Economía

La Seguridad Social está concediendo la incapacidad permanente con hasta el 100% de la pensión a trabajadores con fibromialgia en estos casos

Foto: Dreamstime.

Conseguir una pensión de incapacidad permanente no se garantiza cuando una persona tiene una dolencia o enfermedad concreta, pero dependiendo de los casos un trabajador sí puede tener más opciones de obtener la prestación. Es lo que sucede, por ejemplo, con la fibromialgia.

Un trabajador que padezca fibromialgia podrá cobrar una pensión de incapacidad permanente, aunque para ello debe demostrar que sufrirla le provoca una afectación directa en su empleo y le incapacidad para seguir desarrollándolo.

Pero no solo eso: podrá incluso cobrar el 100% de la base reguladora. Eso pasa solo con incapacidades en el grado de absoluta, pero para que eso suceda, se debe acreditar la influencia de esa enfermedad en la vida laboral y en la vida cotidiana del trabajador.

Para poder demostrar eso, el trabajador ha de acudir al tribunal médico, ese EVI (Equipo de Valoración de Incapacidades) que no decide si concede la pensión, pero sí envía a la dirección provincial de la Seguridad Social un dictamen que, sin ser vinculante, suele ser tenido muy en cuenta.

En qué casos se concede la incapacidad permanente por fibromialgia

Lo cuenta el bufete especializado Campmany Abogados: "Es bastante común que por fibromialgia se consiga una incapacidad permanente". En su página web, el bufete hace referencia a los puntos gatillo, esas zonas de dolor agudo que tienen los pacientes que sufren esta enfermedad, así como a los resultados del test FIQ (Fibromyalgia Impact Questionnaire).

Pero, por encima de todo, en Campmany señalan como algo clave las secuelas para decidir si se concede una pensión de incapacidad permanente, "ante todo cuando se presenta un cuadro de astenia generalizada".

En concreto, se da una pensión de incapacidad permanente total en casos de profesiones de trabajo físico siempre que la fibromialgia sea al menos de Grado II, moderada. También puede suceder en profesiones más sedentarias si está "asociada a otras o producía algias generalizadas".

Y además, también se conceden pensiones de incapacidad permanente absoluta a trabajadores con fibromialgia "cuando hay una calificación de la enfermedad de Grado III (severa) y se sufren otras patologías significativas como fatiga crónica, lumbalgia, depresión, gonartrosis, colon irritable…".

El bufete especifica que en estos casos más graves es preciso acreditar la existencia de al menos 18 puntos gatillo y que esté unido "a una medicación vitalicia y agresiva que perjudique en gran medida la capacidad cognitiva del afectado".

Reconocido en varias sentencias

Campmany Abogados aporta varias sentencias para demostrar que, efectivamente, la Seguridad Social ha pagado pensiones a pacientes con fibromialgia. Es el caso, por ejemplo, de una mujer a la que se le concedió la incapacidad permanente absoluta que ejercía como administrativa y que también sufría obesidad mórbida.

En otro caso, una trabajadora llegó incluso a recibir la gran invalidez (ahora gran incapacidad) al padecer a la vez varias dolencias como esta fibromialgia de la que hablamos, deterioro cognitivo, amnesia, incontinencia urinaria y fecal y lupus eritematoso.

Diferencias entre la incapacidad permanente total y absoluta

La diferencia entre la incapacidad permanente total y la absoluta es importantísima, ya que en función de si se concede una u otra el trabajador tiene derecho o no a una pensión de mayor importe.

Así, la incapacidad permanente total incapacita al trabajador para su actual trabajo, pero no para otro en el que los efectos de su enfermedad o lesión no le supongan complicaciones. En este caso la pensión es del 55% de la base reguladora.

Por su parte, la incapacidad permanente absoluta es la que se concede a personas que quedan incapacitadas para cualquier trabajo. No se puede compatibilizar con ningún ingreso por trabajo y es del 100% de la base reguladora.

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