Economía

Las cartas de Trump para la UE llegarán de forma inminente: las capitales europeas ven un arancel del 10% como la mejor oferta sobre la mesa

  • El pasado 9 de abril EEUU amenazó con imponer tasas del 20%
  • Nadie en Bruselas aspira a un acuerdo ventajoso para todas las partes
  • Incluso hay temor que, si hay pacto, Trump arremeta contra sectores específicos
Trump utilizando su nuevo medio de comunicación favorito. Canva

El presidente de Estados Unidos se dispone a cerrar una de las semanas más agitadas en materia arancelaria desde abril, cuando activó su ofensiva de tarifas recíprocas contra decenas de países. Con 22 cartas ya enviadas a socios comerciales, y un nuevo arancel del 50% al cobre sobre la mesa, solo falta que llegue el mensaje más esperado: el que amenaza a la Unión Europea. Mientras tanto, Bruselas intenta esquivar el golpe, dividir posiciones entre capitales y ganar tiempo antes de la nueva fecha límite que ha marcado Trump: el 1 de agosto. Para la UE, el mejor desenlace ya no pasa por evitar aranceles, sino que estos no superen el umbral del 10% actual. Todo indica que, más que un cierre, las cartas marcan el inicio de otra ronda de presión y negociación sector por sector.

Trump se prepara para cerrar la semana más azarosa en material comercial desde el pasado mes de abril cuando disparó a todos los países con sus famosos aranceles recíprocos. En los últimos días, ha enviado 22 cartas a los respectivos países y ha anunciado un nuevo arancel del 50% al cobre, pero falta el correo más importante, el que tiene que recibir la UE. Las bolsas europeas ya están descontando que la carta llegará mas pronto que tarde y no traerá buenas noticias.

Por ahora Bruselas se ha librado de las famosas cartas, pero el presidente de EEUU ayer remarcó que la iba a enviar hoy o mañana. "Las capitales de la UE parecen divididas sobre si aceptar un acuerdo asimétrico o tomar represalias, lo que deja cierto riesgo de escalada y para la UE, el mejor escenario posible es que los aranceles no aumenten desde los actuales niveles ya elevados del 10%", comenta Rubén Segura-Cayuela, economista jefe de Bank of America para Europa.

Desde hace semanas se vienen filtrando las intenciones de Bruselas de intentar llegar a ese objetivo y arrancar algunas exenciones en algunos productos estratégicos. Pero teniendo en cuenta el historial de las cartas sería una sorpresa que Trump retroceda del arancel del 20% con el que amenazó el Día de la Liberación.

En la práctica, las cartas no son el final de la partida, sino abrir un nuevo perído de negociación hasta el 1 de agosto, que ha sido la nueva fecha límite que ha impuesto Trump a sus socios comerciales. "La nueva fecha límite, la ausencia temporal de una nueva amenaza contra la UE y su sugerencia de que la fecha del 1 de agosto aún podría ser flexible pueden considerarse noticias moderadamente positivas", sugiere Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg.

Aspiraciones

"Sin embargo, la amenaza de aranceles del 25% a las importaciones de Japón y Corea del Sur no lo es. Estos aranceles son elevados, cercanos a los que Trump anunció en su mal llamado Día de la Liberación, el pasado 9 de abril", subraya. Nadie en Bruselas espera sacar un acuerdo beneficioso para todas las partes al máximo que se aspira es reducir daños. "Las capitales de la UE son cada vez más conscientes de que un tipo arancelario del 10% es la mejor oferta sobre la mesa, a cambio de la aceptación de un arancel básico del 10%, la UE busca concesiones, entre ellas un tipo reducido para las importaciones de automóviles y acero y exenciones de los futuros aranceles a los productos farmacéuticos", indican desde Bank of America.

"EEUU ha pospuesto la fecha límite al 1 de agosto y eso nos da un poco más de tiempo, pero por nuestra parte seguimos concentrados, ha habido intensas negociaciones para un acuerdo", ha indicado esta semana el comisario de Economía Valdis Dombrovskis. Bruselas quiere cerrar un acuerdo cuanto antes para evitar el daño que produce la incertidumbre a la economía.

Las negociaciones se ven aparentemente complicadas por algunos desacuerdos internos en la UE, algo habitual en el seno comunitario. "Los países con una alta exposición al mercado estadounidense de bienes, como Alemania y la mayoría de los países del norte y este, prefieren una postura más flexible para cerrar un acuerdo rápidamente, mientras que Francia y otros países, principalmente del sur de Europa, prefieren una postura más dura, incluyendo la amenaza de tomar represalias significativas contra los aranceles adicionales estadounidenses", explican desde Berenberg.

Algunos expertos ya van más allá de un posible acuerdo. Si lo hay, Trump irá atacando sector por sector, con lo que la aspiración de encontrar ventajas para productos específicos chocaría contra la estrategia de EEUU. "A pesar del frenesí de negociaciones pendientes, la postura estadounidense se mantiene inalterada: el proteccionismo es política, no pose, para nosotros, el arancel base del 10% sigue siendo el mínimo, mientras que es probable que se anuncien aranceles adicionales específicos para cada sector tan pronto como se cierren la mayoría de los acuerdos", advierten desde ING.

Actualmente, Estados Unidos ya aplica un arancel base del 10% a la mayoría de los productos europeos, con tasas elevadas del 25% para automóviles y componentes, y del 50% para acero y aluminio. Sin embargo, Washington ha enviado advertencias formales que anticipan la posible activación de tarifas adicionales de hasta el 50% sobre sectores estratégicos, incluidos los bienes agrícolas, farmacéuticos y tecnológicos.

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