Madrid
La incertidumbre se ha apoderado de las filas demócratas en Estados Unidos, mientras se cierne una sombra sobre el futuro político de su líder de 81 años. Desde que el fiscal especial Robert Hur lanzó un informe que caracterizó al actual presidente como "un anciano comprensivo, bien intencionado y con mala memoria", las preocupaciones sobre su capacidad para otro mandato han ido en aumento.
El futuro del líder octogenario se vuelve cada vez más incierto, dejando a los demócratas en un estado de reflexión y evaluación sobre el rumbo que deberían tomar en los próximos años. No obstante, Biden cumple los requisitos para ser presidente. Según la Constitución de Estados Unidos, para ser elegible se debe ser un ciudadano natural de Estados Unidos, tener al menos 35 años y haber sido residente en el país durante al menos 14 años. No aparece ninguna indicación sobre la edad máximo, pero Biden ostenta el cargo de ser el presidente más viejo. Asumió la presidencia a con 78 años, el 20 de enero de 2021.
Es interesante destacar cómo la longevidad ha aumentado significativamente gracias a los avances en la ciencia y la medicina desde el momento en que se redactó la Constitución. Esto significa que hoy en día hay muchas personas mayores que conservan todas sus capacidades cognitivas y que tienen una experiencia valiosa para aportar en diferentes ámbitos, incluida la política. La referencia a la gestión del presidente Biden, manteniendo el desempleo por debajo del 4 por ciento durante un período prolongado, sugiere la importancia de políticas efectivas respaldadas por la experiencia y el conocimiento. Esto resalta la necesidad de centrarse en políticas concretas y efectivas en lugar de simplemente preocuparse por la percepción en las redes sociales.
Los sistemas democráticos establecen ciertos requisitos, como una edad mínima, para ocupar cargos electos. Estos requisitos pueden estar diseñados para garantizar cierta estabilidad y madurez en los líderes políticos, así como para garantizar que aquellos que ocupen cargos de responsabilidad tengan la capacidad de tomar decisiones informadas y sensatas. La idea detrás de establecer una edad mínima para ocupar cargos electos es garantizar que los líderes tengan la experiencia y la madurez necesarias para desempeñar sus funciones de manera efectiva. Por lo tanto, las restricciones de edad deben aplicarse de manera justa y razonable, sin discriminar injustamente a ciertos grupos de personas.
No obstante, lanzando una lanza a favor del demócrata, el estigma de señor mayor se ha estancado en el imaginario social de tanta repetición. Él solo es tres años y medio más mayor que Donald Trump, de 77 años. Aunque ambos son candidatos de avanzada edad, parece que la atención y las preocupaciones sobre la capacidad física y mental se concentran principalmente en el actual presidente.
Esta dinámica plantea interrogantes sobre los criterios que los votantes utilizan para evaluar la idoneidad de los candidatos presidenciales, y si la edad es realmente un factor determinante en sus decisiones. De hecho, si el actual mandatario consigue hacerse con el triunfo en las elecciones este año, terminaría su segundo mandato a los 86 años.
Y el debate no escapa solo a la sociedad. Biden también ha reconocido abiertamente la validez de cuestionar si alguien mayor de 70 años es apto para ocupar la presidencia de uno de los países más poderosos del mundo. Sin embargo, ha respondido a estas dudas con un desafiante "mírenme", exhibiendo su vigor y buena forma física.
Cosme Ojeda, profesor de 'América Hoy' de la Universidad CEU San Pablo, destaca que no se debería poner un límite para desempeñar las funciones de presidente. "La experiencia en un mundo cada vez más complejo debería considerarse un activo". Más que fijarnos en si el presidente Biden se confunde en una anécdota menor al confundir a dos presidentes o tropezarse al subir las escaleras del Air Force One (avión presidencial), "deberíamos detenernos en analizar cómo ha conseguido poner de acuerdo con el Congreso y el Senado de Estados Unidos para aprobar un paquete legislativo de miles de millones para mejorar la economía, el empleo y las infraestructuras para las próximas generaciones, con tanto enfrentamiento polarizado entre partidos". Su experiencia como senador de 30 años largos le ha ayudado a conseguirlo.
Ojeda también recuerda que otro presidente muy mayor, Ronald Reagan ganó unas elecciones dándole la vuelta a quienes cuestionaban su edad, diciendo que no utilizaría la falta de experiencia de su oponente.
Por su parte, Adriana Amado, experta en Comunicación Política en la Universidad Camilo José Cela, sostiene que "desde las monarquías se toma como natural que el monarca reine hasta edad avanzada. El tema se hace más dinámico en las democracias, en donde la renovación trajo como novedad de este siglo varios presidentes en sus 40 años (Macron, Zelensky, Bukele, Trudeau). O más novedoso aun, en sus 30 como Gabriel Boric de Chile, Jacinda Arden de Nueva Zelanda o Sanna Marin de Finlandia. Que hayan llamado la atención estas candidaturas muestra que las sociedades están más acostumbradas a líderes longevos que a jóvenes".Principio del formulario
Amado también habla sobre la importancia de considerar que la capacidad de tomar decisiones no está determinada exclusivamente por la edad, sino por una combinación de factores que incluyen la salud física y mental, la experiencia, la capacidad cognitiva y la habilidad para gestionar situaciones complejas.
En cuanto a la realización de pruebas psicotécnicas o la divulgación del estado de salud de los candidatos, es un tema delicado que debe abordarse con cuidado. Por un lado, estas medidas podrían ayudar a garantizar que los líderes electos estén en condiciones adecuadas para desempeñar sus funciones. Sin embargo, también existe el riesgo de que se utilicen de manera inapropiada para discriminar o para influir en las campañas electorales. "La propia salud del presidente o el aspirante se considera un secreto que debe resguardarse en muchos países y ahí es donde se encuentra el problema, cuando no se tiene certeza del estado de salud de los responsables de gobierno", añade.
Los mandatarios más viejos del mundo
Paul Biya (Camerún): A la edad de 90 años, Paul Biya es el presidente más viejo del mundo. Ha estado en el cargo desde 1982 y ha sido objeto de atención debido a su longevidad en el poder.
Mahmud Ridha Abás (Estado de Palestina): Próximo a cumplir los 88 años, Mahmud Ridha Abás es el presidente del Estado de Palestina. Ha desempeñado un papel importante en la política palestina durante décadas.
Nawaf Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah (Kuwait): El emir de Kuwait, Nawaf Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah, tiene 86 años. Es un líder respetado en la región y ha sido parte integral de la política kuwaití durante muchos años.
Alí Jamenei (Irán): Líder supremo de Irán, Alí Jamenei cumplió 84 años. Es una figura prominente en la política iraní y ha desempeñado un papel central en el país desde hace décadas.
Superar la edad de 80 años
Robert Mugabe (Zimbabue): Mugabe fue presidente de Zimbabue desde 1987 hasta 2017, cuando fue derrocado. Nació el 21 de febrero de 1924, y continuó en el poder hasta los 93 años, convirtiéndose así en uno de los líderes africanos más longevos.
Mahathir Mohamad (Malasia): Mahathir fue primer ministro de Malasia en dos periodos no consecutivos, de 1981 a 2003 y luego de 2018 a 2020. Nació el 10 de julio de 1925 y, durante su segundo mandato, sirvió en el cargo hasta los 94 años.
Queen Elizabeth II (Reino Unido): Aunque no es una presidenta en el sentido tradicional, la Reina Isabel II del Reino Unido ha sido monarca desde el 6 de febrero de 1952. Murió en 2022 con 96 años, siendo una de las monarcas más longevas de la historia británica.
Mao Zedong (China): Mao Zedong fue el líder de facto de China desde la fundación de la República Popular China en 1949 hasta su muerte en 1976. Nació el 26 de diciembre de 1893 y mantuvo el poder durante décadas, ejerciendo una influencia considerable en el país hasta avanzada edad.