
El 45% de las empresas españolas se han visto afectadas en 2024 por el tensionamiento del mercado laboral. La causa principal, según desprende el Informe Anual del Banco de España de 2024, es la falta de mano de obra. Un tensionamiento que, tal y como indica el documento, se ve explicado en gran parte por el crecimiento de las bajas laborales y que supone uno de los principales retos que afronta la economía española tal y como indica el organismo.
Desde la pandemia se ha observado un aumento en el número de trabajadores en situación de incapacidad temporal (o lo que es lo mismo, bajas laborales). Una situación que es generalizada en Europa, pero más intensa en España. De hecho, nuestro país es el tercero en términos de porcentaje de ocupados que no han trabajado por estar de baja, solo después de Noruega y Eslovenia. En total, la proporción de trabajadores afectados por la incapacidad temporal ha aumentado del 2,7% en 2019 hasta el 4,4% en 2024.
Además, el gasto público derivado de las bajas ha aumentado hasta llegar a un 1% del PIB el año pasado: ha crecido un 78% desde 2019 y actualmente se sitúa en más de 15.000 millones de euros. En el caso de las empresas, el Banco de España estima que el coste directo ha aumentado un 62%, hasta los 4.613 millones de euros.
Según explica el organismo público, el aumento en el número de bajas laborales puede estar vinculado a tres cuestiones: el deterioro de la salud tras la pandemia, el envejecimiento de la población y el propio ciclo económico -ya que históricamente se ha observado que la incidencia de la incapacidad transitoria ha sido mayor durante los períodos de expansión-.
Por otro lado, el Banco de España también apunta que la remuneración por asalariado creció un 5,4%, por encima de los incrementos pactados en convenio. Al mismo tiempo que lo márgenes empresariales descendieron un 1,7% en 2024.
Reto de la productividad
Otro de los retos mencionados por el Banco de España es la elevada brecha en el nivel de productividad en comparación con la eurozona. En los últimos cinco años apenas se ha cerrado dicha brecha. En concreto, la diferencia negativa acumulada solo ha descendido un punto porcentual desde 2019 hasta 2024 (desde los 25 puntos porcentuales hasta los 24).
Una brecha que el Banco de España relaciona directamente con la calidad de las instituciones en nuestro país.