Economía

Bruselas busca un acuerdo con EEUU lo antes posible pese a alargarse la tregua arancelaria

  • Trump anunció que no aplicará los aranceles hasta el 1 de agosto, frente al plazo límite del 9 de julio
  • Estas semanas conceden cierto margen adicional para negociar
El comisario de Economía, Valdis Dombrovskis
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Las negociaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos se han ido intensificando en los últimos días con la vista puesta en ese fin de plazo que marcaba el 9 de julio para la tregua arancelaria. Esta misma semana, la Casa Blanca anunciaba una extensión hasta el próximo 1 de agosto que dará cierto margen a ambos Ejecutivos para lograr una solución que evite la escalada de gravámenes a las importaciones al otro lado del Atlántico. Sin embargo, Bruselas quiere llegar a una solución cuanto antes que rebaje la incertidumbre.

"EEUU ha pospuesto la fecha límite al 1 de agosto y eso nos da un poco más de tiempo, pero por nuestra parte seguimos concentrados, ha habido intensas negociaciones para un acuerdo", ha indicado en rueda de prensa tras la reunión de ministros de Economía y Finanzas, (Ecofin) el comisario de Economía Valdis Dombrovskis.

El político letón ha mostrado la determinación de Bruselas de "llegar a una solución negociada con EEUU y evitar una mayor escalada de tensiones comerciales". Un objetivo con el que los equipos de la Comisión Europea han trabajado en las últimas semanas para evitar la imposición de aranceles por ambas partes a partir del 9 de julio, un plazo en el que reiteran desde Bruselas para evitar alargar las tensiones durante más tiempo.

"Se han hecho progresos y continuamos las negociaciones políticas y técnicas. Cuanto antes alcancemos el acuerdo, mejor, eso eliminaría la incertidumbre", ha afirmado Dombrovskis manifestando la voluntad de Bruselas de llegar a un acuerdo cuanto antes que dé certidumbre a los mercados.

Los negociadores del Ejecutivo comunitario continúan trabajando con sus homólogos estadounidenses en aras de llegar a un acuerdo que evite la escalada arancelaria entre el que es el principal bloque comercial del mundo. De aplicarse las medidas en marcha, serían ambas las economías perjudicadas. El comisario de Comercio, Maros Sefcovic, instaba este martes a "estar preparados para todos los resultados y dispuestos a reequilibrar si es necesario".

Lo de reequilibrar no es menor, si no que se basa en antecedentes. Pese a la extensión de la tregua hasta el arranque de agosto anunciada por el líder estadounidense, Donald Trump, Japón y Corea del Sur ya han sido objeto de los gravámenes de Washington, con tasas del 25% a sus importaciones. Y de paso, les enviaba una advertencia: que no haya represalias o se sumará otro 25% a ese arancel.

Lo que busca la UE es un acuerdo que se parezca más al que alcanzaron Reino Unido y Estados Unidos. Lo ideal para Bruselas sería que se fijará un arancel del 10% a todas las importaciones que allanaría el camino para eliminar los diferentes niveles de gravámenes previstos sobre distintos productos de sectores clave en Europa.

A priori, a la expectativa está baja y se prevé que no se alcance más que un acuerdo de mínimo. Desde Bruselas consideran que más allá de lo que se pueda zanjar en lo que queda de mes, nada quita que los negociadores puedan seguir trabajando en aras de un acuerdo más favorable. Trump, por su parte, dejaba claras sus condiciones: no habrá más extensiones a la tregua arancelaria más allá del 1 de agosto.

El 9 de julio ponía fin a la pausa arancelaria de Washington. Era el plazo límite tras el cual prometía volver a aplicar los aranceles que ha ido anunciando semana tras semana. En el caso de la UE se trataría de un gravamen del 50% a las importaciones de acero y aluminio europeas, una tasa del 25% a las importaciones de automóviles y otra del 20% a todas las importaciones de productos de la UE, que se anunciaron el día de la Liberación.

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