
La previsible ruptura de Junts con el gobierno de Pedro Sánchez, tras fraguarse la investidura del socialista catalán Salvador Illa, bloquea por completo la posibilidad de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2025 y otras cinco leyes económicas pendientes de aprobación.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, aseguró ayer que el acuerdo que la formación independentista que dirige (de la que es parte Carles Puigdemont) va a reconfigurar su pacto con el PSOE en el Congreso de los Diputados. "Se tendrá que replantear" si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "mira hacia otro lado" ante una posible detención de Puigdemont, reiteró el secretario general de la formación en una entrevista en el canal 3/24 de la televisión catalana.
Turull aseveró que actualmente "hay un cambio de relato" entre ERC y los socialistas catalanes tras haber llegado a este pacto de investidura de Illa e hizo un llamamiento a Sánchez: "esto no es lo que Junts acordó con el PSOE para resolver el conflicto", dijo.
Sánchez se queda así sin sus socios clave para que la legislatura funcione y tumba por completo el proyecto del Presidente de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estados para 2025 (hay que recordar que los de 2024 son prorrogados, precisamente, por la convocotoria de elecciones en Cataluña) y otras cinco leyes que pretendía llevar adelante en el Congreso de los Diputado durante los cuatro meses posteriores al verano. En definitiva, la legislatura está abocada a la parálisis por el bloqueo político.
Entre el catálogo de 'la vuelta al cole' legislativa estaban, además de las Cuentas Anuales, la reforma de la jornada laboral, la ley del Suelo, la financiación autonómica, la reforma fiscal o el paquete de medidas de Vivienda.
Sánchez tiene ahora un duro trabajo por delante para sostener su legislatura, ya que Junts vuelve a jugar la carta del todo o nada y, además de los votos independentistas, tiene que recolectar los apoyos de la madeja de grupos parlamentarios que le sostienen en el Gobierno. Moncloa lo va a tener muy difícil si pretende presentar las cuentas públicas después del verano ante la Cámara Baja.
Lo que está claro que, después de no poder sacar adelante el techo de gasto de 2025 por los votos en contra de los de Puigdemont, conseguir unos presupuestos, ahora mismo, está muy complicado. Ano ser que el Presidente del Gobierno tenga guardado un último cartucho que de un golpe de gracia.
Sánchez va a tener que hacer un trabajo de relojero suizo en las concesiones que va a hacer todo el abanico parlamentario que le sostiene, ya que luego va a tener presentarle su plan fiscal a Bruselas. La AIReF calcula que el Ministerio de Hacienda, encabezado por María Jesús Montero,va a tener que hacer un ajuste contable de 6.000 millones si quiere pasar por el aro de la Comisión Europea.
Pero no solo Junts es el principal escollo de Sánchez, Podemos está estirando también la cuerda. La ruptura de los de Ione Belarra con Sumar dejó caer el primer intento de aprobar la ley del subsidio por desempleo, que Moncloa necesitaba atar para recibir el cuarto desembolso de los fondos europeos en su totalidad. Además, la formación -que a finales del año pasado se movió al Grupo Mixo al romper relaciones con Yolanda Díaz- amenazó también con retirar su apoyo a Sánchez tras la rúbrica del acuerdo con el PP en Bruselas para renovar el CGPJ.
Por otro lado, la ley del Suelo -registrada junto al PNV- o la que fija el impuesto mínimo del 15% a las multinacionales, esperan su turno en el registro del Congreso de los Diputados. También la ley de industria y autonomía estratégica. A ellas, se añade la ambiciosa agenda iniciada por dos de sus ministerios: Hacienda y Trabajo.
La parálisis legislativa está cada vez más cerca y no parece que, de momento, Sánchez tenga un plan para que esto se revierta. En el caso de que Junts rompa relaciones definitivamente, la única salida será convocar Eleciones Generales.