
El Banco Central Europeo ha marcado el próximo junio como el mes en el que, por primera vez, se acometerá la primera bajada de tipos de interés desde que se inició su senda ascendente en septiembre de 2019. La política monetaria puesta en marcha para reducir los niveles de precios comenzará un giro de timón que se antoja todavía un tanto incierto. Entretanto, la inflación en la eurozona se ha estancado en el mes de abril en el 2,4%.
El dato publicado ayer por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, refleja un estancamiento en la evolución de la inflación, que enlaza dos meses seguidos, marzo y abril, en el 2,4% en la eurozona y en el 2,6% en el conjunto de la UE. Dos cifras que se aproximan al objetivo del 2% que la política monetaria del BCE se había marcado como objetivo y que abre la puerta a un posible parón respecto a la bajada desde los niveles del 7% que se registraron el año pasado.
España, por su parte, ha anotado un ligero repunte de una décima del IPC en el cuarto mes del año, hasta el 3,4%. Esta cifra lo sitúa como el quinto país con una inflación más elevada en abril, en paralelo con Austria y solo por detrás del 6,2% de Rumanía, el 4,9% de Bélgica, el 4,7% de Croacia y el 3,6% de Hungría. Al lado contrario del listado, Lituania, con un 0,4%, Dinamarca con un 0,5% y Finlandia con un 0,6% apuntan las tasas de inflación más bajas.
Junio marcará la primera bajada de tipos de interés del BCE, sin embargo, no se da por sentado que el organismo vaya a continuar con la relajación de la política monetaria. La posible estabilización de los niveles de inflación en los próximos meses arroja un escenario incierto, y el organismo con sede en Fráncfort mirará de cerca, especialmente, lo que suceda con la evolución de los salarios.
La productividad en la zona euro es baja y eso da lugar a un aumento muy importante de los costes laborales unitarios, según analizó esta semana el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. Se trata de un elemento especialmente sensible en el sector servicio, intensivo en mano de obra, y determinará la evolución de los precios.
La representante alemana en el directorio del BCE, Isabel Schnabel, advirtió de que "no parece justificado" un segundo ajuste de tipos en la reunión de julio. En una entrevista con el diario japonés Nikkei indicó que: "dependiendo de los datos disponibles y de las nuevas proyecciones de los expertos del Eurosistema, un recorte de tipos en junio puede ser apropiado". Sin embargo, advirtió de que, "según los datos actuales, no parece justificado un recorte de tipos en julio".
La alemana ve la senda más allá de junio de una forma "más incierta" y los últimos datos confirman que el último tramo del proceso de desinflación "es el más difícil" una vez que se han revertido la mayoría de las perturbaciones de la oferta que afectaron a los precios.
En abril, la principal contribución al aumento de precios en la eurozona la aportó el sector servicios, con 1,64 puntos porcentuales adicionales. En segundo lugar, se sitúan los alimentos, el alcohol y el tabaco, con 0,55 puntos porcentuales más seguido de los 0,23 puntos porcentuales de los productos industriales no energéticos.
Caen los precios de la energía y aumentan los alimentos frescos
Los precios de la energía registraron un descenso del 0,6% en términos interanuales, inferior a la caída del 1,8% que anotó el pasado mes de marzo. Como contrapartida, los precios de los alimentos frescos registraron un incremento del 1,2% y los precios de los servicios escalaron un 3,7%, algo menos que el 4% que marca desde el inicio de año. Descontando el precio de la energía, la inflación en la zona euro se situó en el 2,7%, también en el 2,7% si se excluyen los alimentos el alcohol y el tabaco, frente al 2,9% que apuntaba en marzo.