Economía

España sigue detrás de la media de la UE en innovación

  • El peso de las pymes en la economía y el bajo gasto en investigación,  sitúan al país un 11% por debajo
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La innovación es una fuerza motriz fundamental para impulsar el crecimiento de las economías. En este sentido, España se enfrenta a un desafío significativo para reducir la brecha que la separa de la Unión Europea en términos de inversión. España está un 15% por debajo de los niveles de innovación de Francia, un 25% por debajo de los de Alemania y un 1% por debajo de Italia, en relación con el resto de grandes economías de la Eurozona, según la evolución del índice de innovación en España, elaborado por la Comisión Europea.

El índice en España fue de 96 puntos, lo que representa un 11% por debajo del promedio de la UE. Esto muestra que España aún tiene margen de mejora en términos de innovación en comparación con el promedio de la UE. Si retrocedemos siete años, en el momento de la introducción de este índice, España se encontraba un 13% por debajo del promedio comunitario. Aunque ha habido una reducción de esa brecha en ese período de tiempo, España todavía no ha alcanzado el promedio de la UE en términos de innovación. No obstante, el país sí sobresale en competencias digitales avanzadas y muestra niveles comparables de empleo en ocupaciones intensivas en conocimiento en relación con la región en general. Lo más preocupante para España es que cuenta con un bajo grado de innovación en las pymes, que constituyen la mayoría del tejido productivo nacional, y una insuficiente inversión en investigación y desarrollo por parte del sector privado.

En España, el nivel de productividad de las grandes empresas es más del doble que el de las microempresas. Además, varios estudios destacan que las grandes empresas tienen una mayor propensión a invertir en activos intangibles. Sin embargo, el peso de las empresas de tamaño mediano o grande en la economía española es menor que en otros países. En España, alrededor del 35% de la ocupación está en empresas de más de 50 empleados, una proporción que se sitúa en el 66% en Alemania.

Aunque España está en una posición más favorable en competencias digitales avanzadas y empleo tecnológico, es imperativo abordar estas deficiencias para cerrar la brecha con Europa. De hecho, para que esto ocurra es necesario mejorar la alineación entre las habilidades de los trabajadores y las demandas del mercado laboral. Además, se requiere una mayor inversión en investigación y desarrollo (I+D) para alcanzar un nivel cualitativo más elevado en este ámbito.

Suiza lidera el índice

En 2023, de las 38 economías europeas analizadas, Ucrania presentaba el valor más bajo del índice, con 33 puntos, mientras que Suiza lideraba con un índice de 151 puntos. En comparación, la media del índice en la Unión Europea fue de 108.5 puntos en 2023, lo que representa un 11% por debajo del índice de los Estados Unidos, considerado el paradigma de la innovación.

A nivel mundial, la UE sigue obteniendo resultados ligeramente mejores que China y está reduciendo la diferencia de rendimiento con Australia, aunque la diferencia con Canadá, la República de Corea y los Estados Unidos se ha ampliado.

Este índice se compone de 32 indicadores organizados en 12 dimensiones, que abarcan aspectos como la atracción de talento, la inversión en investigación y desarrollo, y el uso de tecnologías de la información.

Thierry Breton, Comisario de Mercado Interior de la Unión Europea, destaca la necesidad de reforzar las capacidades nacionales para mantener la competitividad y generar empleos de calidad en una economía descarbonizada. En este contexto, "la UE debe liderar en los mercados del futuro mediante la inversión en productos innovadores y tecnologías limpias".

La inversión en I+D

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que la inversión española en Investigación y Desarrollo (I+D) alcanzó los 19.325 millones de euros en 2022, marcando el mayor registro histórico y un aumento interanual del 12%, la mayor alza desde 2007.

La Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación tiene como objetivo elevar la inversión en I+D sobre el PIB al 2,12% para 2027, en un esfuerzo por acercarse a los estándares de la Unión Europea. Sin embargo, este objetivo se percibe como ambicioso y difícil de alcanzar, especialmente debido a la incertidumbre sobre la disponibilidad continua de los fondos europeos Next Generation EU y del Plan de Recuperación, que han impulsado el reciente aumento en la inversión. Para mantener este crecimiento, será necesario buscar alternativas de financiamiento, tanto públicas como privadas, que puedan sustituir a estos fondos en el futuro.

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