
Quien hizo la ley, hizo la trampa. Un refrán que define perfectamente la picaresca española y que se podría aplicar perfectamente a lo que las compañías chinas están haciendo para sortear los aranceles proteccionistas de la era Trump que el actual presidente, Joe Biden, sigue manteniendo. La clave de todo esto se encuentra en Monterrey, concretamente en el Parque Industrial de Hofusan.
Este polo industrial cuenta con 850 hectáreas y es el refugio de numerosos fabricantes chinos que buscan eludir los aranceles de Estados Unidos y acortar la cadena de suministro que cada vez está más tensa debido a la coyuntura geopolítica global.
La localización es excelente, en la capital industrial de México y muy cerca de la frontera. Así, más de 10 empresas chinas tienen plantas en este polo industrial y los gestores de este parque aseguraron que en dos años esperan tener 35 empresas más allí afincadas, de las cuales el 10% serán de gerencia china.
Entre los actuales inquilinos del parque hay empresas de tecnología, muebles y, lo más importante, empresas de fabricación de componentes como Hangzhou XZBy.
La proximidad con el mercado de consumo más grande del mundo (EEUU y Canadá) hace que gracias al tratado de libre comercio del país con sus vecinos del nortehaga que una pieza fabricada en Hofusan pueda cruzar la frontera sin tener que pagar ningún tipo de impuesto, mientras que si se envía de Estados Unidos a China pagaría un arancel del 25%, encareciéndose así el producto.
Cuando Donald Trump asumió su mandato y comenzó la guerra fría comercial, la inversión china en México se disparó de los 154 millones de dólares en 2017 a 271 millones el año siguiente.
La represión tecnológica a China y el corte de la cadena de suministro debido a la política Covid Cero de Xi Jinping, catapultó todavía más la inversión de las compañías chinas en el país hasta alcanzar los 500 millones de dólares a lo largo del año pasado.
El reciente anuncio de Tesla, de instalar una gigafactoría a las afueras de Monterrey ha atraído a fabricantes de componentes chinos a la zona para poder suministrar piezas al fabricante de vehículos eléctricos. Esto hizo sonar las alarmas en Washington.
La idea de Elon Musk es replicar el modelo de suministro local que tienen en la planta de Tesla en Shanghai. La empresa planea construir el modelo de coche eléctrico de nueva generación más barato del mundo en sus instalaciones de Nuevo León, ayudad en parte con 153 millones de dólares en incentivos de las administraciones locales mexicanas.
En 2023 el valor de las exportaciones de componentes chinos fabricados en México hacia Estados Unidos cerró en 1.000 millones de dólares, un 15% más que el año anterior, según un informe emitido po la Asociación Nacional de la Industria de Componentes de México.
Las llegadas recientes de chinos a México incluyen Ningbo Tuopu Group Co. , Shanghai Bayon Precision Automobile Component Co., Fabricación de precisión Co. de Suzhou Dongshan. , Maquinaria Co. de Zhejiang Yinlun. y Grupo Chinaust, una empresa conjunta entre Lingyun Industrial Corp. y Georg Fischer AG.
EEUU está vigilante
La administración de Joe Biden está vigilando constantemente la inversión china en México.En diciembre, la secretaria de del Tesoro, Janet Yellen, hizo una visita al país vecino para establecer líneas de cooperación en materia financiera y de seguridad, inluidos planes para supervisar un grupo que vigile las inversiones extranjeras en América del Norte.
Lo que está claro es que los vehículos eléctricos que contienen piezas fabricadas en México suponen una reducción fiscal de hasta 7.500 dólares en los créditos de estudios de 2022 de los estadounidenses, según la Ley de reducción de inflación, la norma contra estrella de la administración Biden contra el cambio climático, la cual es bastante intervencionista.
Los fiscales estadounidenses incluso encontraron el camino a través del cual una filial de propiedad china con sede en México que construyen coches completos puede acceder a esas bonificaciones de 7.500 dólares: siempre y cuando no tengan minerales o componentes de baterías de China.
Pero para eso ya hay otra artimaña ideada por el gigane asiático ya tiene un plan: entrar de lleno en el triángulo del litio (Argentina, Bolivia y Chile). En declaraciones recogidas por BBC Mundo, el director del Programa América Latina del Centro de Estudios Wilson Center, Benjamin Gedan, las principales potencias del mundo "están luchando por conseguir los minerales necesarios para la transición energética y América Latina es su campo de batalla principal" en materia de diplomacia y comercio. Por el momento, a la cabeza de esta carrera, en materia de inversión en explotación, está China.