Economía

La presión fiscal resta rentabilidad a las pequeñas empresas

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La rentabilidad de las pequeñas y medianas empresas en España es la segunda menor de sus homólogas europeas. En este sentido, España se posiciona en penúltimo lugar con tan solo un 8,8% de rentabilidad de sus pequeñas empresas y supera tan solo, por un punto, a las pymes de Francia. Así confirma el informe Crecimiento empresarial. Situación de las pymes en España comparada con la de otros países europeos, elaborado por Cepyme.

En este sentido, la patronal de la pequeña y mediana empresa apunta a la presión tributaria, a las nuevas normas laborales –que son más rígidas cada año– y a la carga burocrática como los principales factores que hacen que las pymes españolas sean menos rentables que las de otros países de Europa como Italia, Polonia, Alemania, Portugal o Bélgica. Lo que hace que la supervivencia y el crecimiento empresarial de este tipo de sociedades mercantiles se dé directamente de la reinversión de sus propios beneficios.

La falta de rentabilidad en las pequeñas y medianas empresas españolas afecta de manera directa a los sectores más importante y que más empleo crean en España, como son el comercio –en el que el 99,36% de sus empresas son pymes–, con un 5,4% de rentabilidad y 3,9 puntos por debajo de las de Hungría que es la que logró un mayor porcentaje (12,3%); el de la construcción, con un 7,5% y 3,6 puntos menos que Hungría (9%); el manufacturero, que cuenta con un 8,5% de rentabilidad, 6 puntos menos que Hungría (13,5%); y el hostelero, que a pesar de ser el más rentable de los cuatro, solamente cuenta con una rentabilidad del 10,3%, 10,9 puntos menos que las pymes hosteleras de Croacia, que lograron un porcentaje del 21,2%. Así, las pymes españolas solamente lograron superar en materia de rentabilidad a las francesas (manufacturas, comercio y construcción) y alemanas (hostelería).

En este sentido, la natalidad de las empresas españolas ha frenado su crecimiento en los últimos años y es que, en 2016 el porcentaje de creación de empresas era del 10% del total de las ya existentes. En 2021 esa cifra descendió al 9,2% y ya en 2022 bajó hasta posicionarse en el 8,6%, su dato más bajo en 10 años, exceptuando el periodo del Covid-19.

Cifras desoladoras que posicionan a España como el quinto país de la Unión Europea que menos empresas crea, solamente por delante de Austria (un 6,2% del total de empresas son nuevas), Dinamarca, un 7,4%, Italia, un 7,9%, y Alemania, un 8%. En este sentido, España se mantiene 9,3 puntos por debajo de Lituania, que se mantuvo como el país que más empresas creó en 2022, el 18,3% del parque empresarial.

Además, España cuenta con un hándicap en lo que al tamaño de sus empresas respecta. Las sociedades mercantiles en España tienen 4,8 trabajadores de media, 1,1 puntos por debajo de la media europea, que se encuentra en los 5,9 empleados y 7,1 puntos de Alemania, la que más trabajadores tiene por empresa, con 11,9 de media. Así, España tendría que aumentar más de un 30% las empresas medianas y grandes para alcanzar la media europea.

El reducido tamaño de las empresas repercute de manera negativa en el bienestar de la economía de España. Esto se debe a que un país con empresas de un gran tamaño goza de mejores salarios dado a la alta productividad de estos negocios, que por su tamaño es mayor que la de las pymes.

También, los escasos recursos con los que cuentan las hacen menos resistentes ante situaciones de crisis, por lo que los puestos de trabajo en este tipo de empresas son más inestables que en el de las grandes compañías. Y es que, las empresas que cuentan con entre 10 y 19 empleados tienen, de media, 14 años de vida, frente a los 7 de aquellos que no cuentan con ningún trabajador.

Directamente relacionado con ello está la vida media de las pequeñas y medianas empresas, que es menor, en parte, a las malas condiciones de financiación que les lleva en muchos casos a desaparecer. Otro de los grandes problemas a los que se enfrentan las empresas si no logran aumentar su tamaño en los próximos años es al volumen de las exportaciones.

España está entre los 10 países que cuentan con un menor valor de exportaciones, con 276.000 euros de media, un 40% menos de lo que exportó la media de las pymes en Europa (489.000 euros). Además, la evolución de España en este sentido ha sido el peor de los 22 países seleccionados por Cepyme. El porcentaje del valor medio de las exportaciones disminuyó un 11,5%, siendo uno de los 4 países que registraron una cifra negativa (los demás son Bélgica, -6,3%; Rumanía, -7,1%; y Finlandia, -9-9%). Bulgaria fue el país que más consiguió incrementar su valor en exportaciones al hacerlo un 193,4%.

Con todo, si España lograra aumentar el tamaño medio de sus empresas lograría hacer crecer el PIB hasta un 5,6% más, crearía cerca de un millón de empleos que bajarían la tasa de paro unos 4 puntos, lograría recortar la deuda pública hasta 6 puntos y generaría recursos tributarios para reducir el déficit fiscal. Todo ello podría potenciarse siempre y cuando las normativas gubernamentales en materia de creación de empleo y del tamaño de las empresas potenciaran este crecimiento y no gravara con más costes el crecimiento de las sociedades mercantiles en España.

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