
La nueva tabla de aranceles "recíprocos" de Donald Trump, lejos de suponer un beneficio económico para Estados Unidos, será un lastre para la economía, sobre todo lo que tiene que ver en materia de precios. Todos los expertos consultados por elEconomista.es coinciden en la misma frase: "los aranceles son tremendamente inflacionarios". En un escenario "estresado", el IPC de Estados Unidos podría llegar a incrementarse hasta 1,5 puntos de media este año.
El economista Javier Santacruz, explicó que el país está "lejos de una recesión" pero muy cerca de "una subida considerable de la inflación". En concreto, ve "casi seguro" que repunte hasta ese punto y medio a cierre de año. "Es el peso que los productos importados tiene en el cálculo de la inflación", argumenta.
El profesor de Economía de Unie Universidad, Tomás Gómez, es algo más prudente a la hora de hacer un cálculo del peso de los aranceles sobre los precios. En concreto, el experto apunta a una expansión de los precios "entre tres y seis décimas".
El socio responsable de Global Trade de EY Abogados, Pedro González-Gaggero, destacó que este incremento de la inflación lo que va hacer es afectar al consumo "en la medida que el consumidor se retrae debido a la incertidumbre y a la subida de precios, lo que terminará por afectar al crecimiento económico de Estados Unidos".
Los expertos apuntan a que la economía estadounidense se mantendrá bastante resiliente, ya que la política arancelaria, en el peor de los escenarios, solamente tendría un impacto negativo sobre el PIB de entre 0,3 y 0,6 puntos.
La literatura académica macroeconómica considera los aranceles como impuestos a los productos importados y si se activan de manera descontrolada, como es el caso de la Administración Trump, empujarán al alza los precios porque el coste de esos productos sube ya que los fabricantes y comerciantes tienen que pagar más por importarlos.
Desajuste
Al mismo tiempo, si los productos importados se vuelven más caros, los consumidores se decantarán por productos nacionales por lo que, en consecuencia, se incrementará la demanda. Lógicamente, los precios subirán en el caso de que la capacidad de producción local no pueda atender este incremento. Asimismo, los precios de los bienes locales pueden incrementarse debido al aumento de la competencia por los recursos y el coste de mano de obra.
Otro fenómeno que se puede dar es que, viendo la posible presión inflacionaria que generarán los aranceles en el futuro, los consumidores se abastezcan del producto antes de que el precio se vuelva desorbitado. Este comportamiento supondrá una presión adicional sobre la que ya ejercerían los propios aranceles.
La directora de Encuestas de Consumidores y profesora asociada del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, Joanne Hsu, dice que un incremento repentino de las expectativas de inflación "no es necesariamente motivo de preocupación", pero que si esta opinión persiste en el tiempo "podría volverse problemática para los responsables de las políticas económicas", explica. Lo que está claro es que esta política arancelaria recaerá directamente sobre el consumidor al trasladarse el coste arancelario al precio final de los productos. Kimberly Clausing, investigadora senior no residente del Peterson Institute for International Economics (PIIE), y Mary Lovely, investigadora senior de la Cátedra Anthony M. Solomon en el Peterson Institute, apuntaban en un informe que solo los aranceles a China constarán a cada hogar estadounidense medio más de 1.200 dólares al año.
Por su parte, según un estudio realizado por The Budget Lab de la Universidad de Yale, "los aranceles recíprocos" que fueron anunciados esta semana supondrán un gasto adicional de aproximadamente 2.100 dólares anuales para los hogares promedio. Por su parte, las personas con menores ingresos tendrán que enfrentar un costo adicional de 980 dólares al año.
Más allá de la primera economía del mundo, en el caso concreto de de su rival Canadá, el aumento de la inflación se quedaría este año en un incremento del 1,68%. Un avance capaz de desequilibrar su política monetaria. El país cerró el año pasado con un IPC del 2,4%, por lo que para 2025 los precios se llegarían a expandir cerca del 4,1%. En el caso de México también temen deterioros y eso tiene su influencia en el causante de estos desequilibrios, la propia economía estadounidense y sus integrantes.
La directora de Encuestas de Consumidores y profesora asociada del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, Joanne Hsu, aseguró que las expectativas de los consumidores sobre la trayectoria de la inflación "empeoraron considerablemente este mes -por febrero-".
Erosión del poder adquisitivo
La subida de aranceles anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el llamado Día de la Liberación superó la mayoría de las expectativas, tanto por el alcance como por la magnitud del aumento, y ha contribuido a elevar la probabilidad de recesión en la primera economía mundial, según S&P Global.
Si bien la agencia no prevé una recesión definida por la NBER (profundidad, duración y amplia dispersión de la debilidad, no sólo dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo) en los próximos 12 meses, sí admite que la probabilidad subjetiva de que ocurra "probablemente haya aumentado del 25% en marzo al 30%-35%".
En su análisis, S&P Global advierte de que el impacto en el PIB de la guerra comercial abierta "depende de las represalias de los socios comerciales y de cómo se utilicen los ingresos arancelarios", señalando que los aranceles son un impuesto regresivo que afectará más a los hogares de bajos ingresos como porcentaje de su gasto.
De este modo, considera probable que la erosión del poder adquisitivo, el empeoramiento de las condiciones del mercado de valores y la elevada incertidumbre en la inversión debiliten aún más el crecimiento.
Asimismo, subraya que el uso que se haga de los aranceles recaudados es igualmente importante para la trayectoria del PIB tras el 'shock' inicial y dependerá de si dichos ingresos se reciclan en forma de recortes de impuestos a los consumidores o en otras formas de concesiones.
De tal modo, en un escenario con este reciclaje de los ingresos y una represalia relativamente moderada, la agencia espera que el crecimiento interanual del PIB real trimestral probablemente tocará fondo entre tres y cuatro décimas de punto porcentual por debajo de la previsión de marzo del 1,6% en los próximos 12 meses.
En cuanto a los precios, destaca que el impacto en la inflación a corto plazo será significativo, probablemente llegando a promediar cerca del 4% para el cuarto trimestre, frente al pronóstico anterior del 3%.