
En un contexto internacional marcado por la inestabilidad geopolítica, con guerras abiertas, tensiones comerciales y una carrera tecnológica sin precedentes; la defensa y la soberanía estratégica de Europa se han convertido en prioridades políticas y económicas. Y, en esa nueva hoja de ruta, las pymes tecnológicas españolas están encontrando su espacio para brillar. Un ejemplo es Integrasys, una empresa fundada en Madrid en 1990 por antiguos ingenieros de Hewlett-Packard, que se especializa en el desarrollo de software para la monitorización, control y análisis de señales satelitales y redes de comunicaciones, así como tecnologías para la observación de la Tierra y defensa anti-jamming. Con una fuerte vocación internacional y presencia consolidada en mercados como Estados Unidos y Europa, esta pyme española se ha posicionado como un socio clave en el ecosistema de defensa tecnológica, especialmente en el ámbito espacial.
Bajo el liderazgo de su CEO, Álvaro Sánchez, Integrasys ha reforzado su papel en la industria de defensa y seguridad, contribuyendo con más de 30 soluciones que permiten a gobiernos y organismos internacionales proteger infraestructuras críticas, evitar interferencias en comunicaciones satelitales y garantizar la operatividad de redes en escenarios sensibles, tanto civiles como militares.
Y lo hace plantando las banderas de la soberanía continental. De hecho, recientemente abrió oficinas en Kiev, justamente porque entiende que Ucrania es una de las puertas de entrada a Europa. Un dato extra: han decidido no comercializar con empresas chinas o rusas, cuidando de que su tecnología no llegue "a las manos equivocadas y puedan hacer ingeniería inversa". Aunque su negocio principal ha estado históricamente vinculado al sector satelital comercial, la evolución del contexto internacional ha impulsado a Integrasys —y a muchas otras pymes del llamado "New Space"— a adoptar un enfoque de uso dual de sus tecnologías. Es decir, soluciones inicialmente pensadas para el ámbito civil que, ahora, también se aplican a escenarios militares y de defensa.
En un momento en el que Europa clama por mayor autonomía estratégica frente a potencias como China, Rusia o Estados Unidos –cada vez más centrado en su industria nacional–, contar con capacidades propias en sectores críticos se ha vuelto prioritario. Bruselas insiste en la necesidad de construir una industria de defensa robusta, competitiva y tecnológicamente independiente.
El Gobierno español, por su parte, ha recogido el guante al anunciar que este año el gasto militar llegará al 2% del PIB nacional. Y para ello, el papel de las grandes empresas es decisivo, pero el de las pymes también.
"Las pequeñas y medianas empresas aportamos soluciones de altísimo valor añadido a proyectos estratégicos para la OTAN y la defensa europea", señala Sánchez, desde el despacho de su oficina en Las Rozas, Madrid. La empresa trabaja actualmente, entre otras cosas, en soluciones que permiten detectar, prevenir y mitigar ataques por interferencia en las comunicaciones vía satélite —un riesgo creciente en los escenarios de guerra híbrida—, con herramientas de software avanzadas que ofrecen monitorización en tiempo real y capacidad de respuesta inmediata.
Las soluciones desarrolladas por Integrasys permiten garantizar la resiliencia de los sistemas ante intentos de bloqueo, suplantación o sabotaje. "Proteger el espectro es proteger la misión", insiste Sánchez, quien considera que uno de los grandes retos actuales es precisamente mantener el control del entorno electromagnético en tiempo real. A través de alianzas con socios industriales y participación en programas europeos de defensa, Integrasys se ha convertido en una de las pocas pymes con capacidad real para contribuir al blindaje de las fronteras del continente. No sólo las físicas, sino que también las tecnológicas.
El creciente protagonismo de este tipo de empresas demuestra que las pymes españolas pueden y deben jugar en la primera división de la industria de defensa, si cuentan con apoyo institucional, acceso a programas europeos y visibilidad ante los grandes contratistas. Y, sobre todo, si son capaces de ofrecer soluciones innovadoras y especializadas, como las que hoy exige el entorno.
Con el foco puesto en reforzar la autonomía estratégica de la UE, en un momento clave para su configuración como potencia global, el papel de estas empresas será cada vez más relevante. La defensa del futuro no se hará solo con tanques, cazas y fragatas, sino con algoritmos, software inteligente y control del espacio. Y ahí, Integrasys ya ha tomado posiciones y plantado sus banderas.