
La Unión Europea se pone en guardia ante las medidas implementadas por el gobierno estadounidense para reducir los altos niveles de inflación. La tan popular como polémica Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) de la administración de Joe Biden suscita desconfianza en el bloque. Y lo hace por la desventaja competitiva en la que coloca a las empresas europeas. Así es que los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete (Ecofin) abordarán en su reunión del próximo martes la respuesta comunitaria a tal medida.
Francia ha sido la principal impulsora de la conversación, en busca de una respuesta coordinada a nivel europeo a una medida que consideran proteccionista. No han sido ni uno ni dos los Estados miembro que han manifestado preocupaciones por las implicaciones de la legislación de la administración Biden. Y las previsiones pasan por que esta respuesta comunitaria llegue, probablemente, a través de la Organización Mundial del Comercio.
La controvertida Ley de Reducción de la Inflación, que vio la luz el pasado agosto, plantea medidas fiscales así como vinculadas a la energía y la acción climática para aliviar la carga de costes a los ciudadanos. Sin embargo, este paquete genera problemas de competencia con respecto a los bienes producidos en Estados Unidos, advirtió a finales de octubre la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
Y es ante la preocupación de que pueda tener efectos colaterales negativos para la economía europea, que los Veintisiete han considerado que la medida debe ser discutida con Estados Unidos. De hecho, la Comisión Europea ha creado un grupo de trabajo con la administración Biden para analizar las preocupaciones comunitarias derivadas de la Ley de Reducción de la Inflación. Además, el Consejo pidió al Ejecutivo comunitario que preparara un análisis del impacto da legislación estadounidense y sus consecuencias para las empresas europeas.
La Ley estadounidense contempla más de 400.000 millones en nuevas inversiones. También ayudas para los sectores de las tecnologías renovables maduras, así como para otras industrias como la automovilística. La medida condiciona las exenciones fiscales a los bienes fabricados, lo que Vestager juzgó pone en desventaja competitiva a las empresas europeas.
"Es una combinación de la crisis energética y la forma en que funciona la Ley de Reducción de la Inflación lo que pone en riesgo parte de la base industrial en Europa", dijo Vestager. En la misma línea, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, tildó la semana pasada de "discriminatorios" ciertos aspectos de esta legislación.
Lo cierto es que el tema no compete únicamente a los ministros de Economía de la UE. Ya los titulares de Comercio dieron las primeras pinceladas al debate la semana pasada y serán los responsables de Competencia los siguientes en abordar tal cuestión.
De hecho, el ministro de Comercio de República Checa -que ocupa la presidencia de turno de la UE-, Jozef Síkela, expuso que se trata de una medida "extremadamente proteccionista" y clarificó que "Estados Unidos es el principal destino de nuestras exportaciones" por lo que enfatizó la importancia de la cooperación trasatlántica a nivel económico y geoestratégico.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han atestiguado unas tasas desorbitadas de inflación pero, lo cierto, es que la raíz del problema en ambos casos difiere. La europea es una inflación vinculada al alza de los precios de la energía que ha provocado la invasión militar rusa de Ucrania y la alta dependencia del bloque del gas de Moscú. La inflación estadounidense deriva directamente de un alza del consumo en el contexto de la gran dimisión.
Los otros debates
Los ministros de Economía de la UE abordarán también la propuesta de directiva de la Euroviñeta, que supone reformar el sistema de peajes para el transporte pesado en carretera atendiendo a factores como la huella ecológica, a la distancia o las emisiones de CO2. Además, debatirán la reforma para mejorar la resiliencia del sector bancario y fortalecer la decisión de riesgos, en el marco de la regulación de Basilea 3, sobre la que se espera alcanzar una orientación general.
La conversación de los Veintisiete se centrará, por otra parte, en el impacto económico de la agresión militar rusa en Ucrania, así como las necesidades económicas y las ayudas al país, la situación de las sanciones contra Rusia, el avance de la implementación de los Planes de Recuperación y Resiliencia, si bien no se esperan conclusiones sobre el tema.
En la reunión de lunes, los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro analizarán las probabilidades de una recesión a final de año, con unos niveles de inflación que han escalado al 10,7% en octubre y la energía y los alimentos como principales impulsores de esa alza de precios. En este marco, presentará el nuevo ministro de Economía italiano, Giancarlo Giorgetti, las prioridades del nuevo Gobierno del país.
Además, los titulares de Economía de la Eurozona abordarán de forma preliminar los borradores presupuestarios de los Estados miembro, si bien no se esperan conclusiones en este aspecto ya que la Comisión Europea se encuentra todavía analizando esta cuestión de cara a emitir su valoración en los próximos días.
También debatirán sobre las medidas implementadas por los países de la UE para mitigar el impacto de los altos precios de la energía, ya que no todos los mecanismos puestos en marcha han sido todo lo temporales y focalizados que requería la Comisión Europea.