Economía

Ni infrafinanciación ni falta de inversiones: el declive de Cataluña se debe a la "baja calidad institucional"

  • Un estudio del 'think tank' Ostrom atribuye la pérdida de liderazgo económico a la mayor presión fiscal y regulatoria
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En pleno debate sobre la reforma de la financiación autonómica, un nuevo estudio arroja luz sobre las razones detrás del estancamiento de Cataluña... y la pujanza económica de Madrid. Un informe encargado por el think tank Ostrom, referencia del liberalismo en Cataluña, atribuye esta pérdida de liderazgo económico a la "deficiente calidad institucional" de la antaño locomotora de España.

Por contra, la orientación de las políticas llevadas a cabo en la comunidad madrileña explicaría su crecimiento, sin que el efecto capital ni el gasto per cápita contribuya decisivamente a esta tendencia. El autor del estudio es Santiago Calvo López, doctor en Economía y Máster en Fiscalidad Internacional por la Universidad Santiago de Compostela.

Sin desmerecer los problemas de diseño del modelo de financiación, las verdaderas causas del descuelgue económico de Cataluña, que en 2017 perdió el primer puesto como aportador al PIB nacional en beneficio de Madrid, se deberían a "la mayor carga regulatoria" y la voracidad impositiva, que convierten la comunidad en "una de las menos competitivas en términos de presión fiscal, lo que desincentiva la inversión y la atracción de talento".

Voracidad fiscal

De hecho, Calvo recuerda que "desde 2002 Cataluña registra un índice de financiación efectiva igual al promedio de las comunidades de régimen común". Cuestión distinta es la queja sobre la pérdida de puestos en la ordenación final del sistema, una vez realizado el reparto de recursos entre el Estado y las autonomías, que el economista considera "justificada".

Sobre la falta de inversiones, asunto denunciado a menudo por el empresariado catalán y que ciertamente afecta a infraestructuras como Rodalies, se apunta que "el stock de capital público acumulado es superior en Cataluña que en Madrid". La urbe matritense no se beneficia significativamente de su capitalidad.

El informe recomienda que Cataluña emprenda "profundas reformas institucionales". La reducción de la carga regulatoria, la mejora de la estabilidad normativa y la creación de un entorno fiscal más competitivo son elementos clave para ganar dinamismo económico. Además, se subraya la "importancia de fortalecer la calidad institucional y promover una visión de crecimiento económico basada en la cooperación y la creación de valor, en lugar de políticas orientadas a la captura de rentas y la redistribución ineficiente de recursos".

Solo en el aspecto impositivo, Cataluña es la cuarta comunidad del régimen común con mayor nivel recaudatorio con respecto a su PIB y la tercera si se mide la recaudación en términos per cápita.

"Madrid ha adoptado estrategias que fomentan la inversión y la competitividad, Cataluña ha seguido un camino de mayor intervencionismo y rigidez regulatoria. A menos que se reviertan estas tendencias, el declive económico de Cataluña seguirá profundizándose", remacha Calvo.

Peores servicios públicos

Es más: el mal rendimiento catalán no se compensa gracias a un mayor desembolso presupuestario. El gasto público no financiero, esto es, los recursos destinados a capítulos como sanidad y educación, es superior en Cataluña respecto a la media nacional. El Govern gasta más de 5.500 euros por habitante, frente al promedio español y madrileño de 5.000 euros.

"La idea básica es que, si un gobierno regional tiene un gasto público elevado, eso se debería traducir en una mejora de los servicios, siempre que el grado de eficiencia sea el deseable. El problema de Cataluña es que (...) no aparece entre las que mejor desempeño ofrecen", constata el análisis. Ello se atestigua en los pésimos resultados de PISA o el mayor tiempo de espera en intervenciones quirúrgicas no urgentes.

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