
La idea de que el teletrabajo fue un 'experimento' impuesto por la pandemia que desde entonces se encuentra en declive ha sido una constante desde que las grandes compañías de todo el mundo, especialmente las tecnológicas, empezaron a llamar de vuelta a sus trabajadores a las oficinas. Pero no parece haber contagiado a las empresas españolas, si nos fijamos en el hecho de que el 20,5% de las ofertas de empleo que publican incluyen alguna modalidad en remoto. Un porcentaje que se mantiene estable desde los máximos alcanzados en 2023 y supera con creces al de países como Estados Unidos, Alemania, Francia o Reino Unido.
Según los datos recopilados por Indeed, a los que ha tenido acceso elEconomista.es, desde 2019, esta tasa ha pasado de no superar el 4% en ninguno de los países analizados, a no bajar del 10% en ninguno de los europeos, aunque solo España rebasa el umbral del 20%. En el extremo opuesto se sitúa Estados Unidos, que queda en el 7,9%. Aunque su evolución siempre ha sido más modesta que en el resto.
Las cifras incluyen tanto a los puestos que contempla un teletrabajo total y los que lo plantean de forma ocasional, con uno o dos días a la semana, lo que se denomina jornada híbrida. El auge de esta modalidad explica, en parte, que las tendencias no se hayan revertido sustancialmente en los dos últimos años, una vez superados los confinamientos por la pandemia. El mayor retroceso se produce en Estados Unidos (que llegó a supera el 10% de tasa en 2022).
En España, el máximo se registró en 2023, cuando llegó al 21,7%. En los meses sucesivos llegó a caer al 18,7%, pero desde entonces ha recuperado brío. Eso sí, la evolución muestra una clara estacionalidad: los meses de verano y los dela campaña navideña son los más 'flojos'. Lo que se explica por un incremento de la oferta de puestos en actividades relacionadas con el comercio, la logística y el turismo que no ofrecen posibilidad de teletrabajar..
¿Pero esto significa que España es el país que más apuesta por el teletrabajo? No tan deprisa. Antes de legar a esa conclusión conviene analizar con más profundidad las diferentes variables que afectan a estas estadísticas, y compararlas con el resto de datos a nuestro alcance.
El deseo y la realidad
Y es que los daos arrojan una sorprendente falta de correlación entre las vacantes y el peso real del empleo en cada país. Así, el porcentaje de personas que han teletrabajado a lo largo de 2024 en España fue del 15,5%, según los datos de Eurostat. Muy inferior al 24,1% de Alemania y el 34% de Francia. En Reino Unido, según dato de su Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), el porcentaje fue del el 39,8% de Reino Unido, mientras en Estados Unidos se situó en el 21,6%, según el Bureau of Labor Statistics (BLS).
Dicho de otra forma, el país que más teletrabajo oferta es el que menos lo aplica en la realidad. ¿Cómo es posible? Hay varias respuestas a esta pregunta. La primera, y más evidente, es que las ofertas de empleo relfejanreflejan una realidad muy diferente a la que muestran las estadísticas de ocupación.
No todas las empresas publican sus vacantes en portales de empleo. Muchas las cubren por promoción interna, a través de bolsas de trabajo con ex-trabajadores eventuales o, muy habitualmente, mediante el boca a boca. Esta práctica es más habitual en las pymes y en puestos no digitalizados, como la logística, hotelería y comercio. También los que se cubren por ofertas de empleo público.
Pero hay países, como Estados Unidos o Reino Unido, donde las empresas de los mencionados sectores están más habituadas al uso de portales que en España, donde el 'boca a boca' es la opción preferente.
Por otro lado, las condiciones incluidas en las ofertas de empleo reflejan el atractivo de un determinado beneficio, como el teletrabajo, para atraer candidatos. En un país como España, con un porcentaje relativamente escaso de teletrabajo y que ha vivido su auge tras la pandemia, es un cebo más llamativo que en países donde esta opción ya era más habitual. En estos casos pueden haber muchas ofertas que no la hacen explícita, pues se da por supuesta.
Solo un 15,3% de los convenios lo regulan
Eso explica que, aunque el teletrabajo ha sido una demanda al alza en todos los países, las ofertas que lo recogen crecieran con mucha más intensidad y más rápido en España que en el resto de los analizados. También que aún hoy mantenga elevados niveles, ya que la opción del teletrabajo 'hibrido' se ha consolidado en nuestro país como un incentivo equiparable, incluso, a beneficios sociales como un cheque de comida. Y mucho más barato.
Además, el teletrabajo tiene una regulación más rígida que otros países sen lo que se refiere a la diferencia entre modalidad habitual o híbrida. La Ley del Trabajo a Distancia de 2021 estableció un límite del 305 de la jornada a partir del cual la empresa debe correr con los gastos del teletrabajo, lo que disparó el recurso a la jornada híbrida, al tiempo que hacía que muchas empresas renunciaran a convertirlo en una práctica habitual.
Ello a pesar de que la norma dejaba margen a empresas y sindicatos a pactar las condiciones en convenios colectivos. Según los últimos datos recopilados por el Ministerio de Trabajo, en 2024 solo el 15,3% de estos acuerdas incluía cláusulas al respecto.
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