Economía

La globalización debe reconfigurarse ante la oleada de incertidumbre geopolítica

  • En muchos mercados se están abandonando las rutas comerciales tradicionales
  • Las empresas están optando por proveedores que conocen y en los que confían

No cabe duda de que el actual contexto geopolítico, donde la incertidumbre está a la orden del día, está provocando que las empresas cambien sus estrategias de comercio global. Como señala el informe International Business Report (IBR), de Grant Thornton, "los actuales conflictos (como entre Rusia y Ucrania y la escalada de tensión en Oriente Próximo) han provocado un aumento de las sanciones internacionales y han redefinido las alianzas políticas, con los consiguientes cambios en las rutas comerciales".

Por ejemplo, Suecia está optando por el comercio con Dinamarca, otro país miembro de la UE, pese a que antes había dado prioridad a Estados Unidos. Por su parte, Japón antepone las preferencias políticas a la proximidad geográfica y se inclina por Estados Unidos y el Sudeste Asiático en vez de por China. En el caso de Australia, debido a su cercanía territorial, está retomando su prioridad de comercio con Nueva Zelanda. A España parece no haberle afectado en demasía este nuevo paradigma, ya que mantiene a Alemania como el país prioritario para crecer internacionalmente, según expone este estudio.

A este respecto, las cadenas de suministro también se están reajustando y las empresas optan por proveedores que conocen y en los que confían. "A escala macroeconómica, vemos que las compañías valoran la resiliencia mucho más que antes y están practicando el llamado friendshoring, que consiste en trasladarse a un país amigo que sea más aceptable para los grupos de interés", indica Oliver W Bridge, director de Consultoría Operativa de Grant Thornton Reino Unido.

Mirando a los aliados

En un boletín del pasado mes de febrero, el Banco Central Europeo, indicaba que las perturbaciones del comercio mundial experimentadas desde 2020 han generado preocupación sobre la resiliencia de las cadenas de suministro y han reforzado los debates sobre la seguridad económica. "Como resultado, algunos países han comenzado a tomar medidas en la cadena de suministro destinadas a reshoring (traer la producción a casa) o friendshoring (obtener insumos de proveedores en países aliados) para asegurar el acceso a insumos de producción críticos (por ejemplo, la estrategia de "doble circulación" de China, la Ley de Chips de Estados Unidos y la "autonomía estratégica abierta" de la Unión Europea)", recoge el documento.

En este sentido, como recuerdan desde Capital Group, el año pasado, y por primera vez en varias décadas, Estados Unidos compró más bienes a México que a ningún otro país del mundo. "Se trata de una decisión política deliberada para fomentar el comercio con países vecinos y aliados en un momento en el que las tensiones geopolíticas están aumentando en todo el mundo", subraya Jeff García, analista de Capital Group.

En términos generales, las restricciones al comercio mundial aumentan constantemente. Según cálculos de McKinsey, han pasado de unas 650 nuevas restricciones en 2017 a más de 3.000 en 2023. "La fragmentación del comercio puede reducir los riesgos geopolíticos, pero aumenta la concentración del comercio y tiene un coste macroeconómico significativo. Por su parte, la diversificación puede mejorar la resiliencia ante algunas crisis, pero mantiene vínculos entre socios comerciales geopolíticamente diversos", destacan desde la consultora.

En este contexto, las nuevas inversiones transfronterizas implicarían un cambio en los patrones comerciales. Según apunta McKinsey, las inversiones anunciadas en África, India, Asia central y Medio Oriente, así como en las economías en desarrollo de Europa, han aumentado notablemente en relación con los promedios prepandémicos. Por contra, las inversiones anunciadas en China y Rusia han disminuido sustancialmente: un 67% para la Gran China (y un 70% para China continental) y un 98% para Rusia.

Pese a esta reconfiguración, la investigación de Grant Thornton muestra que las previsiones de exportación se mantienen cerca de máximos históricos, ya que casi la mitad (46%) de los encuestados prevé un aumento en los próximos 12 meses en todo el mundo. Asimismo, un 45% espera un aumento tanto de sus beneficios en otros países como del número de países en los que vende. "Crear una estrategia sostenible a largo plazo exige que comprendamos claramente las diferencias en la dinámica de cada mercado. Estas pueden referirse al contexto regulatorio, diferencias en la cultura empresarial o las formas de acceder a la financiación para entrar a un nuevo mercado, pero las empresas deben tener una visión general para averiguar cuál es la mejor forma de llevar a cabo sus planes a pesar de los obstáculos", sostiene Ramón Galcerán, presidente de Grant Thornton.

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