Economía

La alta dependencia y los elevados costes de energía minan la competitividad de la industria europea

El consejero delegado de Caixa Bank, Gonzalo Gortázar; el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu; el presidente de Repsol, Antonio Brufau; y el periodista y director de informativos de Telecinco, Carlos Franganillo. / EP

La industria europea está atravesando por un momento crítico. El sector secundario del Viejo Continente está sufriendo una pérdida de competitividad debido a su enorme dependencia, exceso de burocracia y falta de innovación en muchos aspectos. Todo esto se está haciendo notar en las grandes economías. El índice PMI del sector manufacturero de la zona euro cayó de 45,8 puntos de agosto a los 45 en septiembre, lo que determina un deterioro marcado de lo que fue uno de los sectores clave del desarrollo de esta área geográfica.

Pero ya no solo en corto plazo, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, aseguró este miércoles en el evento La transición industrial hacia el Net Zero, celebrado en la Fundación Repsol, que el sector industrial pasó de ser en 2010 el 22% del PIB a tener un peso del 17,5% en 2023. "Una caída de dos puntos y medio, mientras que en Estados Unidos pasó del 22% al 26%", recordó.

En una mesa redonda, conducida por el periodista Carlos Franganillo, mantuvieron una conversación el directivo de la energética, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, y el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, el directivo fue claro: "Necesitamos resetear Europa" y pidió "pragmatismo y realismo" a la clase política a nivel comunitario.

Uno de los puntos que mencionaron tanto Gortázar como Brufau fue el tema del alto coste de la energía. "La política europea ha llevado a costes de energía muy altos y, por tanto, a una pérdida de competitividad de la industria", aseguró Brufau.

En este sentido, Gortázar reiteró que esto genera "una gran incertidumbre", al no saber a ciencia cierta cómo van a evolucionar estos costes energéticos en futuros proyectos. Por lo que, desde el punto de vista de financiar proyectos, "necesitamos estabilidad y confianza", reiteró.

En líneas generales, "Europa está perdiendo la batalla", aseveró Brufau. El directivo aseguró que los principales lastres de la competitividad en la industria europea pasan por una falta de "impulsos tecnológicos" que ayuden a innovar y mejorar el sector y hacerlo más competitivo. También por una enorme dependencia, "lo hemos visto con Alemania y la invasión de Rusia a Ucrania", recordó.

Pero no solo de eso, también de materias críticas necesarias para la transición energética. "La nueva economía está basada en unos materiales que Europa no tiene, o tiene pocos. Los tienen Estados Unidos y China", recordó.

Lo cierto es que las tierras raras, como el litio, son esenciales para elaborar baterías de los coches eléctricos o placas solares. La mayoría de las reservas se encuentran en esos dos países y también en Latinoamérica, un mercado hacia el que están mirando mucho desde Pekín. Argentina, Bolivia y Chile contienen más de la mitad del litio del mundo. Tanto es así que ya se les denomina coloquialmente "el triángulo del litio". Según los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, Bolivia estaría a la cabeza con 21 millones de toneladas de litio, seguido de Argentina con 20 millones y Chile con 11.

Finalmente, tanto el ministro Jordi Hereu como Burufau hablaron del desarrollo de un "mercado de defensa realmente europeo". Es decir, tomar la estrategia que en su momento se tomó con industrias como Airbus, haciendo un consorcio entre países, y trasladarlo a la industria de Defensa. Esto haría realmente a esta rama del sector competitiva frente a la industria estadounidense.

Cambio de estrategia

Las principales demandas del sector industrial y financiero pasan por hacer un cambio de estrategia en el que, además de una transición energética a hacia las cero emisiones, se piense también en el proceso y el coste que eso supone a las empresas.

Al mismo tiempo, tanto Gortázar como Burufau volvieron a hablar de un exceso de regulación que evita que las empresas puedan hacer una transición real y que retrasa la financiación, lo que provoca que los proyectos se eternicen en el tiempo.

Finalmente, una de las cosas que también mencionó el directivo de CaixaBank es la apertura del mercado de capitales. "Si el mercado de capitales no es grande, nos estaremos quedando atrás", dijo. Por ello reivindicó ese mercado único de capitales en el Viejo Continente.

"Tenemos mucho ahorro, pero se canaliza a depósitos bancarios, letras del tesoro y proyectos de bajo riesgo. Necesitamos ahorros que inviertan con más riesgos", reiteró Gortázar.

El banquero explicó que cuando se van a financiar proyectos "se generan incertidumbres muy notables" porque no se sabe el nivel de volumen de demanda que va a haber "y muchas de ellas están en un período inicial y van a ser más caras que las fuentes alternativas. Creo que tenemos que buscar una regulación que trate de dar estabilidad y más confianza", aseguró.

Lo que está claro es que la transición energética es un hecho, pero también fomentar el denostado sector secundario en el Viejo Continente. El titular de la cartera de Industria, Jordi Hereu, recordó que esto es "un gran reto político que tenemos por delante. Si no somos capaces de hacer las transiciones, tendríamos no solo problemas económicos, sino también políticos", reiteró el ministro.

En este sentido, anunció que este año espera sacar adelante la nueva Ley de Industria, que actualmente están en consultas, ya que la actual, reiteró, "data de 1992", por lo que ya se considera obsoleta con respecto a los tiempos actuales.

Transición sin renunciar

Brufau aclaró que la compañía que dirige "fue la primera del sector que anunció que sería neutra en emisiones en 2050" pero recalcó que el grupo "no va a renunciar en absoluto a buscar al máximo posible el valor de sus activos convencionales, la producción y exploración de petróleo, haciéndolos más eficientes".

Reiteró que ambas materias primas "van a estar en la matriz energética, nos guste o no nos guste, durante muchísimos años, porque es así", reiteró haciendo referencia a que el exministro italiano, Enrico Letta, lo señala en su informe.

Aunque reiteró que hay "una gran cantidad de oportunidades" en el escenario energético para abordar la transición "en las que Repsol quiere tomar protagonismo", como es el caso de la economía circular, la producción de biocombustibles para aquellos sectores que no puedan ser electrificados o el hidrógeno.

Con respecto a este último, aclaró que "no va a ser para mañana" a pesar de que en los objetivos del PNIEC son muy ambiciosos del hidrógeno, dijo. "Si nos equivocamos sustituiremos una energía vital, que es el gas natural, por otra que no existe (a día de hoy), que es el hidrógeno", recordó.

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