora se cree que ha disminuido en 185.000 (0,6%). Aun así, el empleo en nómina ha disminuido en siete de los ocho meses transcurridos desde que el gobierno laborista anunciara las subidas de las cotizaciones a la Seguridad Social (NIC) y del salario mínimo.

Estas dos medidas han generado mucho debate en el país y un hondo malestar en las empresas. Los efectos de las mismas se están notando claramente en el mercado laboral, coinciden los analistas. "Es evidente que las empresas compensan el aumento de sus costes reduciendo el número de empleados. La nueva caída en el número de vacantes de empleo, de 738.000 en los tres meses hasta mayo a 727.000 en los tres meses hasta junio (el más bajo desde abril de 2021), también sugiere que las empresas han reducido los planes de contratación", señalan también desde Capital Economics.

Desde ING intentan afinar un poco más la radiografía: "Estas cifras de nóminas -que son una de las pocas formas fiables de analizar el mercado de trabajo en estos momentos- llevan cayendo siete de los últimos ocho meses. El empleo ha bajado casi un punto porcentual desde octubre, y más de la mitad de las pérdidas netas de puestos de trabajo proceden de la hostelería o del comercio mayorista/minorista. Se trata de sectores intensivos en mano de obra y peor remunerados, más vulnerables a la subida de la Seguridad Social de abril". El hecho de que estos sectores estén dominados por pequeñas empresas puede explicar por qué no aparecen en los datos de despidos, dado que las empresas no están obligadas a presentar un aviso al gobierno si tienen menos de 20 empleados, explican.

"La conclusión es que el mercado de trabajo se está enfriando, y a juzgar por los datos comparables de vacantes de la agencia de contratación Indeed, está más frío que en otras grandes economías. Pero los últimos datos también muestran que la situación no está empeorando, como suele ocurrir durante las recesiones", completan desde el servicio de estudios del banco holandés.

Por el lado de los precios, el mercado laboral sigue dejando cifras no del todo tranquilizadoras. La disminución de la tasa trimestral de crecimiento salarial, del 5,4% en abril (revisado al alza desde el 5,3%) al 5% en mayo, y de la de los salarios sin primas, del 5,3% (revisado al alza desde el 5,2%) al 5,%, se han ajustado en líneas generales a lo previsto. El crecimiento regular de los salarios del sector privado se redujo del 5,2% al 4,9%, lo que lo dejó por debajo de la previsión del Banco de Inglaterra del 5,2% para junio. Sin embargo, un motivo de preocupación, apuntan los economistas, es que la medida trimestral anual con los datos de PAYE, más oportuna, defienden, de los ingresos medios de los asalariados, se mantuvo estable en el 5,8% en junio.

Esto entronca con la amenaza de una inflación que parece resucitar por momentos. Más allá del vaticinado pico al alza esta primavera una vez expiraba el efecto de las medidas de apoyo a los hogares para pagar las facturas eléctricas y de suministros, los últimos datos han sorprendido al alza. Es el caso de la inflación de junio, publicada este miércoles. El mes pasado, el índice de precios al consumo (IPC) repuntó dos décimas hasta el 3,6% interanual cuando se esperaba que se mantuviera en el 3,4%. Por su parte, el IPC subyacente (excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco) escaló también dos décimas hasta el 3,7%, igualmente por encima del 3,5% esperado. Sin embargo, la gran decepción fue la crucial inflación de los servicios, que se mantuvo estancada en el 4,7% en junio (se esperaba un 4,5% y el Banco de Inglaterra -BoE- un 4,6%).

La sorprendente terquedad de la inflación en los servicios parece tener una base generalizada, se muestran preocupados los analistas. "Ha habido muchas ocasiones en las que estos datos se han visto impulsados por áreas volátiles o menos relevantes del sector servicios, pero ésta no parece ser una de ellas. De hecho, nuestras métricas de servicios subyacente repuntaron en general en junio", constatan desde ING.

Las tarifas ferroviarias subieron inesperadamente (tras haber caído en la misma época del año pasado), mientras que los precios de la restauración, que representan una cuarta parte de la cesta de servicios, han subido un poco más deprisa últimamente. Esto puede estar relacionado con la subida de la Seguridad Social para los empresarios, así como con la fuerte subida del salario mínimo, explican los analistas del banco 'naranja'. Cabe señalar que la inflación de los servicios se mantiene elevada en gran medida por los aumentos de precios regulados o las categorías que son intrínsecamente retroactivas. La subida del impuesto de circulación en abril, por ejemplo, añade 0,3 puntos porcentuales a la inflación general de los servicios. Los alquileres también añaden cerca de un punto porcentual, pero esta contribución se reducirá casi a la mitad en el transcurso de los próximos meses, confían estos estrategas.

Pese a todo, aclaran desde ING, el hecho de que gran parte de la cesta de servicios sólo se reajuste una vez al año, en abril, significa que la inflación de los servicios tendrá dificultades para bajar significativamente antes de la próxima primavera. "Pero para entonces, creemos que estará mucho más cerca del 3% que del 4%, y sospechamos que el Banco de Inglaterra es muy consciente de ello", se muestran esperanzados. El camino, en cualquier caso, no será fácil, reconocen: "Estos últimos datos parecen poner el listón bastante alto para un recorte más rápido de los tipos. El hecho de que la inflación general se acerque al 4% no ayuda". El economista jefe del Banco de Inglaterra, Huw Pill, ha hablado recientemente de una investigación interna que muestra que la inflación tiene la costumbre de afianzarse cuando el IPC alcanza estos niveles.

Aparte del sufrido ciudadano británico, esta amalgama de datos no facilita la vida al Banco de Inglaterra. El banco central sigue en su idea de recortes de tipos trimestrales de 25 puntos básicos, haciéndose fuerte en el 'gradualismo' frente a la 'parálisis' de la Fed de EEUU o los rápidos recortes del Banco Central Europeo. Sin embargo, recibe presiones por todos los flancos. La economía sigue su debilitamiento y un mayor enfriamiento del mercado laboral le pavimenta la pista para nuevos recortes. Si el gobierno, acuciado por la situación fiscal, aprueba subidas de impuestos o recortes de gastos, golpeará más la actividad, que también podría ir a peor por la agresiva política comercial de EEUU más allá del liviano preacuerdo alcanzado con Reino Unido. Por otro lado, la sombra de la inflación supone un freno 'sordo' permanente.

"En general, la inflación publicada ayer demostró que las empresas están respondiendo a la subida de los impuestos y del salario mínimo con un aumento de sus precios de venta. Pero la respuesta más importante parece ser la reducción de las plantillas, que debería acabar pesando en la inflación. Por eso creemos que el Banco de Inglaterra seguirá recortando los tipos de interés gradualmente, del 4,25% actual al 3%", se pronuncian desde Capital Economics. "Por ahora, la combinación de unos datos de empleo menos preocupantes y unas cifras de inflación más altas ayer, sugieren que el listón para que el Banco de Inglaterra acelere los recortes sigue alto. Esperamos recortes en agosto y noviembre, y dos recortes más el año que viene", lo hacen desde ING. Los operadores siguen dando un 80% de probabilidades a la bajada en agosto.

Este contexto amenaza con poner aún más contra las cuerdas a un gobierno laborista que no da con la tecla. Hace unos días fue muy sonada la imagen de la canciller (ministra de Hacienda) llorando en el Parlamento después de una revuelta interna entre los diputados laboristas que tumbó su plan de recortes sociales para cuadrar las cuentas. El 'tijera' en partidas tan sensibles como la ayuda a discapacitados encendió a la bancada laborista y un centenar de parlamentarios se posicionó en contra. Esto aumenta las probabilidades de que haya más subidas de impuestos mientras la deuda del país y su mercado de bonos soberanos (gilts) vuelven a ocupar titulares con letras rojas en la prensa financiera. Algunos analistas advierten de que, pese al reciente caos visto en EEUU y Francia, Reino Unido puede ser la próxima víctima de los 'guardianes de la deuda', los vigilantes de los bonos. Cuesta que salga el sol en la 'nación estanflación'.

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