Economía

Ostrom o el empeño por cambiar las "ideas dominantes" en Cataluña

  • El 'think tank' liberal, que acaba de celebrar sus primeras jornadas, allana el rearme ideológico tras el 'procés'
  • Junts, PP y el Govern acuden a la cita de la entidad, con la sonada ausencia de ERC
Primeras jornadas del 'think tank' liberal Ostrom. EE
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Algo se mueve en Cataluña. Los debates sobre vivienda, energía, fiscalidad o infraestructuras han cobrado fuerza y urgencia. La realpolitik se ha impuesto (de momento) al proyecto independentista. Pero en el mercado de las políticas públicas, el liberalismo catalán no goza aún de la potencia de su par madrileño. Precisamente para eso se fundó el Institut Ostrom: el think tank nació en 2016 con la pretensión de sembrar, al margen de partidos e instituciones, unas semillas de pensamiento --moderación impositiva, libertades personales, economía de mercado-- que si podían germinar en algún sitio era en un territorio marcado por su legado industrial y emprendedor.

Ocho más tarde, procés y pandemia mediante, Ostrom se ha reivindicado como un agente para cambiar lo que podría denominarse como la ideología catalana, el pensamiento de base que permea la actividad pública en Cataluña y que, como lamentan los impulsores del think tank, dista bastante de las ideas de la libertad.

La entidad celebró el pasado sábado sus primeras jornadas, el Fòrum Re(I)nnovem. Un futur de progrés i benestar, que reunieron a más de un centenar de personas en Barcelona. La cita tuvo como ponente estrella a Juan Ramón Rallo, que impartió una conferencia sobre la interacción entre las instituciones formales e informales en la sociedad. Además, Rallo fue uno de los premiados en la cena de gala posterior, junto al fundador y presidente de Parlem, Ernest Pérez-Mas.

Un ágape al que acudió el consejero de Empresa y Trabajo, Miquel Sàmper; el vicepresidente de Cecot, Xavier Queralt; el presidente de Femcat, Oriol Guixà; la vicepresidenta de Pimec, Mireia Cammany; los diputados de Junts Toni Castellà y Glòria Freixa, y sus homólogos del PP, Àngels Esteller y Juan Fernández. Fue sonada la ausencia de cualquier representante de ERC, que ese mismo día celebraba su congreso. También se dejaron ver el conseller general de Andorra, Víctor Pintos, David Henneberger, de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, y Roxana Nícula, de la Fundalib.

Juan Ramón Rallo, uno de los premiados por Ostrom. EE

Competitividad, energía y burocracia

El foro previo, conducido por el periodista Vicent Sanchis, se articuló como una llamada a la acción --fue el comunicador quien inspirándose en Marx, y de forma provocadora, llamó a cambiar las "ideas dominantes" en Cataluña-- donde se abordaron tres asuntos clave: la búsqueda de competitividad, la transición energética --uno de los caballos de batalla de Ostrom-- y la reforma de la administración. El programa se planteó como un ejercicio de "rearme ideológico", como comentó un asistente, pero antes que soluciones se formuló un diagnóstico de la situación.

En la primera mesa redonda, sobresalió la voz de David Garrofé, quien enumeró la lista de agravios de la industria. "La inseguridad jurídica, la elevada litigiosidad, la baja calidad legislativa y la lentitud de las administraciones afectan a nuestra competitividad", declaró el empresario y exsecretario general de la patronal vallesana Cecot.

Garrofé estuvo acompañado por Mercè Conesa, directora general de Barcelona Global, y Cristina Pruñonosa, jefa de la oficina de gestión empresarial de la Generalitat. La gestora fue bien recibida pese a encontrarse en el "campo adversario", como bromeó el público más ancap. Desde su posición, Pruñonosa ha impulsado cambios normativos para hacer más fluida la relación entre el sector productivo y el sector público.

Posteriormente, el debate gravitó entorno a la nueva energía y la vieja energía. Se puso el acento en los excesos burocráticos y el activismo NIMBY --"se produce una judicialización mucho mayor que la de territorios vecinos", subrayó Pau Vila, presidente de Ostrom--, aunque se remarcó que la hoja de ruta hacia un horizonte verde deberá revisarse a la vista de los cambios geopolíticos. Vila compartió sus puntos de vista con la abogada Carmen Gimeno, la directora general de la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO), Susanna Grau, y la vicepresidenta de Foment del Treball, Virginia Guinda.

La última mesa redonda abordó la reforma de la administración, justo pocos días después de la presentación de una plataforma civil para empujar al Govern en esta dirección. Fue la conversación más académica, con la presencia de Guillem López Casasnovas, Germà Bel y Elena Costas. El resumen fue cristalino: vale más tener menos normas pero que se cumplan. Veremos si cunde la idea.

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