"Si miramos el medallero y nos comparamos con otros países, veamos también la inversión". Es la frase con la que Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), valoró esta semana el balance de la cosecha nacional en los Juegos Olímpicos de París, en los que España alcanzó la decimoquinta posición.
El hecho es que si se mira la inversión per cápita en deporte de los países de la Unión Europea, el puesto en el que se encontraría España sería el undécimo, con 124,7 euros por habitante. Y es que el camino de la financiación es muy dispar con respecto a otras potencias europeas como Francia o Países Bajos, que duplican la inversión en deporte con respecto al caso español. Francia, por ejemplo, destinó 215 euros por habitante en 2022, según los últimos datos de Eurostat, y, Países Bajos asignó 276 euros por ciudadano.
El desembolso de estos países u otros de la UE ha ido creciendo año tras año hasta alcanzar cifras de récord, lo que podría explicar el número de medallas alcanzadas en estos Juegos. La camiseta nacional, representada por 393 deportistas, acabó la competición en París con 18 medallas, una más que en Río y Tokio, lejos de nuestro máximo histórico y por detrás de países como Hungría o Uzbekistán, además de los superpoderosos de la Unión Europea en el deporte olímpico –Francia (64) o Países Bajos (34)–.
Pero, ¿es el medallero una forma de medir el éxito o fracaso de la inversión deportiva? Desde el COE mantienen que la diferencia muchas veces entre un cuatro o quinto puesto y una medalla es mínima, pero sea como fuere, hay una realidad latente: aquellas naciones con mayor porcentaje de inversión alcanzan puestos más altos en el podium olímpico.
Crecimiento
En 2022, España ocupó la undécima posición en el ranking donde más dinero estatal se destinó al deporte, por detrás de Luxemburgo, Suecia, Francia, Dinamarca, Bélgica u Estonia, aunque por delante de países como Alemania e Italia, según los datos de Eurostat.
En concreto, en 2022 España alcanzó casi 6.000 millones de euros de inversión frente a los 14.600 millones del país galo. En 2021 España ocupó el tercer puesto en el ranking de la inversión deportiva, por encima de potencias como Reino Unido o Italia y aunque la inversión llevada a cabo por las administraciones públicas aumentó desde los 107,6 euros pér capita a los 124,7 euros, nuestro país ha caído posiciones en el ránking. Así, mientras que España con 48 millones de habitantes cosechó 18 metales en estos Juegos, Hungría, que apenas supera los 9 millones de ciudadanos, se llevó una más, 19.
Pese a que la geopolítica siempre determina el medallero olímpico, las políticas de gestión de los sistemas deportivos también son imperantes en su influencia. Es el caso de Países Bajos, que alcanzó la sexta posición con un sistema deportivo de excelencia, según explican los expertos, gestionado como una empresa privada y que impulsa el ecosistema deportivo local. Sin embargo, en la política de gestión deportiva española no luce la dotación regional y las diferencias entre unas autonomías y otras son grandes.
Con todo ello, España está lejos de alcanzar las cifras de las olimpiadas de 1992, donde se hizo una inversión en deporte sin precedentes, de casi 6.000 millones, cosechando el mejor resultado de la historia. Tal inversión se canalizó a través del plan ADO (Asociación de Deportistas Olímpicos), compuesta por el Comité Olímpico Español (COE), el Consejo Superior de Deportes (CDS) y la Corporación Pública RTVE, además de otras empresas públicas como Correos, Renfe o Endesa.
Pese al éxito inicial -España ganó 22 medallas y ocupó la décima posición en el medallero- este nivel de rendimiento no se ha mantenido en ediciones posteriores. En porcentaje de medallas, disminuyó del 2,7% en Barcelona 1992 al 1,7% en París 2024.
Para tratar de equiparar los datos a los alcanzados hace tres décadas, el CSD ideó un plan que vino a suplir al ya mencionado sistema ADO. En 2022, se lanzó la herramienta de financiación Team España con la que se esperaba que el país alcanzara un mayor número de metales de cara a los Juegos de París, pero nada más lejos de la realidad.
El Consejo de Ministros aprobó un paquete de ayudas de 50 millones en el trienio 2022-2024, pero apenas se cosechó una mejoría en el medallero olímpico en comparación con ediciones anteriores. De esta partida presupuestaria se destinó la mayor parte a los deportes más visibles, como el fútbol, el ciclismo y los deportes de invierno. Otras federaciones, como la de baile deportivo y las luchas olímpicas se quedaron atrás. Una realidad bastante distinta a la reflejada en las potencias europeas, donde la financiación alcanza mayores índices.
El hecho de que algunas naciones de la UE con las que España rivaliza dupliquen la inversión en deporte, manifiesta la ausencia de la concreción de un modelo de inversión igualitario que impulse el medallero nacional. Desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, el área de deportes ha pasado por cuatro manos diferentes, dándose además la situación de que la disciplina está ahora bajo la tutela de la cartera de Educación. En el CSD achacan ahora las cifras del medallero nacional a la "mala suerte".