Economía

EEUU retira el 'impuesto de venganza' contra inversores extranjeros a cambio de que sus empresas no paguen el gravamen del 15% de la OCDE

  • Bessent pide a los legisladores eliminar la polémica Sección 899
  • La medida era una represalia contra los impuestos de otros países
  • Las multinacionales de EEUU pagarán menos del mínimo del 15% de la OCDE
El secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent. Foto: Bloomberg

Que los expertos juzguen si se trata de una nueva 'recogida de cable' de la Administración Trump o de una inteligente maniobra negociadora. Pero los hechos son así: el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, ha mandado un escrito a los legisladores para que eliminen la temida Sección 899 de la ley de reforma fiscal que ya ha validado la Cámara de Representantes y que se prevé que el Senado apruebe en los próximos días. Esta Sección incluía lo que se ha venido denominando un "impuesto de venganza" contra inversores extranjeros cuyos países gravasen impositivamente las corporaciones estadounidenses más de lo que la actual Administración considera justo. Lógicamente, el anuncio de tal disposición desató la incertidumbre en Wall Street, al cundir el pánico a un éxodo masivo de inversores de todo el mundo.

Según ha anunciado el Tesoro, la 'moneda de cambio' para tumbar esta polémica Sección han sido concesiones fiscales para las empresas americanas dentro del ámbito de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). En concreto, el Departamento dirigido por Bessent ha anunciado un acuerdo con los aliados del G7 que excluirá a las empresas estadounidenses de algunos tipos impositivos mínimos aplicados por otros países a cambio de eliminar la referida propuesta de "impuesto de venganza" de la Sección 899 de la "gran y bella" ley fiscal de Trump, como la llaman sus impulsores. Un ambicioso proyecto con el que presidente quiere estirar los regalos fiscales (bajadas de impuestos) de su primer mandato.

"Los impuestos del Pilar 2 de la OCDE (un nuevo tipo impositivo mínimo global del 15% para las multinacionales) no se aplicarán a las empresas estadounidenses, y trabajaremos en cooperación para implementar este acuerdo en todo el Marco Inclusivo OCDE-G20 en las próximas semanas y meses", ha ampliado Bessent en redes sociales. "Sobre la base de este progreso y entendimiento, he pedido al Senado y a la Cámara de Representantes que retiren la medida de protección de la Sección 899 de la consideración en el proyecto de ley One, Big, Beautiful", ha añadido, según recoge Bloomberg.

El "impuesto de venganza" apuntaba a una parte del citado impuesto mínimo global del 15% de la OCDE que la exsecretaria del Tesoro Janet Yellen ayudó a negociar mientras el expresidente Joe Biden estaba en el cargo. Los republicanos y los funcionarios de la administración Trump han criticado el acuerdo por ceder la autoridad tributaria de EEUU a otros países.

El impuesto mínimo global forma parte de un acuerdo más amplio acordado por más de 140 países en la OCDE que pretende imponer un tipo impositivo mínimo del 15% a las empresas multinacionales en todos los países en los que operan. El acuerdo, promovido por la OCDE y el G20, está compuesto por dos pilares. El referido Pilar 2 es el que busca que las grandes empresas multinacionales paguen al menos un 15 % de impuestos corporativos. El Pilar 1 se refiere a la reasignación de derechos fiscales.

El secretario del Tesoro ha recalcado que el acuerdo para evitar el impuesto del 15% evitará a EEUU "la pérdida de más de 100.000 millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses".

Los presidentes de los comités fiscales del Congreso, el representante Jason Smith y el senador Mike Crapo, han respondido rápidamente que "a petición del secretario Bessent y a la luz de este entendimiento conjunto para preservar la soberanía fiscal de EEUU", eliminarán "la propuesta de la Sección 899 del código tributario" de la nueva ley.

La Sección 899 fue redactada por los republicanos de la Cámara de Representantes y apoyada por la Casa Blanca para impedir que varios países europeos, Canadá, Australia y más naciones graven a las empresas estadounidenses de una forma que los legisladores del Partido Republicano consideran discriminatoria.

Nada más llegar a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, Trump firmó dos órdenes ejecutivas que suponían la salida de EEUU del Acuerdo Fiscal Global de la OCDE al considerar que era injusto para las empresas estadounidenses. A pesar de la retirada efectiva del tratado en febrero, sin el acuerdo anunciado este viernes los países europeos podían seguir aplicando el impuesto a las empresas estadounidenses radicadas en sus territorios.

Alivio en Wall Street

La disposición causó escalofríos en Wall Street al amenazar con dificultar mucho más la inversión de particulares y empresas extranjeras en EEUU. El gravamen va dirigido a los aliados que aplican impuestos sobre los servicios digitales a las empresas tecnológicas estadounidenses, así como a los países que imponen un impuesto mínimo global a las empresas.

"La eliminación de la Sección 899 de las negociaciones presupuestarias permitiría potencialmente a los inversores respirar aliviados", valora Gennadiy Goldberg, jefe de estrategia de tipos estadounidenses de TD Securities. "Dicho esto, es difícil saber si el mercado esperaba seriamente que este estatuto llegara a la ley final".

El subsecretario del Tesoro, Michael Faulkender, ya había declarado el miércoles a Bloomberg News que los funcionarios de la Administración estaban cerca de un "gran avance" que eliminaría la necesidad de la propuesta de impuesto de revancha en el proyecto de ley fiscal de Trump.

En las últimas semanas, el Tesoro de Trump ha presionado para que el sistema fiscal estadounidense se considere completamente separado del marco fiscal global de la OCDE, argumentando que EEUU ya grava de forma robusta los ingresos que las empresas estadounidenses obtienen en el extranjero.

"Sin duda es un avance positivo para los inversores no estadounidenses que invierten con frecuencia en EEUU", se pronuncia Scott Semer, socio de Torys LLP en Nueva York. "Sin duda será útil para dar seguridad a las inversiones".

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