
Tanto los niños como los no tan niños encaran un nuevo curso escolar. Muchas familias ya han preparado sus 'arsenales' para la vuelta a las aulas: bolígrafos, estuches, cuadernos, carpetas, libros, etc. Para ello han tenido que gastar dinero, algo que no siempre es fácil de explicar a los más pequeños y hace aún más difícil la vuelta al cole si, por ejemplo, se encaprichan de una mochila con su personaje televisivo favorito. De hecho, la educación financiera no formaba parte de los currículos de Primaria hasta hace apenas unos años. Pero ¿qué y cómo aprenden las niñas y niños sobre las finanzas en las aulas? ¿Es realmente importante que se les enseñe eso? ¿Son lo suficientemente mayores para comprenderlo? Distintos expertos resuelven estas dudas.
El dinero es un gran conocido y a la vez una incógnita para buena parte de la población. Todo el mundo sabe qué es puesto que su tenencia o falta marcan nuestras decisiones día a día: qué comida comprar, dónde vivir, cómo desplazarnos de un lugar a otro, qué ropa vestir... Y también es de conocimiento público que, a diferencia de muchas frutas, el dinero no sale de los árboles. Tampoco cae del cielo como la lluvia. Para la mayoría, la forma más habitual de conseguirlo es trabajando.
Sin embargo, son minoría las personas que saben cómo funciona (aunque sea a un nivel básico) y son capaces de responder correctamente a preguntas como quién decide cuánto vale y, por tanto, cuánto de más hay que pagar al banco cuándo se le pide un préstamo.
Se podría decir mal y pronto que España es una analfabeta financiera, aunque el desconocimiento de conceptos económicos básicos no es un problema exclusivo de este país, ni mucho menos. El resto de los miembros de la OCDE (esto es, de Estados desarrollados) también lo sufren. Además, es un mal que padecen tanto mayores, adultos y jóvenes.
Entender el mundo
Una encuesta del Banco de España (BdE), cuyos resultados se conocieron en noviembre pasado, reveló que también la sabiduría económica llega con la edad. Los más longevos son (en general) los que más saben de finanzas. No obstante, el dinero forma parte de nuestras vidas desde la infancia.
Mariona Massip, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), considera importante que los más pequeños entiendan el "circuito del dinero".
"Nuestras niñas y niños pagan impuestos", argumentó en la entrevista telefónica con elEconomista.es el pasado mayo, haciendo referencia a, por ejemplo, el IVA que apoquinan cuando compran gominolas. E insistió en que el uso del dinero no solo está en la realidad de los niños, sino también "en su imaginario", como cuando juegan a que van al súper o trabajan.
"¿Cómo van a ser demasiado pequeños [para aprender finanzas] si participan en ellas?", aseveró Massip. Y defendió que no enseñarles cómo funcionan supone "vulnerar" su derecho a "entender el mundo".
"Los niños de Primaria son muy inteligentes y es un buen momento" para introducirlos en la educación financiera, afirmó asimismo Juan Manuel Garrán, quien forma parte del Cuerpo de Inspectores de Educación.
El dinero en Primaria
Isabel, maestra de un colegio público de Madrid, admitió a este medio que "es difícil enseñar cosas de adultos a niños pequeños", pues "hay que simplificarlo mucho y enseñar aspectos muy básicos".
"Sus mentes funcionan de manera muy distinta a la nuestra y no comprenden términos muy complejos", indicó, pero defendió que la educación financiera en Primaria "es posible" siempre y cuando estas enseñanzas se apliquen a conceptos de la vida cotidiana del alumnado.
La ley de Educación española vigente (la conocida como LOMLOE por sus siglas) y sobre todo el real decreto 157/2022 establecen las "enseñanzas mínimas" en la Educación Primaria a nivel estatal. Esta etapa educativa se divide en tres ciclos con dos cursos cada uno. Y el mencionado decreto recoge que la educación financiera debe formar parte de los tres ciclos, eso sí, de forma transversal: es un apartado dentro de la asignatura de Matemáticas.
- Primer ciclo
En primero y segundo de Primaria, que se cursan más o menos entre los seis y ocho años, los niños deben aprender el sistema monetario europeo: las monedas y billetes de euro, así como su valor o equivalencia. A modo de ejemplo: se les enseña que dos monedas de dos euros y una de uno equivalen a un billete de cinco euros.
- Segundo ciclo
En el segundo ciclo se profundiza un poco más: el alumnado que ronda los 8-10 años aprende a calcular las cantidades y los cambios de euros a céntimos "en problemas de la vida cotidiana: ingresos gastos y ahorro", de acuerdo con el real decreto 157/2022.
Además, a lo largo de tercero y cuarto se educa para tomar "decisiones de compra responsable". Un concepto que a priori puede parecer enrevesado, pero Enrique Cuesta, maestro jubilado, sostuvo que los niños de esa edad "están completamente capacitados para aprender y aplicar" estos conceptos.
"Pueden y deben aprender sobre consumo responsable. Incluso los más pequeños pueden aprender también", arguyó a este periódico Teresa de Andrés, igualmente maestra jubilada.
- Tercer ciclo
Por último, en quinto y sexto el alumnado debe aprender a resolver problemas "relacionados con el consumo responsable" (aprendiendo a diferenciar entre valor, precio y calidad) e igualmente aquellos con relación al dinero (adquiriendo conceptos como "precios, intereses y rebajas", puntualiza la legislación).
Reforzar la pata social
Para la profesora de la UAB es "algo limitante" que la educación financiera solo se aborde en las aulas de Primaria desde las Matemáticas, pues puede dar la idea de que la economía "solo son sumas y restas".
"Tiene que ver con el hambre, los desahucios, las desigualdades, cómo nos limita o posibilita nuestras relaciones sociales", alegó Mariona Massip. Por ello abogó por que se refuerce la educación financiera desde "la pata" de las ciencias sociales ya que, opinó, "aporta crítica a la hora de tomar decisiones" sobre el dinero.
En definitiva, esta experta rechazó que la educación financiera deba ser una asignatura por sí sola en los colegios. Apostó por que se trabaje "de forma globalizada, transversal, desde la primera etapa educativa hasta la última, con visión de proyecto".
Con ella coincidió Manuela Bosch, profesora de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona (UB): "Deben estar incluidas las distintas competencias [de la educación financiera] en asignaturas diferentes".
Nuria, maestra en un colegio de Madrid, señaló en el mismo sentido: mejoraría la educación financiera en Primaria abordándola "de forma transversal desde otras asignaturas como Ciencias Sociales, Atención Educativa, etc.". En cambio, Garrán se decantó por "darle un buen impulso a las mates".
En lo que sí coincidieron todos los expertos consultados fue en que, aparte de los motivos ya expuestos, la educación financiera no puede ser una asignatura independiente porque el currículo escolar actual no da más de sí. "No cabe", declaró el inspector de Educación, que subrayó que "el problema es el horario del alumnado de Primaria". "Sería muy complicado poder encajarla", dijo Cuesta.
Enriquecer con la diversidad
Al hilo de la faceta social de la economía también puede surgir un temor al reflexionar sobre la educación financiera en las aulas: si a los propios adultos nos puede resultar incómodo hablar de nuestro dinero con conocidos en determinados momentos o circunstancias, que los niños hablen de ellas en clase ¿puede acabar causando conflictos entre ellos o situaciones de discriminación o burla?
"Esa preocupación que expresa la pregunta se puede resolver utilizando esas diferencias para que unos y otros alumnos trabajen su empatía con personas que tienen otras situaciones económicas, así como también para que todos puedan comprender que un desarrollo completo de la persona no depende exclusivamente de la situación económica de la familia sino también de otros aspectos, entre los cuales el afectivo es de suma importancia", respondió Cuesta.
Teresa lo vio de la misma manera: "Se puede enseñar desde el respeto". Asimismo, Nuria indicó que "los alumnos no suelen plantearse las diferencias entre unos y otros por distintos niveles adquisitivos de sus familias"; "al menos no en el primer ni segundo ciclo" de Primaria, matizó. Y recordó que la LOMLOE recoge también "la importancia de una educación en valores cívicos y éticos".
"El factor socioeconómico es determinante" dentro de un aula puesto que cada niña y niño pueden vivir "situaciones muy diferentes" a la de sus compañeros, resaltó Massip. Y para Isabel "el hecho de que haya diversas realidades en un aula siempre es algo enriquecedor".
"Opino que si desde pequeños, los alumnos y alumnas conviven con personas heterogéneas y tienen un buen maestro y una buena familia que les guíen en el respeto y la aceptación de los demás, la diversidad es enriquecedora", agregó esta profesora de Primaria madrileña. Y concluyó: "Enseñar en un mundo diverso es complicado, pero también es muy bonito".
¿Qué pasa en Secundaria?
A finales de junio pasado, en la plataforma Change.org surgió una petición para que el Gobierno incorpore "una asignatura de educación fiscal y financiera, impuestos y redacción de contratos, entre otros" en el currículo de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria, inmediatamente posterior a la Primaria y con un total de cuatro cursos).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) concluyó en su último Informe PISA, relativo a 2022, que cerca de una quinta parte de todos los estudiantes de 15 años de los 14 países que evaluó (España entre ellos) "no tienen conocimientos financieros básicos". "No son capaces de aplicar sus conocimientos a situaciones de la vida real que implican cuestiones y decisiones financieras", aseguró la OCDE.
Sin embargo, "por término medio, cerca del 60%" de los jóvenes estudiantes "tiene una cuenta bancaria y/o una tarjeta de pago o débito", y la gran mayoría ("más del 85%", según la organización internacional) compró algo por internet en los 12 meses anteriores a ser encuestados.
Con todo, el Informe PISA 2022 aseveró: "Mejorar los conocimientos financieros no solo mejorará a corto plazo la gestión del dinero de los estudiantes, sino que también les ayudará a tomar decisiones financieras más inteligentes cuando sean mayores".
Poniendo de nuevo el foco en España, la educación financiera en la ESO también se aborda de manera transversal porque forma parte de las Matemáticas. En detalle, según estipula el real decreto 217/2022:
- Entre primero y tercero se aprende la "información numérica en contextos financieros sencillos" y los "métodos para la toma de decisiones de consumo responsable", con las "relaciones calidad-precio y valor-precio en contextos cotidianos".
- Y en cuarto, el último curso de la ESO, se profundiza en esos conceptos (aprendiendo "métodos de resolución de problemas relacionados con aumentos y disminuciones porcentuales, intereses y tasas") solo en caso de tener la asignatura de Matemáticas A, la cual es para el alumnado que no vaya a estudiar mates en los siguientes cursos o que vaya a hacer el Bachillerato de Ciencias Sociales.

"La educación financiera debería verse más reforzada en los currículos de enseñanza secundaria y estudios superiores", según Nuria, quien estimó que "la cultura financiera en España es escasa y sería necesario incrementarla".
"En 4º de la ESO debería existir una asignatura enfocada a la vida laboral y financiera", opinó por su parte la otra maestra madrileña en activo consultada por este medio. "Así los adolescentes aprenderían cosas básicas como redactar un CV, saber elegir ofertas de compañías de luz, abrir una cuenta bancaria, etc.", razonó.
Nelson Mandela, presidente de Sudáfrica a finales de los 90, pronunció una famosa frase: "La educación es el arma más potente que puedes usar para cambiar el mundo". Pero no ha sido hasta estos últimos años cuando la educación financiera ha ganado relevancia en España (y en otros países desarrollados).
"Las transformaciones educativas son lentas y tienen que serlo", justificó la experta de la UAB, tras lo cual quiso resaltar que "el conocimiento económico es importantísimo para entender la realidad". Y reflexionó: "Es muy importante que entendamos como ciudadanía que cómo gestionamos el dinero, o cómo consumimos, forma parte de nuestra participación democrática" en la sociedad.