
Europa se encuentra ante un desafío mayúsculo. Con su 'locomotora' parada y con el golpe de unos altos tipos de interés proyectándose para este año, desafíos geopolíticos (Ucrania y Oriente Medio), el viejo continente espera aliviar la fuerte ralentización económica y salvarse de la recesión, al tiempo que el IPC se contiene. Las perspectivas de la propia Comisión Europea, proyectadas este mes de febrero, se muestran cautas y defienden que desde finales de 2022 el crecimiento del PIB "ha vivido un final abrupto y nos encontramos en un contexto de caída de poder adquisitivo de los hogares, un colapso de la demanda externa y, por lo tanto, una base más débil de lo esperado". En ese sentido, sentencian que esperan un crecimiento moderado del 0,8%. Ante esta 'batalla' que Europa tiene que afrontar, una de las incógnitas clave tiene nombre propio, el sector de la construcción.
El 'ladrillo' es un elemento completamente clave para la industria europea representando cerca del 5% de toda la economía de la región. Es por ello que una de las mayores preocupaciones este 2023 ha sido ver cómo la producción del sector en el conjunto del continente ha caído un 2,8% desde sus máximos de febrero debido a que los altos tipos de interés han 'congelado' la demanda de vivienda y los costes han aumentado. Todo ello ha puesto en jaque a un sector que está sosteniendo esta fuerte caída a base de obras civiles, mientras el índice PMI muestra una contracción de los pedidos y una destrucción constante de la actividad.
De cara al año que viene la UE espera no solo que este sector no siga restando, sino que sume al tener un moderado crecimiento del 0,2%. Sin embargo, prácticamente todos los expertos anticipan que es una estimación demasiado optimista y que los próximos meses (y prácticamente todo el año) seguirán plagados de dolor para el sector. La Asociación Europea del Acero, (EUROFER), da por hecho que la construcción europea no solo no repuntará, sino que caerá un 0,4%.
"Los gobiernos están utilizando los programas estatales de construcción como una de las medidas de apoyo a la industria tras el covid. Sin embargo, en 2024, el impacto de estos programas se reducirá significativamente", explica su último informe la patronal. Desde Allianz ven un impulso, pero solo vinculado a la recta final de 2024 y si el BCE cumple su parte con los tipos de interés y no ven claro que sea suficiente para evitar pérdidas en el cómputo completo del año.
El BCE se encomendó a una subida histórica de los tipos desde julio de 2022. Desde el 0% hasta el 0,5%. Ahora, tras un ciclo frenético, el 'precio del dinero' ha llegado al 4,5% y lleva allí desde la reunión de octubre con el fin de contener la inflación y devolverla al objetivo del 2% de forma sostenida. Para el sector de la construcción esto es un factor clave, pues su actividad se basa en proyectos que se financian a través de deuda para conseguir unos ingresos garantizados. De este modo el encarecimiento del crédito supone un golpe directo a su rentabilidad y modelo de negocio. Aunque en el BCE ven prematuro comenzar a debatir la llegada de los recortes, la realidad es que Lagarde ya se ha manifestado abiertamente sobre que ve "probable" comenzar a partir de verano. Para muchos analistas este calendario, dado lo que tardaría en dejarse sentir en los proyectos y el hecho de que seguirán en un entorno alto, supone una situación complicada para el sector.

Desde Allianz explican que los altos tipos de interés "sugieren una caída de la producción similar a la de 2008" en la construcción residencial en los próximos meses. Sin embargo, hay problemas en todo el sector en su conjunto dado que "la liquidez está siendo un verdadero problema", con las empresas más pequeñas "totalmente expuestas al incremento de costes de los insumos y con fuertes dificultades para financiar sus proyectos (dado el 'precio del dinero'). Maxime Lemerle, analista del banco germano,explica que "los proyectos 'no residenciales han crecido, pero de forma demasiado lenta". Todo esto mientras "los precios de materiales clave como el cemento se han revalorizado un 17% en un año (pese a que moderan sus alzas)" y hay fuertes presiones salariales, con un "incremento superior al 4%" y con "una escasez de mano de obra relevante".
Desde ING explican que "aunque la caída de tipos pueda estimular los nuevos pedidos" los tiempos que hay detrás de estos procesos provocarían que "no aumenten los volúmenes de construcción hasta 2025". Por lo tanto, aunque no dan cifras concretas, los analistas liderados por Maurice Van Santé, dan por hecho que no habrá una recuperación en el sector. Franziska Palmas, analista de Capital Economics es más contundente y avisa de una clara caída en la actividad para 2024 en línea con la de este año. "El ajuste monetario pasado seguirá pesando sobre la construcción durante algún tiempo, incluso cuando el BCE empiece con recortes de tipos". Las tasas hipotecarias "todavía se encuentran en sus niveles más altos en más de una década" y "pasará tiempo hasta que eso se traduzca en aumentos en los préstamos y la actividad de construcción de viviendas".
"Las perspectivas son sombrías y el sector caerá un 3,5% en Alemania durante 2024"
Aunque el actual foco del problema viene de Alemania. El gigante europeo vive la peor crisis del sector desde 2008. Durante años el sector creció a pleno pulmón gracias a los tipos ultrabajos y una fuerte demanda de la economía más potente de la región, pero las perspectivas han cambiado de golpe. El último informe del instituto IFO es devastador, con un 22% de las empresas avisando de cancelaciones de proyectos y un 48% anunciando caídas en los mismos por tan solo un 18% del año anterior.
La producción del sector ha caído casi un 10% desde los 117 puntos hasta los 105. El PMI del sector en Alemania está en 36,3 puntos (50 es el umbral de crecimiento), mínimos de abril de 2020. Y, lo peor, es que los analistas creen que seguirá en retroceso en 2024, con una caída del 3,5% según el instituto DIW. En 2025 vivirá un tímido rebote del 0,5%. Desde IFO no han ofrecido una estimación concreta, pero están avisando de que "las perspectivas son sombrías". El sector no caía desde el año 2009, cuando la crisis financiera puso al 'ladrillo' en el centro
¿El sur se apaga?
Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente en los diferentes países de la UE y el crecimiento del sector en España e Italia ha sido uno de los grandes contrapesos de la 'crisis' en la que está inmersa la industria germánica. Sin embargo, el vigor sureño puede tener los días contados, dejando sin este 'colchón' a una industria clave para el 'despertar' económico europeo. La industria italiana de la construcción, especialmente, ha vivido un potente auge en 2023 al calor de grandes incentivos públicos de Giorgia Meloni. No en vano, la producción pasó de 131 puntos a una zona de máximos de 147,5. Ha superado a toda la UE y, junto con España, es una de las únicas que ha crecido en este periodo.
Italia lleva desde 2022 entregando lo que llama como el "superbonus", un programa de incentivos fiscales para financiar las viviendas que mejoren la eficiencia energética con una reforma o una nueva construcción. Esta medida fue objeto de un gran debate debido al gran esfuerzo de las arcas públicas que supone, pues ofrece deducciones de hasta un 110% en el coste de las obras. Desde la patronal del sector (ANCE) reconocen que "el sólido 2023 con un crecimiento del 5% del PIB del sector se ha debido principalmente a las obras de reurbanización (derivadas de esta medida)". Según los cálculos de la patronal, el 40% del mercado "se ha debido a obras incentivas por las bonificaciones fiscales".
En ese sentido, la patronal ha avisado que sus efectos se verán totalmente limitados este año y, en consecuencia, pide que se preparen para un fuerte impacto. Concretamente, la patronal anticipa un descenso del 27% u una caída de las inversiones del 7,4%. De este modo el que ha sido un tercio del crecimiento económico de Italia podría apagarse. "Italia ha mostrado una gran resiliencia" explican desde Capital Economics pero, tanto este mercado como España "dejarán de crecer este año a pesar de que seguirán fuerte en el muy corto plazo".
Palmas defiende que, mientras en Italia "acabará imponiéndose la reducción de incentivos fiscales". En España, esta resistencia viene de la propia economía española, que ha sido una de las que mejor desempeño ha mostrado este año. Sin embargo, al igual que el PIB, la ralentización económica se trasladará al sector. Según los datos de Euroconstruct, tras crecer un 2,8% en 2023, el sector ibérico reducirá su marcha hasta el 1,4% este año y un 1,2% en 2025. Los motivos son claros: "problemas derivados de los costes salariales, márgenes comerciales reducidos por los tipos de interés y materiales más caros".
Y, mientras las 'estrellas sorpresas' del sur se apagan, el gran agujero que supone Alemania seguirá siendo un problema permanente. El país germánico representa el 30% de todo el sector de la región y, tras ver desplomarse su producción un 9% desde febrero, seguirá en caída y "compensará con creces cualquier buena noticia". Para los analistas de Capital Economics el resultado es claro, una construcción en retroceso, "será uno de los grandes factores que provocarán un estancamiento general de la economía de Europa en 2024". Incluso con los tipos de interés bajando rápidamente "es poco probable que esto lleve a una recuperación de la actividad hasta el final del año o incluso para el siguiente".