Economía

El Ifo de abril recoge el optimismo de las empresas alemanas por el aumento de gasto pero no la vorágine geopolítica

Cúpula del Bundestag.

El clima empresarial en Alemania siempre ha sido un buen indicador para ver cómo va a evolucionar la economía del país en el corto plazo. A pesar de que la Economía parezca una ciencia exacta, no deja de ser una ciencia social, y las sensaciones y emociones del tejido productivo dicen mucho, o poco, de lo que está pasando. Además, ayudan a bajar a la realidad los datos. Al final, son los que mueven la economía más allá de los gobiernos. En el caso germano, en el mes de abril el índice Ifo de clima empresarial sufrió una cierta mejora de dos décimas con respecto a marzo, situándose en los 86,9 puntos.

Este índice presenta un aval importante y resulta determinante para tomar la temperatura a una economía que, a día de hoy, está fría como un témpano. Esta pequeña mejoría en el cuarto mes del año se puede justificar con el hecho de que el Gobierno alemán entrante, encabezado por el democristiano Friederich Merz en Gran Coalición con los socialdemócratas, que está previsto que asuma la cancillería el próximo 6 de mayo, ha hecho varias promesas económicas, allende reformar el freno de la deuda para aumentar la inversión pública.

Pero el jefe global de Macro de ING, Carsten Brzeski, explica por qué el clima empresarial alemán no reaccionó en abril a la guerra comercial desencadenada por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a la que Alemania está muy expuesta:

"Antes de precipitarnos a sacar conclusiones sobre si las empresas alemanas ven una economía más resistente que los mercados financieros, nos gustaría recordarles que el índice Ifo tiene un largo historial de reaccionar con cierto retraso a los acontecimientos políticos".

El índice en bruto, es decir, esos 86,9 puntos, se desglosa en varios componentes basados en las más de 9.000 respuestas que obtienen de los sectores manufacturero, servicios, comercio y construcción. Así que esta pequeña mejora se debe a la opinión que las empresas tenían sobre su situación actual, pero las expectativas comerciales cayeron a 87,4 puntos desde los 87,7 que registraron en marzo.

"Pero incluso esta caída fue leve dado el considerable impacto que los aranceles estadounidenses podrían tener en la economía alemana", dijo el experto de ING. Esto demuestra la teoría de que el índice Ifo va con retardo con respecto a la actualidad económica.

Por sectores, el manufacturero volvió a caer tras el repunte de marzo debido a "las expectativas notablemente más pesimistas", reza el documento del Ifo. Asimismo, resaltan que la incertidumbre entre el sector "aumentó con bastante intensidad", sin embargo, la situación actual "se consideró algo mejor". Las carteras de pedidos no han bajado.

Pero esto lo explicaba muy bien otro experto de INGl, Lynn Song, cuando se vio en marzo un aumento de las exportaciones de China: "Es probable que los importadores estadounidenses inteligentes previeran aumentos de aranceles a partir de abril y concentraron las importaciones al principio".

Alemania es una economía que basa su crecimiento en las exportaciones, así que este comentario sobre China es perfectamente extrapolable al mercado exterior germano.

Pero la confianza empresarial también bajó en el comercio porque las expectativas de las compañías están siendo más pesimistas y también porque las empresas valoraron su situación actual algo peor, sobre todo el sector mayorista.

En la construcción, la cosa se mostró algo más distinta. La confianza empresarial mejoró su nivel máximo desde el mes de mayo de 2023, porque hay muy buenas expectativas por el plan de inversión de infraestructuras de 500.000 millones a 10 años para infraestructuras.

Pero claro, estas empresas valoran todavía un poco peor su situación actual porque, paradógicamente, la entrada en vigor de esta inversión masiva va a tardar en llegar.

En líneas generales, "las expectativas eran más sombrías", dijo el presidente del instituto Ifo, Clemens Fuest, en la presentación de la encuesta de confianza. "La incertidumbre entre las empresas ha aumentado. La economía alemana se prepara para turbulencias", advirtió Fuest.

Otro año de estancamiento

Tampoco es que la economía alemana esté volando a velocidad de crucero. Desde 2023, los datos muestran un PIB en terreno contractivo. Ese año la economía cayó un 0,3% y en 2024 un 0,2%. Para 2025, el Gobierno preveía que avanzase un 0,3%, que seguramente se corregirá este jueves a la baja en la última revisión que hará la coalición semáforo antes de dejar el Gobierno. Aunque el Fondo Monetario Internacional ya ofreció un avance en sus Perspectivas de la Economía Mundial que publicaron esta misma semana.

Los de Kristalina Georgieva recortaron el crecimiento de Alemania para este año en tres décimas, lo que implica que la economía se va a paralizar a causa de la guerra comercial desencadenada por Donald Trump.

"La combinación de los últimos indicadores de confianza con los datos concretos disponibles sugiere que la economía alemana ha tocado fondo en el primer trimestre del año, pero la primera ronda de aranceles y el impacto directo e indirecto relacionado retrasarán incluso un repunte gradual al menos hacia la segunda mitad del año", vaticina Brzeski.

El experto dice que en el corto plazo, las inversiones en infraestructura "deberían conducir a un repunte cíclico, como mínimo", pero el aumento del gasto por sí mismo no va a mejorar la economía. "La infraestructura moderna es esencial para una de las economías más grandes del mundo, pero no impulsa inherentemente la innovación, la transformación del sector o nuevas oportunidades de crecimiento", dice el experto.

Con todo, el experto destaca que el clima empresarial "es una sorpresa positiva", pero advierte que no hay que tener un optimismo "demasiado prematuro". Tal y como espera el FMI, los expertos también aguardan otro año de "estancamiento" lo que sería un hecho histórico para la locomotora de Europa.

Así que, tal y como dijo Fuest y siguiendo con la alegoría aeronáutica, igual es el momento de que en Alemania se abrochen los cinturones.

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