Economía

Inflación por sorpresa: por qué el shock de precios de 2021 afectó más a los mayores que a los jóvenes

  • No sólo la renta influye: hay que mirar a activos, deudas y a la cesta de la compra
  • La clave: los jóvenes son más deudores y los mayores más ahorradores
  • La heterogeneidad del impacto de la inflación se replica entre las CCAA
Foto: iStock

La inflación afecta a todos los consumidores pero no con la misma intensidad. Descifrar el porqué del distinto comportamiento de la subida de precios en los hogares implica ir más allá del nivel de ingresos e invita a analizar el peso de los activos o las deudas así como a analizar de qué productos se compone nuestra cesta de la compra. La misma heterogeneidad se replica en las CCAA, donde el nivel de renta de los hogares tiene mucho que decir.

Un análisis del Banco de España parte de la base de que ningún hogar es idéntico a otro y, aunque reconoce adolecer de una visión más completa (sólo se enmarca en el año 2021, cuando la coyuntura llegó por sorpresa) y no mide el impacto de la inflación en la actividad económica, el empleo o los dividendos ni tiene en cuenta las medidas fiscales aprobadas por el Gobierno para minimizar el golpe a los monederos, ofrece un planteamiento suficiente para, en ese contexto, identificar a qué grupo afectó más la inflación que sobrevino hace tres años de manera inesperada.

El ingreso, la riqueza y el consumo como un todo

La propuesta planteada desde el organismo mide cómo afectó la inflación a la capacidad de ahorro de los hogares y lo hace a través del análisis del impacto a los canales de ingreso (si la renta aumenta menos que el nivel general de precios), de riqueza (activos y deudas) y de consumo relativo (no todas las cestas de la compra son iguales) para encontrar de qué depende la diferencia del impacto en los bolsillos de la subida de precios.

La conclusión es que fue la edad y no tanto el nivel de renta el aspecto de mayor relevancia a la hora de explicar el impacto diferencial de la inflación sobre los hogares españoles. Esto se explica, según expone Clodomiro Ferreira, analista macro-financiero y de política monetaria, en que "a medida que nos hacemos mayores pasamos de ser deudores a ahorradores, por lo que el impacto de la inflación a través del canal de riqueza, cuantitativamente muy importante, pasa de ser positivo a negativo". ¿Pero cómo?

El peso de cada uno de los canales en las cuentas del hogar permite absorber en mayor o menor medida el choque de la inflación. Si los salarios no suben o aumentan menos que la inflación, el poder adquisitivo se verá reducido en mayor o menor medida, pero también influye el estado de los activos (financieros, inmobiliarios...) y de las deudas (hipotecas, por ejemplo). En este caso, el análisis recuerda que la inflación 'enriquece' a los deudores (el valor real de la deuda disminuye en inflación alta porque el producto endeudado se encarece) y suele 'empobrecer' a quienes tienen activos: los ahorradores y los acreedores porque el aumento de los precios reduce el valor real de las deudas mientras que tiende a disminuir el valor real de los activos (menos capacidad de compra).

El consumo relativo es el último ingrediente para detectar por qué a unos les afecta más que a otros la inflación. De los productos más asiduos a la cesta de la compra del hogar dependerá que el aumento de precios influya más o menos (si la carne de vaca sube más que la de cerdo y el hogar compra más carne de vaca, estará más afectado por los precios a no ser que module su comportamiento de consumo).

Tras analizar cómo filtran los tres canales la inflación, se puede representar el impacto de la inflación sobre el ahorro de cada uno de ellos así como reflejar el efecto total que resulta de sumar el impacto en todos. Así, del trabajo encabezado por Ferreira -en su versión más amplia de título The heterogeneous impact of inflation on households' balance sheets- se extrae que el canal de riqueza y el de ingreso fueron cuantitativamente más importantes que el canal de consumo relativo y remarca que la magnitud de los canales y del impacto total de la inflación si bien varía según el nivel de renta de los hogares lo hace especialmente en función de la edad de las personas.

El 'beneficio' de ser deudor en época de inflación

En rasgos generales las personas de mediana edad (36-45 años) no se vieron muy afectadas por la inflación sobrevenida en 2021 (en términos netos) porque en general son deudoras (muchas tienen una hipoteca) y compensaron las pérdidas del canal de ingreso que afectaron a todos los hogares con las ganancias que tuvieron a través del canal de riqueza. "De hecho, para los hogares jóvenes y de mediana edad de menor renta el impacto neto fue positivo", matiza Ferreira.

Los principales perjudicados por el repunte de la inflación ese año fueron las personas de 65 años en adelante (sobre todo los de ese grupo de edad con menor nivel de renta) porque suelen ser ahorradores, con una parte muy importante de sus ahorros concentrada en depósitos y cuentas corrientes cuyo valor real disminuyó con la inflación.

Las columnas representan por grupos de edad el individuo promedio en cada cuartil de menor a mayor ingreso (q1 incluye las personas con ingreso en el 25% inferior de dicha distribución, q2, los clientes entre el 25% y el 50%, q3 captura clientes entre el 50% y el 75%, y q4 recoge aquellos clientes con ingreso por encima del 75%).

El impacto también varía entre CCAA

La heterogeneidad del impacto de la inflación también se replica entre las comunidades autónomas. Aquí también ha entrado a analizar el Banco de España y en su informe 'La heterogeneidad regional en la evolución reciente de la inflación en España' apunta a que Castilla-La Mancha y Galicia son las regiones con una mayor inflación acumulada desde junio de 2019.

El estudio en este caso es más amplio y analiza el impacto del aumento de los precios en las regiones entre junio de 2019 y junio de este año, periodo en el que la inflación acumulada para el conjunto de la economía española fue del 18,9%. En ese espacio temporal, Castilla-La Mancha (21,2%) y Galicia (20,4%) mostraron los mayores incrementos de precios mientras que Madrid (17,1%) y Cataluña (18,1%) registraron los aumentos más moderados, según los cálculos del Banco de España.

Esta heterogeneidad se da como consecuencia de las diferencias que existen entre comunidades en cuanto a la composición de las cestas de consumo de los hogares. Si bien el grupo de alimentos, bebidas y tabaco ha contado con una inflación acumulada mayor que en el de energía, en Extremadura y Canarias, por ejemplo, el aumento de los precios de los alimentos fue casi tres puntos superior al de la media nacional.

Es decir, al igual que ocurre con los hogares, la inflación depende de cómo consuman las autonomías y en esto, a su vez, influye el nivel de renta por hogar de cada CCAA. En la Comunidad de Madrid, con el nivel de renta por hogar más alto, el peso de los servicios en la cesta de consumo es más elevado mientras que en Extremadura, el componente de mayor peso son los alimentos.

En este caso, el estudio sí tiene en cuenta medidas aprobadas por los gobiernos para reducir el impacto de la inflación. En concreto, analiza las ayudas para el transporte público e identifica que el impacto de las mismas también varía según la CCAA que se analice por la distinta intensidad de los descuentos aplicados. Con todo, el impacto fue mayor en comunidades donde los núcleos ferroviarios son más importantes, como la Comunidad de Madrid o Cataluña.

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