
Este año va a ser un año "también difícil" para las exportaciones en España. Así lo aseguró el presidente del Club de Exportadores e Inversores Espñaoles, Antonio Bonet, en su discurso en los XXI edición de los Premios a la Internacionalización, que recayeron sobre Alsa y Aceites García de la Cruz.
A pesar de que los servicios y el turismo "se han comportado bien", los exportadores españoles ven una pérdida de dinamismo en las exportaciones españolas.
Según los datos oficiales, disponibles hasta el mes de octubre de 2023, España registró una facturación total de 31.276,9 millones de euros en exportaciones, es decir, un 2,4% menos que en el año 2022. En el campo de las importaciones, la caída fue del 6,3%, es decir, 36.412 millones, lo que deja un saldo comercial negativo de 5.135,9 millones de euros, frente a los -6.852,5 millones del mismo período relativo a 2022.
Bonet reiteró que, con estos datos, hay bastante preocupación por la exportación de bienes entre el sector. "En el período que va de enero a octubre de 2023 ha caído el volumen un 4,8%, lo que significa que seguimos perdiendo cuota de mercado global", aseguró.

De este modo, el presidente aseguró que este puede ser "un buen momento" para acometer políticas que aporten soluciones a los probremas estructurales que presentan las exportaciones españolas: insuficiente diversificación en la exportación de bienes, el reducido número de exportadores y la excesiva concentración de la exportación en muy pocas empresas, enumeró Bonet. En concreto, el presidente cifró en solo 1.000 empresas las que se encargan de realizar el 66% de la exportación de bienes en España.
Crisis en el Mar Rojo
Lo cierto es que el inicio del año no fue nada bueno para el mercado exterior en general. La reciente escalada de violencia en el Mar Rojo de manos de los rebeldes hutíes, en respuesta al conflicto de Israel y Hamás, está poniendo en alerta a todo el comercio mundial.
Las principales navieras como Maersk o MSC, entre otras muchas, han optado por no entrar en esta zona para atravesar el canal de Suez, por el que circula más del 12% del comercio mundial. Esto les obliga a modificar su ruta por el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, que prolonga el trayecto entre 10 y 20 días y el coste del transporte entre un 40% y un 60%.