
El cóctel de rebaja del endeudamiento, la inestabilidad del consumo privado y, especialmente, las mejoras salariales se está viendo reflejado en la hucha de las familias, que están asemejando su comportamiento a los estándares europeos. La tasa de ahorro de los hogares españoles ha aumentado hasta el 14,2%, colocándose por encima del promedio histórico europeo del último cuarto de siglo. Este porcentaje se extrae tras restar el pago de impuestos, cotizaciones sociales o deudas de las familias. En Europa, la tasa de ahorro se colocó en el 15,3% durante el primer trimestre. Ambos registros son superiores al promedio histórico desde 1999 motivados por la leve tendencia del consumo en el Viejo Continente, según el Informe de Situación Financiera de los hogares y las empresas del Banco de España.
En el último semestre, la situación financiera de los hogares ha mejorado gracias al dinamismo económico y la fortaleza del mercado laboral, lo que ha aumentado las rentas (salarios y transferencias públicas como las pensiones, las subvenciones o las prestaciones) y la tasa de ahorro. Las rentas del trabajo aumentaron un 8,3% en el primer trimestre, una variación que se explica más por el peso de las subidas salariales (más de cinco puntos respecto al mismo periodo del año anterior) que por las nuevas nóminas incorporadas (tres puntos en la comparativa interanual).
En las empresas, se ha observado una desaceleración de los excedentes debido al aumento de los gastos de personal y financieros, y una menor alza en los precios de venta y el costo de la deuda. La evolución financiera del sector corporativo es heterogénea, con mejores resultados en servicios que en la industria.
La institución anticipa una mejora en la posición patrimonial de los hogares y empresas en los próximos meses debido al crecimiento económico y la reducción de los tipos de interés en 2024 y 2025, según su último reporte. La situación financiera futura dependerá del entorno macrofinanciero, aunque podrían surgir riesgos macroeconómicos adversos que afecten negativamente las rentas de estos sectores. Un deterioro de las perspectivas de inflación en el área del euro también podría frenar la relajación de la política monetaria, disminuyendo el alivio financiero para los endeudados.

El efectivo y los depósitos a la vista continuaron perdiendo peso en la cartera de activos líquidos de los hogares españoles hasta mayo. Los depósitos a plazo, cuya remuneración para las nuevas operaciones fue del 2,6% en mayo (50 puntos por debajo del promedio del área del euro, pero 253 puntos por encima del nivel de finales de 2021, cuando la remuneración era prácticamente nula, antes del endurecimiento de la política monetaria), han recibido buena parte de las inversiones netas. En cambio, las letras del Tesoro habrían perdido cierto atractivo tras la ligera caída de su tipo de interés, hasta el 3,4 % a un año en mayo, desde máximos del 3,9 % en octubre de 2023.
Además, el informe también destaca que se ha aumentado el número de concursos de acreedores en el primer trimestre de 2024, aunque sin un deterioro significativo en la calidad de los préstamos bancarios.
Más de 14.000 millones en ahorro
Esta información del Banco de España está en la misma línea de los datos del mes pasado del Instituto Nacional de Estadística (INE). Donde en el primer trimestre de 2024, los hogares españoles situaron su tasa de ahorro en el 6,2% de su renta bruta, en comparación con el 3,7% del mismo período en 2023. El resultado es sencillo: las familias gastan menos de lo que ingresan, resultando en un aumento del 8% de su renta disponible frente al 5,3% del consumo.
Como resultado, los hogares ahorraron 14.119 millones de euros en el primer trimestre de 2024, un 83,3% más que en el mismo trimestre del año anterior. Si se eliminan los efectos estacionales y de calendario, la tasa de ahorro de los hogares alcanzó el 14,2% de su renta disponible, la más alta desde el tercer trimestre de 2021. Sin embargo, a pesar de su ahorro, los hogares no pudieron financiar completamente su inversión en el primer trimestre y mostraron una necesidad de financiación de 773 millones de euros.
Por otro lado, la economía española mostró una capacidad de financiación de 13.085 millones de euros en el primer trimestre de 2024, lo que equivale al 3,6% del PIB. Esto se debe a la capacidad de financiación de las empresas no financieras y las instituciones financieras, en contraste con la necesidad de financiación de los hogares y las administraciones públicas.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
La pandemia ayudó a las familias a generar una bolsa de ahorro que rondaba el 25% de los ingresos de un hogar debido a las restricciones en planes esencialmente de ocio. La inflación impactó de forma más severa y caló más rápidamente en la economía española que, para mediados de 2022, ya tenía una tasa de ahorro negativa (-4%).
El ahorro de los hogares españoles también se disparó en 2023 por la menor inflación y el tirón del empleo. La tasa se situó en el 11,7% en el conjunto del año, la tercera más alta de la serie. La inflación se moderó más de lo esperado, lo que permitió a las familias recuperar parte del colchón financiero que se había erosionado en 2022 debido al aumento repentino de precios y al incremento de los costes de financiación. Esta desescalada de precios sorprendió a muchos hogares, que habían ajustado su consumo anticipando precios más altos, lo que dio como resultado un repunte de la tasa de ahorro el año pasado.
El mercado laboral también ha jugado un papel crucial en este aumento de la tasa de ahorro. La creación de empleo ha mostrado un vigor notable, con el número de afiliados a la Seguridad Social en marzo alcanzando el segundo mejor registro de la serie histórica. Además, en 2023 se registraron mejoras salariales generalizadas como compensación a las subidas de precios del año anterior. Esta combinación de mayor empleo y aumentos salariales ha permitido a los trabajadores mejorar su situación financiera y aumentar sus ahorros.